La última aventura de Obama en Venezuela

Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona

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Las dos manifestaciones y las dos marchas bien asistidas que se llevaron a efecto en la ciudad de Caracas el día 1º de septiembre reflejaron la tensión dentro del actual ambiente en Venezuela. Los seguidores del gobierno bolivariano y del "socialismo con rostro venezolano" se lanzaron a las calles tal como lo hizo la oposición dirigida por la Mesa de la Unidad Democrática, MUD. Las manifestaciones apuntaban a demostrar "quien controla la calle" y a quien favorece el público. Tal como resultó, muchos de los seguidores de la MUD se concentraron en los vecindarios ricos de la capital mientras que el Partido Socialista de Venezuela, PSUV estuvo firmemente atrincherado en aquellos distritos donde vive la gente común.

De acuerdo con la dirigencia de la MUD la oposición logró reunir alrededor de un millón de personas bajo sus banderas, pero políticos y periodistas reconocidos por su objetividad ponen en duda esos números. Por ejemplo, José Vicente Rangel señaló que no más de treinta mil personas marcharon con la oposición. Pero las agencias occidentales han citado cifras totalmente diferentes. La Deutsche Welle informó que hubo muchos menos chavistas que opositores protestando, alegando que "el mismo Maduro mencionó treinta mil seguidores". Pero en realidad, el presidente de Venezuela en ningún momento dijo tal cosa. Maduro mencionó diferentes cifras: 300 mil seguidores en la manifestación bolivariana y 30 o 35 mil de la oposición. "Yo los respeto", dijo Maduro a sus opositores políticos. "Y me gustaría que ellos respondieran a la mano que yo les extiendo y pongamos fin a la guerra económica, al sabotaje y a las amenazas de violencia". Pero, su planteamiento quedó sin respuesta.

Luego de las manifestaciones del 1º de septiembre la ministro de Relaciones Exteriores, Delcy Rodríguez y el ministro de Relaciones Interiores, Néstor Reverol sostuvieron una conferencia de prensa a la cual asistieron diplomáticos acreditados en Venezuela.

Rodríguez y Reverol presentaron evidencias irrefutables del hecho que los dirigentes de la oposición trataron de utilizar la manifestación del 1º de septiembres para desestabilizar el país. Fue un intento más para provocar un enfrentamiento y provocar un choque entre los participantes de ambas marchas para derramar sangre (mientras más víctimas, mejor) al tiempo de acusar al gobierno de ser culpable del derramamiento de sangre.

La oposición tildó su manifestación como la "Toma de Caracas". Como lo señaló acertadamente Delcy Rodríguez, los desplazamientos proactivos del gobierno hicieron posible evitar una masacre, mientras que los conspiradores "fueron frustrados por los servicios de seguridad y la policía". Rodríguez señaló que franco tiradores habían sido detectados en Caracas apostados para disparar contra los manifestantes. Rodríguez indicó que los más altos niveles dentro de la derecha conservadora venezolana están tratando de influir en la opinión pública internacional exhibiendo "imágenes ficticias de nuestro país" y creando escenarios para estimular una intervención de fuerzas extranjeras.

El ministro del interior Néstor Reverol, describió en detalle la labor de los servicios de inteligencia venezolanos durante los últimos meses. Decenas de actos dirigidos a sabotear los servicios de transporte a los sectores petrolíferos, como también a las líneas de suministro eléctrico han sido frustrados. Almacenamientos secretos de alimentos y artículos de emergencia han sido descubiertos. Embarques de armamento que los conspiradores trataron de internar en el país han sido interceptados. Campos de entrenamiento paramilitar patrocinados por colombianos han sido descubiertos en Venezuela. Uno de estos campos fue descubierto en un área montañosa densamente boscosa a unos pocos kilómetros del palacio presidencial de Miraflores. Armas pequeñas han sido encontradas en estos escondites, incluso un fusil de franco tirador con alcance de mil ochocientos metros.

Los servicios de inteligencia de Venezuela han neutralizado a muchos dirigentes de la oposición radical. Las detenciones se han llevado a efecto y se han encontrados evidencias sobre las acciones de aquellos detenidos para socavar al estado. El ex alcalde Daniel Ceballos, de la ciudad de San Cristóbal, cercana a la frontera con Colombia se encuentra encarcelado. De acuerdo con el Ministerio de Relaciones Interiores de Venezuela, Ceballos estuvo planificando encabezar las protestas de los grupos radicales contra el gobierno el 1º de septiembre. Se trata de un sujeto peligroso. El año 2014 contribuyó a fomentar revueltas masivas que dejaron 43 fallecidos de ambos bandos.

Entre aquellos detenidos estaba Carlos Melo, activista del grupo Avanzada Progresista y Yon Goicoechea del partido Voluntad Popular quien aportaba un canal de comunicaciones entre la oposición y la embajada de Estados Unidos. Goicoechea también ha demostrado su lealtad a la enseña de las barras y las estrellas a través de sus diatribas contra Hugo Chávez y el año 2008 fue recompensado con el Premio Milton Friedman –el cual incluía 500 mil dólares en efectivo—"por su lucha por la libertad". Desde al año 2013 hasta el corriente este luchador por la libertad estudió en la Universidad de Columbia y regresó a Venezuela cuando los eventos comenzaron a desarrollarse en Caracas, declarando que él ahora estaba "listo para gobernar el país".

