En los últimos días, el TSJ ha estado sacando sentencias como arroz… Es de recordar que en la IV República, el Poder Judicial se fue pervirtiendo debido a la influencia de los partidos políticos que se apropiaron de los tribunales del país por vía de las llamadas "tribus judiciales". Gracias a la voluntad del Presidente Chávez se inicia un proceso de depuración. Así el 6 de julio de 1999, la AN Constituyente decreta su reorganización con la creación de la Comisión de Emergencia Judicial. Le correspondió a mi padre, Manuel Quijada, presidir dicha comisión, al igual que la Comisión de Funcionamiento y Reestructuración del Sistema Judicial, creada en marzo de 2000. En poco más de un año salieron de sus cargos el 45% de los jueces del país, por estar incursos en hechos de corrupción o por faltas graves, se designaron 900 jueces temporales, mediante minucioso estudio de sus credenciales y consultas a abogados honorables de cada región, mientras se establecían las bases de los concursos de oposición. Y se le dio la oportunidad al pueblo de objetar cualquier candidato seleccionado.
Este inmenso esfuerzo del Presidente Chávez se fue desvirtuando rápidamente. Supimos de ciertas imposiciones de Luís Miquilena, siendo Ministro de Interior y Justicia, como las designaciones de Franklin Arrieche, ex – consultor jurídico de una empresa de seguros y de Alberto Martini Urdaneta, ex – Ministro del Trabajo, bajo Caldera I. Fue el principio del fin de una gran idea… Si bien se mantienen en sus cargos algunos magistrados honorables, la política partidista ha regresado. El último episodio, la reciente designación, sin los requisitos que establece el artículo 263 de la CBRV, de 13 magistrados principales y 21 suplentes. En pocos días el TSJ anuló la proclamación de 4 diputados de Amazonas, hizo mutis cuando se modificó la Ley del BCV, ordena a los partidos de la MUD y del GPP, salvo el PSUV, a reinscribirse en el CNE, haciendo paradójicamente referencia a la "ética política" y declara en desacato a la AN. Pocos meses antes había cambiado de un plumazo a la Directiva del MEP.
Debemos cuestionarnos: ¿Dónde queda la ética a la cual nos debemos los revolucionarios? El Presidente Chávez jamás hubiese incurrido en tanta torpeza que seguiremos pagando electoralmente.