Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona
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La elección presidencial argentina realizada el 25 de octubre recién pasado, no respondió la pregunta de quién dirigirá el país durante los próximos cuatro años. El recuento de los votos eliminó solo a uno de los tres principales candidatos –Sergio Massa, ambicioso líder del centrista Frente Renovador y ex jefe del gabinete de ministros. No le fue posible trabajar con la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner y eventualmente anunció su ruptura ideológica con el "kirchnerismo" diseñando una campaña electoral en torno a su aguda crítica de la política económica del gobierno de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Mauricio Macri, líder del partido conservador Propuesta Republicana, mantiene una buena posibilidad de ganar en la segunda vuelta, la cual está pautada para el 22 de noviembre. Se trata de uno de los hombres más ricos de Argentina, ingresó a la política luego de una exitosa carrera a la cabeza del club de fútbol Boca Juniors, obteniendo más de una docena de títulos y trofeos. Eventualmente, Macri decidió que como había tenido tanto éxito en el complejo mundo del fútbol, él podría marcar también otros tantos goles victoriosos en política. Macri cambió su apariencia para darse un toque más democrático, dejó de usar trajes caros y corbatas.
Se quitó el bigote como también trabajó para mejorar su dicción con la esperanza que esto atraiga a los electores.
Su primera gran victoria fue cuando ganó la alcaldía de Buenos Aires en el año 2007. Macri propone un modelo neo-liberal para la Argentina.
Anteriormente no ocultó sus intenciones de reducir el gasto público y cancelar los "costosos" programas sociales de Cristina Fernández de Kirchner. No obstante, luego de ser aquejado por una descarga de críticas, dejó de acusar al gobierno por su "desperdicio" en sus intentos por resolver los problemas sociales, incluso recurrió a la retórica populista prometiendo eliminar la pobreza en el país. También prometió el acceso igualitario a la salud, atención médica gratuita para los ancianos de bajos recursos, la creación de un millón de puestos de trabajo, etc., etc.
Macri se opone al movimiento por la integración de América Latina adelantado por Hugo Chávez, Kirchner y Lula da Silva, él favorece una relación más fuerte con Estados Unidos y la Unión Europea y una mayor distancia con Rusia y China.
Según Macri, esto impediría que Argentina irrite a Washington al expresar solidaridad con la Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestramérica, ALBA.
Durante toda la campaña electoral, la prensa argentina que está bajo el control del Grupo Clarín, consorcio de medios periodísticos, describe a Macri como el favorito popular al tiempo que ignora la plataforma de su principal rival, Daniel Scioli, candidato del movimiento de centro-izquierda Frente para la Victoria que apoya el programa de Cristina Fernández de Kirchner. Scioli se hizo famoso a través del deporte con frecuentes victorias internacionales en carreras de lanchas rápidas. Durante una estas carreras el año 1989 su lancha se volcó y Scioli perdió su brazo derecho. Ganó su primer cargo político a la edad de 40 años cuando fue elegido para servir como diputado al Congreso Nacional de Argentina. Fue un estrecho aliado de Néstor Kirchner quien lo llevó como compañero de fórmula durante la elección del 2003. Antes de convertirse en Vicepresidente, Scioli fue gobernador de la Provincia de Buenos Aires. Luego del fallecimiento de Néstor Kirchner el año 2010 Scioli tomó las riendas del Partido Justicialista lo cual fue un paso importante hacia el fortalecimiento de su posición a nivel nacional. El enfoque de Scioli para triunfar en la elección presidencial lo destaca su recientemente obtenido diploma universitario. Hace muchos años Scioli se vio forzado a abandonar sus estudios, pero ahora –ansioso por no quedar rezagado ante sus competidores—pasó airoso sus exámenes de recuperación en la Universidad Argentina de la Empresa, UADE y defendió su tesis a pesar de estar en plena campaña.
La victoria de Scioli aseguraría el cumplimiento de los acuerdos entre Rusia y Argentina sobre una asociación general estratégica firmados el pasado mes de abril durante la visita de Cristina Fernández de Kirchner a Moscú. Respecto de problemas críticos en política exterior, Argentina habitualmente toma en cuenta los intereses de Rusia.
