Para nadie es un secreto que la barbarie que se cierne sobre la Madre Tierra debido al calentamiento global está preñado de calamidades en desmedro de la humanidad. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, ha pedido un pacto global contra el cambio climático que sea "creíble" y "duradero"; ha recordado que la "catástrofe climática" amenaza ya al mundo y "nuestro futuro está amenazado". En París privó las ansias de poder y el afán de lucro. La mano invisible de Adán Smith aunque está visibilizada, el mercantilismo y el modelo depredador fracasado hasta la saciedad capitalista, está sin repuesta y agonizando. Entretanto, el planeta comenzó a dar señales inequívocas de destrucción.
El Protocolo de Kioto (1997), lo suscribieron apenas 37 países. China estuvo ausente; y Estados Unidos, se negó a firmar. Un fracaso. La Conferencia de Copenhague, en 2009 --muchas palabras, ningún compromiso-- no avanzó un milímetro respecto de Kioto. Otro fracaso. París dejó las luces encendidas. El desarrollo debe ser sustentable, al margen de la devastación de la naturaleza, del lucro y el lujo. Si no hay acuerdo sobre un hábitat humanizado, tampoco habrá humanidad. Luego, Estados Unidos y China, los países más contaminantes de la Tierra, ofrecen bla, bla, bla. Los platos rotos deben pagarlo los países que menos corresponsabilidad tienen en este desastre imperialista.
Si la temperatura al final de este siglo sube entre 2,7 y 4 grados centígrados, como calculan los expertos, estaremos al borde del exterminio total. El clima ya está cambiando. El responsable del grupo de expertos de la ONU (IPCC, por sus siglas en inglés), Hoesung Lee, cristalizó: "El clima ya está cambiando y sabemos que se debe a la actividad del hombre". Y ha augurado "impactos irreversibles" si no se actúa y se recortan las emisiones de gases de efecto invernadero, desencadenantes del calentamiento global. Por tanto, y sin lugar a dudas, nuestra vida y la de las generaciones futuras están en riesgo. La barbarie del capitalismo salvaje se lleva consigo toda forma de vida en la Madre Tierra. La deuda y la destrucción ambiental que ha dejado a su paso --desde que comenzó-- la revolución industrial privó ante la salvaguarda de la humanidad y los habitas.