Lleve su combo

La situación económica venezolana cada día se parece más a ese paciente que presenta lamentablemente un cáncer terminal y hace metástasis, cuyo desorden en el organismo es inmanejable, por lo que el galeno le ordena a cada rato nuevo tratamiento, sin ver al final mejoría alguna, porque le aparece una nueva patología clínica.

Así anda hoy el venezolano cuando sale a buscar sus alimentos básicos y se encuentra que el gobierno cambió las reglas que ayer tenía establecidas a los supermercados y centros de distribución; dejar el hogar y enfrentarse a este toro miura del desorden, improvisación y desabastecimiento, es en verdad una tarea titánica, nada fácil y poco saludable.

Hay que cargar consigo lógicamente plata y ojala sean billetes de 50 y 100 bolívares para que no le hagan tanto bulto, todos los documentos que pueda pues no se sabe cuál pedirán hoy; cedula de identidad, rif vigente, carta - constancia de residencia del consejo comunal, partida de nacimiento del bebe o cedula del abuelo si va a comprar pañales, recibo de servicio público de su casa y sobre todo hay que llevar mucha paciencia, disposición, resignación y suerte para encontrar los productos que necesitan en su casa, cuando se meta en esa maratónica cola a llevar sol como una teja y esperar ver qué documento van a pedir hoy y qué artículos van a vender.

Esta breve radiografía de distribución de alimentos es la que vive hoy el venezolano en cualquier rincón del Táchira, una verdadera odisea y hasta inverosímil situación difícil de creer, en un país al que hasta hace poco no tenía esta perniciosa manera de adquirir los productos de la dieta básica, por el contrario poseedor de inmensos recursos naturales , humanos y de infraestructura para tener una economía floreciente.

La situación ha llegado a los extremos que hace poco apareció la modalidad "del combo" el cual consiste en que usted llega a la interminable cola de un supermercado a esperar qué "combo" van a vender hoy, y que no es otra cosa que el administrador o dueño del centro de distribución, prepara una bolsa con una serie de productos a su antojo y conveniencia y le coloca un precio, de manera que usted ciudadano, no tiene derecho a elegir qué comprar, otro ya decide por usted.

Y en esta modalidad de "Combo" colocan el gancho que puede ser uno o dos kilogramos de jabón en polvo, una o dos harina precocida, un litro de aceite, acompañados de los productos que los señores tienen en sus anaqueles y que no se venden por caros y porque no tienen demanda; la sorpresa esta que cuando usted recibe la bolsa y revisa lo que le vendieron, se encuentra con que le metieron en el combo de esta semana, unas galletas de 120 bolívares (con lo que usted compraría 6 harina precocida) una caja de helados de esos populares que la gente llama vikingos por 100 bolívares, una botella de refresco de dos litros, de esos que vienen sobre dosificados de azúcar, por cierto muy dañinos a la salud, y cualquier otro artículo que usted no necesitaba comprar pero el señor del abasto o supermercado necesitaba vender, porque están engüesados con ellos; esa arbitrariedad e ilegalidad le representa a un ciudadano entre el 20 y el 40 por ciento del valor de lo que compró obligado y que no necesitaba.

De manera que con este desorden patológico de la economía, con una galopante inflación que ya no se sabe a cuanto equivale, pero que si se nota en el bolsillo del ciudadano, apareció esta "moderna e innovadora" modalidad de venta al detal llamada "Combo" que como por arte de magia viene a contribuir con la destrucción del salario real del venezolano, pues cuando usted llega a su casa debería sumarle a los artículos que necesitaba adquirir el valor de lo que le vendieron sin su consentimiento, para que vea cuanto le costó el litro de aceite, el kilo de harina de maíz y el detergente para la ropa.

No es posible seguir por este despeñadero que conduce el país al vacío, es tiempo de rectificar el modelo económico sin hipotecar principios; aquí hay la suficiente capacidad instalada de infraestructura física y humana, para producir no menos del 70 por ciento de lo que necesitan sus 30 millones de habitante; ya el propio Presidente Maduro reconocía en estos días en una alocución por tv, que si el petróleo vuelve a llegar a 100 dólares el barril, no se puede seguir importantes tantas cosas, hay que producir en el país.

Pero mientras tanto, la pasada semana reseñó la prensa nacional, estaban llegando a los puertos venezolanos 478 mil toneladas de pollo, carne, leche, margarina y pernil, procedentes de Brasil; promoviendo y estimulando la agricultura de otros países, lo cual sigue poniendo en tela de juicio la soberanía agroalimentaria de Venezuela y por eso al ciudadano ahora le toca "llevar su combo"



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Juan Alberto Sánchez García


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