Por ejemplo, en marzo pasado, Argentina se abstuvo durante la votación acerca de una resolución de la ONU condenando a Rusia por "los eventos de Crimea". A su vez Rusia se solidarizó con Argentina en su campaña por una solución pacífica del prolongado conflicto con Gran Bretaña en torno a la posesión de las Islas Malvinas.
Cristina Fernández de Kirchner estableció una buena relación personal con Vladimir Putin. Su último diálogo vía video conferencia se realizó el 21 de octubre en plena campaña electoral en Argentina. Cristina respaldó el discurso del presidente ruso durante la sesión de aniversario de la Asamblea General de Naciones Unidas: "Quiero felicitarlo por su excelente discurso ante Naciones Unidas. Su discurso fue excelente, impecable, probablemente no calzó muy bien dentro del marco de las normas de comportamiento comúnmente aceptadas de parte de representantes de muchos países a través de las cuales expresan una cosa u otra", dijo la presidenta argentina durante su conversación.
Analistas políticos argentinos creen que luego de dejar su alto cargo político, Cristina hará todo lo posible para desarrollar las relaciones con Rusia. Los analistas pronostican –en caso que gane—que él continuará con esa agenda, en tanto también tomará medidas para mejorar las relaciones con Estados Unidos con el propósito de impulsar el flujo de capitales extranjeros hacia Argentina. Sus razones son comprensibles. Las estadísticas publicadas por la Comisión Económica de la ONU para América Latina y el Caribe son bastante alarmantes para Argentina. En el año 2014 la inversión extranjera total decreció en 6,6 mil millones de dólares (más del 40 por ciento). Los inversionistas son cautelosos ante la doble tributación y las restricciones en las transacciones en divisas extranjeras. En esto también podemos ver los efectos de la "imagen negativa" de Cristina Fernández de Kirchner que ha sido fraguada durante muchos años a través de las operaciones subversivas de la inteligencia norteamericana que están dirigidas contra Argentina.
Ataques particularmente feroces contra la presidenta argentina aparecieron en el mes de julio del 2014 en la popular revista brasileña Veja la cual ha sido desde hace mucho una de las herramientas preferidas de la CIA. En esa oportunidad, Cristina Fernández de Kirchner fue acusada de ejercer una "dictadura estalinista" abusando con sus apariciones en televisión, suprimiendo la libertad de expresión, implantando restricciones al intercambio de divisas para los argentinos que viajaban al exterior e incluso acusándola de desórdenes psiquiátricos (locuras). Al mismo tiempo, se hicieron acusaciones en el sentido que ella quería reescribir la historia de Argentina con el objeto de "falsificar eventos y biografías de políticos". Se argumentó que la vigorosa defensa de Cristina por los derechos de Argentina sobre las Islas Malvinas durante la disputa con el Reino Unido se debía a "síntomas de locura".
Debemos notar que la embajada de Estados Unidos en Argentina se ha abstenido de cualquier intervención abierta en el proceso electoral. A juzgar por revelaciones de WikiLeaks el fin de la "era del Kirchnerismo" de doce años de duración, se considera en el Departamento de Estado como una oportunidad oportuna para reprogramar las relaciones entre Estados Unidos y Argentina. De este modo, la embajada preferiría trabajar con Macri, aunque los norteamericanos tampoco han descartado las posibilidades de Scioli.
El sucesor de Cristina Fernández de Kirchner asumirá el cargo el 10 de diciembre próximo y gobernará el país durante cuatro años. Pero Cristina intenta continuar activa en política. Así mismo, ella no descarta una nueva postulación para la elección del 2019. Miembros de su familia también disfrutan de carreras políticas exitosas. Su hijo Máximo fue elegido diputado al parlamento en representación de la Provincia de Santa Cruz y Alicia Kirchner, cuñada de Cristina, triunfó en su pugna por la gobernación de esa provincia. De tal modo que el "Kirchnerismo" no se está retirando, simplemente se está reagrupando.
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