La Clase Dominante Venezolana, o como han sido denominados "Los Amos del Valle", en alusión a las veinte familias más ricas, que por los años de la Independencia eran dueñas de la mayor parte del país, por obra y gracia del rey de España, entre los ellos, los Palacios y Blanco, los Bolívar, Tovar, Rivas, Herrera, Madriz, Salías, etc., a los que en el Siglo XX se han agregado otros apellidos, relacionados con el auge petrolero y comprometidos ahora con los intereses estadounidenses, como Cisneros, Mendoza, Pérez, Sosa Pietri, Rossen, Giusti, Calderón, Fernández, Paredes, Zuloaga, por citar unos pocos.
Debido al descubrimiento, la explotación y venta del petróleo venezolano, esta nueva élite se ha convertido en los representantes exclusivos de los intereses comerciales y económicos de grandes empresarios, empresas transnacionales y medios de comunicación de los Estados Unidos como, Rockefeller, Pepsicola, GM, GE, P&G, CNN.
Esta Clase Dominante no han sido precisamente un dechado de virtudes, de eficiencia, productividad, honestidad, amor por la patria, o defensores de la venezolanidad, de la justicia social, etc. Han sido ante todo comerciantes a quienes lo único que les ha importado ha sido su beneficio particular, razón por la cual, el desarrollo productivo del país nunca ha sido su preocupación.
Son los mismos que siempre (ayer y hoy), han vivido de la teta del estado. Se han enriquecido con la renta petrolera. Son falsos empresarios, falsos productores, su gran negocio en nuestro país ha sido siempre importar, porque los dividendos son más beneficiosos que producir. Le han causado un enorme daño al país, puesto que han impedido el desarrollo productivo en todos los sectores de la economía nacional. Aunque en la actualidad, prefieren fingir que realizan importaciones de mercancías, para lo cual solicitan dólares preferenciales y posteriormente sobrefacturan o traen basura, a cambio de mercancías, entre las diferentes modalidades de fraude que practican.
En realidad no constituyen la Clase Dirigente venezolana, pues siempre han estado "dirigidos" por intereses foráneos, pero sin duda, sí constituyen la Clase Dominante, pues con su poder económico dominan y explotan a la mayoría de la población venezolana que vive de su trabajo. Se observan en ellos unas características propias de un heredero de una gran fortuna, como en efecto lo es, pero no solo a ellos les corresponde toda la herencia, ya que ésta es de todos los venezolanos. Esta élite no tiene ni la capacidad moral ni física para gobernar el país, por lo cual siempre tiene que cumplir las órdenes de sus amos del norte. Cuando tienen que presentar un programa o una propuesta de gobierno, como ocurrió en 2012, terminan sometiéndose a las directrices que les dicten en Estados Unidos.
En los últimos gobiernos del Pacto de Punto Fijo, se les impuso una clara tendencia en la industria petrolera, que consistió en debilitar la soberanía nacional sobre el crudo, aumentar los volúmenes de producción para hacer bajar los precios y disminuir el ingreso fiscal petrolero.
Durante la gestión de Giusti en PDVSA, el petróleo redujo su precio a US$ 6 por barril, la rentabilidad de la empresa disminuyó en un 50% y sus costos de producción aumentaron en 175%. Fueron estas condiciones propicias para promover su gradual privatización.
Como vemos, el pueblo venezolano ha estado dominado por una élite muy pequeña, (un escaso 1% de su población, pero dueña de las riquezas del país y poseedora de todo el poder económico, mediático, militar y judicial), en su mayoría blanca, muchos de origen extranjero como Cisneros, Giusti, Rossen, Fernández, Mezerhane y otros descendientes de los Amos del Valle. Dicha élite, constituida principalmente por comerciantes, ha estado orientada a defender sus propios beneficios y por supuesto, controlada por los intereses de grandes empresas y empresarios estadounidenses, como, Ford, GM, P&G, Rockefeller, que se han beneficiado de nuestras riquezas, especialmente del petróleo, del hierro, el aluminio. Con muy poco sentido de responsabilidad y amor hacia el país, esa elite se entregó en brazos del capitalismo norteño, convirtiéndose en los representantes exclusivos de sus empresas, entregando a cambio la soberanía venezolana, mientras la gran mayoría de la población vive sumida en la pobreza y la desigualdad a pesar de las enormes riquezas que aún después de un siglo de continuada explotación, tenemos.
