Dos caminos se van dibujando en el futuro del país. Se promueve el comportamiento electoral y democrático frente a las parlamentarias 6-D. Mientras, desde otros espacios se visualizan salidas violentas a la "crisis que enfrenta Venezuela".
Abocadas las encuestadoras a indagar en torno a los principales problemas que sufre la ciudadanía, concluyen que el país se enfrenta a dos "grandes piedras que hunden la gestión de Maduro y la intención de voto por el oficialismo: la escasez y la criminalidad." En cuanto a las preferencias políticas, los sondeos arrojan el "descenso sostenido que experimenta la popularidad del chavismo". Igualmente destacan un "sector creciente de la población" a la búsqueda de "alternativas electorales diferentes a la oposición y al gobierno".
En determinados medios y redes sociales, en voz baja y no tanto, se pronostica un nuevo sacudón, el cual, de acuerdo a la magnitud pronosticada, ha sido denominado el "venezuelanazo". Se alega que el país se encuentra peor que cuando se dio el caracazo para concluir que, por mucho menos de eso, "Chávez dio el golpe". No faltan quienes dibujan una alta probabilidad de escenario de golpe de estado, afirmando que el detonante será la conmoción social que incluiría saqueos a comercios y personas. Vaticinando que un gobierno intolerante y cerrado, se aferraría al poder sin tener control de la situación.
Desde esta perspectiva, sectores y medios de oposición se hacen eco del informe más reciente de Crisis Group: "Venezuela: Un desastre evitable". Concluye tal análisis en "una posible grave crisis humanitaria con un impacto sísmico en la política y la sociedad, si no se resuelven los problemas del país: descenso de los ingresos reales, marcada escasez de alimentos y medicamentos e inseguridad. Elementos que confluyen con "la falta de diálogo político", por lo que dramáticamente llaman a los países de la región a involucrarse activamente en la búsqueda de soluciones.
Panorama que ciertos medios completan con constantes informaciones sobre aumentos y costo de la vida; escasez e inflación; sequía de divisas e inventarios que se agotan; fármacos y medicamentos que niegan a personas con determinadas enfermedades; altos precios que afectan los hábitos alimenticios…
¿Quién da más?