Se están creando muchas expectativas para la producción de alimentos en base a la creación del Ministerio para la Agricultura Urbana, al respecto es importante analizar algunos elementos sobre los requerimientos de alimentos en las ciudades y sobre las áreas o localidades donde tradicionalmente se realiza su producción
La alta densidad poblacional en la mayoría de nuestras principales Ciudades, genera una dinámica ocupacional que exige para su consumo, alimentos procesados o semiprocesados provenientes de materias primas agrícolas, que pueden llegar transformadas o transformarse en dichas ciudades; así como de productos frescos donde destacan las hortalizas, las frutas, raíces y tubérculos (papa, yuca y otros), empacados o semiprocesados algunos sin el debido tratamiento para garantizar la calidad y sanidad exigida por las normas de provisión de alimentos.
En los productos de consumo fresco es donde la agricultura periurbana, más que la urbana que es incipiente, tiene y ha tenido una importancia primordial en su producción; en primer lugar por las necesidades inmediatas de su colocación en el mercado; segundo porque no requiere de amplias superficies, maquinarias y equipos costosos o sofisticados; tercer por la remuneración apropiada del trabajo ejecutado y la relativamente baja o moderada inversión para la producción; cuando las condiciones de los terrenos y la disponibilidad de agua para riego, permiten su permanencia.
Condiciones que con importantes limitaciones, en tiempos de cambios climáticos, están presente el eje norte central del país, estados Aragua, Carabobo, Miranda , Vargas y Distrito Federal, pero no suficiente como para cubrir la demanda por estos productos del mayor asentamiento poblacional del país; ni con la adición de la agricultura propiamente urbana, que tiene como limitante fundamental, la competencia por agua para riego, con el agua potable de consumo humano, que ya es de tendencia deficitaria y las muy pocas posibilidades de cosecha de agua de lluvia (almacenamiento en infraestructuras y lugares apropiados) más factible en las áreas periurbanas.
La creación de Ministerio para el soporte del conjunto de sistemas productivos, que se desarrollan cercanos a las ciudades y centros poblados de menor magnitud, es de gran importancia; debido a que se carece de políticas o planes concretos para este sector productivo, cuya principal característica es la poca dependiente o relación con la agroindustria a excepción de pequeñas plantas transformadoras, para agregar valor comercial algunos productos. Las políticas del Ministerio de Agricultura históricamente han estado más dirigidas hacia la producción de rubros a mayor escala, de su procesamiento agroindustrial y de su relación con la importación de materias primas y de productos consumo procesados de consumo humano, así como de la infraestructura, el financiamiento y los insumos requerido en el procesos productivos y en poca monta atiende a la pequeña producción.
El 21 de diciembre del pasado año, por esta misma página; en articulo dirigido al Presidente Maduro, titulado "Superar la crisis agrícola y la escases de productos alimentarios con soberanía en la producción, una deuda a saldar por la Revolución Bolivariana", hicimos referencia a este tema, planteando la necesidad de dimensionar la función del Ministerio de Agricultura, creando o delegando a otras instancias el apoyo a la pequeña producción que por su magnitud (estimadas en aproximadamente 300.0000 unidades de producción) distribuidas en las muy variadas condiciones agroecológicas del país, que demandan de infraestructuras, maquinarias y equipos apropiados; de formación y organización para el uso de tecnologías de avanzada, asistidos por especialistas e innovadores ligados a procesos de investigación la investigación.
Nos sorprende el Presidente con la propuesta para impulsar el desarrollo de la agricultura a través de un Ministerio para la Producción Agrícola y Tierra y la creación del Ministerio para la Agricultura Urbana, que de acuerdo a notas de prensa y declaraciones en eventos para su promoción, tiene un alto sesgo hacia la agricultura orgánica u organopónicios en cultivos de canteros o barbacoas y otras pequeñas infraestructuras en huertos caseros (patios, balcones) y espacios públicos, la masificación de estos sistemas tiene como principal limitante la competencia por agua de consumo con la población, que en los actuales momentos es limitada por los efectos del cambio climático con factible proyección en años subsiguientes; solo superable con infraestructuras para la cosecha de aguas de lluvia y subterráneas, con mayor factibilidad en áreas periurbanas
No obstante han habido algunos planteamientos, sobre la inclusión del área periurbana bajo el reflejo de las grandes ciudades, sin evidencia o claridad sobre las pequeñas producciones familiares de áreas rurales o del entorno de pequeñas ciudades o centros poblados y la indígena; así como de los Colectivos Agrarios y Fundos Zamoranos, que intentan o requieren de la diversificación de sus rubros para disminuir la dependencia de cultivos de zafras subordinados a procesos agroindustriales.
Se trata de un tema que merece una discusión más amplia, por su permanente efecto en la soberanía de la producción y las opciones de su mejoramiento para garantizar la calidad y sanidad de sus productos, mediante técnicas e insumos agroecológicos (bioinsumos) en lo cual, además de los cultivos organopónicios, existen variadas alternativas con los mismos propósitos, para áreas y cultivos de mayores dimensiones. Vale mencionar también los cultivos protegidos (Casas de cultivos) que además de la eficiencia para el manejo del agua y de los bioinsumos, su alta producción por metro cuadrado, puede convertirse en un aliciente para evitar la ampliación del uso agrícola hacia terrenos con fuertes limitantes por topográficas y riesgos de erosión, en la producciones a cielo abierto con potenciales efectos en la contaminación de cursos de agua y del ambiente general, de áreas urbanas y periurbanas.
Indudablemente que se trata de aspectos de compleja interacción que requieren de un Ente Rector que defina políticas y planes para interaccionar con la multitud de actores: agricultores (as) o familias productoras, instituciones públicas y privadas (ONG’s) particularmente las dedicadas a la investigación e innovación de procesos productivos. Aun cuando las presiones alimentarias del momento, obligan a soluciones de corto tiempo; tenemos que enmarcarla en una visión de mayor alcance para lo cual sugerimos al Ciudadano Ministro para la Producción Agrícola y Tierra y a la Ciudadana Ministra para la Agricultura Urbana; abrir una consulta o discusión para visualizar la ampliación de este último Ministerio que a mi juicio debería denominarse Ministerio para la Pequeña Producción Agrícola (rural o campesina, periurbana y urbana) incluida la indígena