En la actualidad estamos observando nuevas incorporaciones a esta élite en nombre de la Revolución Bolivariana, los que se conocen como Boliburgueses, que se han enriquecido a su paso por el gobierno bolivariano, amparados, como siempre ha sucedido, por la debilidad de las instituciones del estado, de la falta de voluntad política del gobierno y de de la complicidad del mismo pueblo, que no asume que es una inmensa mayoría, (más del 90% de la población), que puede y debe ejercer el Poder Popular, por falta de consciencia, pues ya existen nuevas Leyes Orgánicas para ello. Toda la población está en la obligación de exigir que la Auditoria Publica Ciudadana sea una realidad. No podemos dejar que esta enorme responsabilidad sea asumida solamente por la gente que forma parte de Marea Socialista. Por supuesto, los dirigentes, los más conspicuos, los destacados, los mas ilustrados, los intelectuales, los colegios de profesionales, profesores universitarios, periodistas, estudiantes, artistas, sindicatos, etc., tienen el deber de alertar, de hablar, de orientar, de motivar, a la mayoría de la población, para que se unan y apoyen la solicitud de esa Auditoria Publica, que a todos beneficia y que es necesaria para adecentar el país, para combatir la corrupción, para mejorar la eficiencia, para que los candidatos cumplan sus promesas electorales, para que el estado funcione como todos aspiramos.
Si queremos combatir la corrupción, debemos estar claros de que ella es una consecuencia del capitalismo y la única manera de acabar con el capitalismo es consolidar el socialismo. Y esto es obra de toda la sociedad.
La corrupción campea por todas partes y a todos los niveles, nos devora, a todos nos perjudica, se encuentra tanto en el sector público como en el privado, tanto en los ministerios, gobernaciones, alcaldías como en PDVSA, CVG, SIDOR, ALCASA, VENALUM, los BICENTENARIO, las universidades, las fiscalías, los juzgados. Ha llegado a todos los rincones. Nos ha envilecido de tal forma que ya cualquiera se siente con "derecho a ser corrupto". Cualquier funcionario, no importa su jerarquía se siente con derecho a pedir "algo" para prestar un servicio, cualquier motorizado "soborna" al cajero del banco con un caramelo para que lo atienda "cuando pueda". Y todos lo vemos normal. Sin darnos cuenta que los más perjudicados siempre son los más débiles!
Que al tolerar estas "pequeñeces" estamos siendo cómplices de los más extravagantes actos de corrupción!
¡Leyes inexorables, clamaba Bolívar!
En todas las instituciones, para todas las personas. Si no se elimina el capitalismo, no se eliminará la corrupción. La élite gobernante se preocupa por enriquecerse rápidamente. "Roban y dejan robar", lo mismo hacen los funcionarios, como los empresarios, todos viven de la teta del estado: contratistas, importadores, gestores, intermediarios, fiscales, jueces, jefes de partidos políticos. El que tiene más saliva come mas harina y el pobre que se joda!. Empresarios extranjeros, empresas transnacionales, como Toyota, GM, Ford, P&G, Coca Cola, POLAR, etc. promueven y se benefician de la corrupción. No es casual que se hayan fugado más de 260.000 millones de dólares en unos pocos años y hoy el pueblo venezolano se encuentre sumido en la miseria. Sin embargo nuestra clase dirigente y gobernante, para nada esto le preocupa! Viven pidiendo apoyo y sacrificio del pueblo. Que no se abstenga de votar, porque tenemos que preservar la democracia!