En ese entonces se emitió una orden de arresto contra Lester Toledo, coordinador político del partido Voluntad Popular quien reclutaba y pagaba a luchadores callejeros.

La embajada de Estados Unidos en Caracas se ha abstenido de emitir cualquier declaración pública acerca de la "Toma de Caracas" o acerca de la dura respuesta del gobierno a los últimos intentos de golpe. Pero en todo caso, el gobierno de Obama se opone al gobierno de Nicolás Maduro en todos los frentes, aprovechando cualquier "oportunidad momentánea" en América Latina. Un ejemplo típico de esto fue la Declaración Conjunta Acerca de los Últimos Eventos en la República Bolivariana de Venezuela el 11 de agosto pasado. Aunque esta declaración no puede ser considerada "conjunta" ya que solo fue firmada por 15 de los 34 miembros de la Organización de Estados Americanos, OEA incluyendo a Estados Unidos, Canadá, México, Colombia y Honduras mientras que fue rechazada por leales aliados de Venezuela tales como Ecuador, Nicaragua, Bolivia, El Salvador, etc. La declaración insta al gobierno de Venezuela a asegurar "que los últimos pasos para la realización del Referéndum Revocatorio Presidencial sean dados con claridad en forma concreta, sin demora y de este modo contribuir a una rápida y efectiva resolución de las actuales dificultades políticas, económicas y sociales que sufre el país".

Actualmente las batallas políticas en Venezuela giran en torno a este problema, la recolección de firmas en apoyo al referéndum para revocar al presidente Maduro. El Consejo Nacional Electoral de Venezuela, CNE ha casi completado la verificación de los formularios de firmas recolectados durante la última fase de este proceso político. Durante la segunda fase, la oposición necesitará reunir las firmas del 20 por ciento de la población electoral, por lo menos cuatro millones de personas. Los dirigentes del CNE han anunciado que la segunda fase se realizará durante el mes de octubre. De ahí el apuro de parte de la OEA, es decir, del gobierno de Obama. De acuerdo con la Constitución de Venezuela si se realiza un referéndum revocatorio durante el año 2016 y los electores deciden sacar a Nicolás Maduro, se programará una nueva elección presidencial. Pero si el referéndum no produce tal efecto hasta después del mes de enero del 2017 el Vicepresidente, Aristóbulo Izturiz, aliado y seguidor de Hugo Chávez, reemplazaría a Nicolás Maduro. Para la oposición eso equivaldría a una derrota.

La conspiración contra el gobierno bolivariano es dirigida por Luis Almagro, ex ministro de relaciones exteriores del Uruguay y actualmente secretario general de la OEA. Almagro es un agente que representa la política del Departamento de Estado norteamericano y ha tildado a Maduro como "dictador".

En cada foro internacional los dirigentes venezolanos rechazan al secretario general de la OEA. En el mes de junio pasado, Delcy Rodríguez hizo algunas revelaciones acerca de Almagro mientras se dirigía a la 48ª sesión de la asamblea general de la OEA. "Cada día obtenemos nuevas evidencias que el secretario general de esta organización ha asumido el bando de la oposición venezolana que está tramando el derrocamiento del legítimo gobierno de Nicolás Maduro, además de la incontrastable evidencia que el secretario general se suma a la interferencia exterior en los asuntos internos de Venezuela y se expresa como un agente de Washington".

La embajada norteamericana en Venezuela ha estado recogiendo diariamente las últimas actualizaciones enviando sus evaluaciones y recomendaciones a Washington. Hace varios años el volumen de personal fue recortado a insistencias de Caracas pero el personal que quedó continúa realizando el trabajo subversivo. Personal experimentado del Departamento de Estado, la CIA y de la inteligencia militar norteamericana fue despachado hacia el país como también equipos de especialistas de la Agencia Nacional de Inteligencia, NSA (sigla en inglés).

El Encargado de Negocios Lee McClenny que encabeza la embajada norteamericana en Venezuela está a favor de la "opción suave" para la remoción de Maduro luego del éxito del "experimento brasileño" para sacar a Dilma Rousseff. De este modo, la embajada está particularmente atenta a la crítica del "dominio bolivariano" de las instituciones de gobierno. El segundo a cargo de la embajada, Brian Naranjo, es un destacado especialista en Venezuela que llegó al país al país por primera vez el mes de enero de 1996. Inició su carrera como segundo secretario del departamento político –cargo que se utiliza tradicionalmente para encubrir a agentes de la CIA. Brian presenció el ascenso de Hugo Chávez al poder y cuenta con amplísimas conexiones, no solo limitadas al campo de la oposición.

Aparentemente, Lee McClenny y Brian Naranjo continuarán su labor para organizar el "referéndum revocatorio". Desde el punto de vista de los conspiradores golpistas norteamericanos esta es la opción para el cambio de régimen que actualmente luce más prometedora. El problema que enfrentan estos "eruditos" es que los dirigentes bolivarianos, incluyendo a los militares, nunca se rendirán ante sus opositores.

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Nil Nikandrov

Periodista y analista político escribiendo frecuentemente en la revista rusa internet Strategic Culture Foundation.

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