El Consejo Nacional Electoral, instancia responsable de desarrollar todo el proceso electoral venezolano, siempre en la IV y ahora en la V República, ha sido elemento de discordia y cuestionamiento por los participantes en la contienda electoral, debido a su poca transparencia y su visible parcialización por los bandos participantes.
Pero en este reciente proceso electoral del 6 de diciembre de 2015 si es verdad que el árbitro casi que se traga hasta el pito, y fue ya por la madrugada que se escuchó un escuálido pitazo indicando el parcial e "irreversible" pero definitivo resultado del juego, a pesar de contar con tecnologías de punta que pueden informar los resultados en vivo y en forma sucesiva; Colombia nuestro vecino con un sistema manual de votación, máximo en dos horas está prácticamente concluido el conteo y conocido el resultado.
La hecatombe de los resultados para el gobierno está mas que a la vista, han intentado producir un sacudón, a los ministros le pidieron la renuncia, se empiezan a ver los premios a la consolación, designándolos a embajadas bien lejos como para no volver a saber de ellos, han buscado culpables en todo el territorio nacional, han bajado hasta los consejos comunales su malestar e inconformidad, a muchos se les ha tildado de "malagradecidos y traidores", por un resultado que ya estaba cantado, pues todos los estudios de opinión así lo indicaban, pero claro esta no en la magnitud ocurrida.
Pues bien, ahora resulta que para el gobierno, este Consejo Nacional Electoral, otrora publicitado a los cuatro vientos como el "mejor sistema electoral del mundo" "resultó tramposo" nada más ni nada menos que para el propio vendedor, llegándose a extremos que los mismísimos defensores a ultranza del CNE y algunos que por cierto lo dirigieron antes, hoy piden públicamente una revisión a todo su sistema electrónico y hasta del personal que lo maneja; algo asi como fin de mundo o parafraseando al insigne escritor Eduardo Galeano "el mundo al revés"
Las alarmas se encendieron en el gobierno indudablemente por la razón de haber perdido el pasado 6D y el otro chivo espiratorio son los votos nulos, que suman unos 686.119 como han reseñado diferentes medios y voceros; pero no alarmaron los 160 mil votos nulos de las presidenciales de 2006, ni los 287 mil votos nulos de las presidenciales de 2012, ni los 66 mil de 2013 cuando se ganó apretado las presidenciales, simplemente porque todos fueron ganados por el Chavismo con "el mejor sistema electoral del mundo" y el ganador no revisa, solo celebra el triunfo, por cierto craso error.
Curiosamente la Presidenta de la máxima instancia del CNE no ha salido a pronunciarse y a defender este sistema electoral del cual siempre ha dicho sentirse orgullosa, inclusive en las elecciones de 2013 que la oposición reclamó los resultados, ahí si salió muchas veces hasta rabiosa en defensa del sistema electoral ¿será que ahora igual que el gobierno, también tiene sus dudas? Y esto se dice por la simple lógica del pueblo: el que calla otorga, dejaron el pelero y se fueron de vacaciones, y de la oposición ni se diga, ahora si no canta fraude ni duda de los resultados.
Es hora de que todas las fuerzas políticas de este país se pongan de acuerdo y le atiesten un revolcón a esa ley electoral, que ya la probaron todos y se dieron cuenta de lo amarga que es la medicina cuando los resultados son adversos; es urgente que se revise ese sistema de circuitos inequitativo, donde todos ponen y uno solo gana, ¿dónde queda el discurso de la inclusión y la igualdad? ¿por qué las minorías no tienen el derecho consagrado en la constitución a expresarse?
Dada la actual realidad política, con una oposición que viene en enero de 2016 a instalarse en la Asamblea Nacional con holgada mayoría, dispuesta a hacer caída y mesa limpia, a cobrar completo su triunfo; deberá la "nueva oposición" comenzar a aprender y aprehender la realidad de estar en la otra orilla del río y comprender que se perdió y hay que respetar, de lo contrario se estará dando una mala señal al país y al mundo de irrespeto a los principios democráticos y violatorios a la constitución, con la gravedad de poder llegar a extremos de ingobernabilidad, que puede conducir el país definitivamente al precipicio que nadie ni quiere ni aspira.
Son poco alentadoras las esperanzas que se tienen sobre Venezuela el venidero año que ya está al voltear la esquina, tendrá el país que enrumbarse por nuevos derroteros que dignifiquen a los menos favorecidos, que genere confianza y gobernabilidad, y que los nuevos procesos electorales como único modelo democrático de dirimir las diferencias, se encuentre con un nuevo CNE sin estas enclenques barandas.
"Al Salir por la puerta hacia mi libertad supe que, si no dejaba atrás toda la ira, el odio y el resentimiento, seguiría siendo un prisionero" Nelson Mandela.