Amor y poder, en revolución

Dice Octavio Paz: "La preponderancia del tema amoroso en nuestras obras literarias muestra que el amor ha sido una pasión central de los hombres y las mujeres de occidente. La otra ha sido el poder, de la ambición política a la sed de bienes materiales o de honores". Sin embargo, señala el escritor mexicano, el amor, y también agrega la política, "está herido en su centro: la noción de persona". Esa anulación de la persona, puede percibirse en términos marxista, y entonces nos referiremos a la alienación del individuo, al alejamiento del ser humano de sí mismo y de su entorno, o verse en términos de la apropiación interior de él, producto del dinero, de la publicidad o de las leyes del mercado. Y se pregunta Octavio Paz: "¿Qué lugar tiene el amor en un mundo como el nuestro?

Esta pregunta nos lleva a una reflexión... La Revolución Bolivariana, sin lugar a dudas, despertó el interés del pueblo venezolano y, luego, el interés de muchos pueblos del mundo. Se cambiaron, o inventaron, nuevos conceptos que fueron llevados a la práctica, con innegables resultados positivos. De una insustancial y formal democracia representativa se pasó a una democracia participativa y protagónica. La integración entre países hermanos, como los países de América latina, dejó de verse solamente en términos comerciales y se empezó a hablar en términos de solidaridad, cooperación y complementación. La educación, la salud, la alimentación, la vivienda y la seguridad social pasaron a ser temas relevantes. El ser humano, que era un mero y anodino agente económico o consumidor racional, desde la óptica neoliberal dominante, recuperó su sitial. Se visibilizaron a los pueblos indígenas y a las mujeres. La conciencia de género adquirió importancia. Y así, pudiendo citar otros ejemplos, nos reencontramos con la presencia del amor en la vida cotidiana, en la vida pública…

Sin embargo, pareciera que hemos venido perdiendo el rumbo. Hoy día, la Revolución Bolivariana pareciera estar más cerca del poder que del amor, más cerca de "la ambición política a la sed de bienes materiales", a las cuales hace referencia Octavio Paz. Nuestra revolución, que tantos sacrificios ha costado, debe mirarse a sí misma. ¿Dónde están hoy día, qué lugar ocupan en ella, el hombre y la mujer? ¿El pueblo?



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Reinaldo Quijada


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