Otro que lo enterró Chávez

Otro que lo enterró Chávez

Cástor Díaz*

Pareciera que la historia si se repite sobre todo cuando hay quienes la olvidan, por senilidad, por conveniencia o simplemente por prepotencia y se creen los predestinados. En el campo de la política parece que es el terreno mas fértil para este fenómeno que en otras instancia no ocurre.

Y es que en política los errores se repiten y para desgracia de quienes caen en esa senda, el pago es demasiado caro. Generalmente los errores son la tumba de quienes se desbocan y no miden ni las palabras, ni los pasos que van a dar y mucho menos avizoran cuales y cuantos son los obstáculos que deben sortear para evitar el requiem una vez cometida la pifia.

Así mismo hay, valga decir que en la historia son poquísimos, quienes alcanzan la inmortalidad y viven por siempre en el imaginario de sus pueblos, que los aman y recuerdan con respeto, devoción, admiración y sirven de guía para las luchas libertarias que sus herederos emprenden o las continúan heredadas de ello, para consolidar los sueños que en el tiempo han venido forjando.

En el pasado de nuestra patria, tenemos héroes inolvidables, que por ser forjadores de nuestra nacionalidad, son también nuestra identidad, como el Generalísimo Sebastián Francisco de Miranda, Simón Bolívar, Antonio José de Sucre, Rafael Urdaneta, José Félix Ribas, Ezequiel Zamora, y otros, que como militares, entregaron su vida en defensa de la patria contra los imperios que siempre nos han acechado.

En la historia del siglo XX a Isaias Medina Angarita, como, el demócrata, desprendido, que prefirió el destierro antes que derramar sangre inocente, frente a la violencia de un grupo de aventureros vende patria que le dieron un golpe de estado para proteger a las petroleras y demás intereses de la oligarquía.

De finales del siglo XX y los tres primeros lústros del siglo XXI, a un segundo libertador, que no solo se sembró en el corazón de los venezolanos, sino de los americanos, africanos, asiáticos y europeos, amantes de la libertad que han encontrado en su pensamiento la levadura para amasar el pan de la liberación de los pueblos oprimidos del mundo. Nos referimos al Comandante Eterno Hugo Rafael Chávez Frías, que cual Cid Campeador, a dos años de su partida física sigue ganado batallas y enterrando a los enemigos de la patria.

Hace 24 años, en el hemiciclo del entonces Congreso Nacional de Venezuela, un Senador de Acción Democrática, David Morales Bellos, de verbo encendido y de una retórica acendrada, se irguió en la tribuna de oradores donde realizaba un acto la derecha burguesa, para condenar la rebelión cívico militar encabezada por el Teniente Coronel Hugo Chávez, contra Carlos Andrés Pérez, en su segundo nefasto y criminal gobierno y, con la arenga de "Muerte a los golpístas", pidió la pena de muerte para el comandante Chávez y sus compañeros de rebelión. Ese señor, con ese ataque de histeria fascista, se enterró políticamente, hasta sus propios compinches repudiaron esa actitud, mientras las simpatías por aquel joven y valiente soldado aumentaban vigorosamente y aquel "Por ahora", se convirtió en una arenga de esperanza que repetíamos en todas partes y en todas las reuniones inclusive las sociales. Porque precisamente Hugo Chávez, el Arañero de Sabaneta, había partido la historia en dos, uno, porque era el primero que frente a la dificultad, una"derrota militar", asumía su responsabilidad ante el pueblo y la historia, para convertirla en una victoria política, que lo convertiría en el Cid Campeador, que hoy sigue acobardando a sus enemigos.

Y la historia se repite, 24 años después, un compañero del desaparecido David Morales Bello, en un ataque parecido de iracundia, arremete contra la memoria de Bolívar, el honor de la patria, de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana y contra la memoria y la familia del Comandante Chávez, en un acto de soberbia poseído por una mayoría circunstancial en la actual Asamblea Nacional, y en el mismo lugar, con el mismo resultado. La grosera, temeraria y carente de toda humanidad de Henry Ramos Allup, le ha granjeado el repudio y el desprecio de los venezolanos y de los pueblos del mundo que aman y respetan a Chávez y a Bolívar. Políticamente cavó su fosa, por eso coloquialmente decimos, otro que lo enterró Chávez. Periodista* CNP 2414 cd2620@gmail.com



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Cástor Díaz

Periodista CNP 2414

 cd2620@gmail.com

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