Por Toby Valderrama y Antonio Aponte
El gobierno, pero no sólo el gobierno, toda la política venezolana atraviesa una peligrosa etapa. La mediocridad de los bandos en disputa, su desarraigo de las masas humildes anuncia momentos muy difíciles para el país. Cuando la política pierde su posibilidad estabilizadora la sociedad entra en una turbulencia que puede conducirla a los desfiladeros de la crueldad.
Cuando el gobierno se adentra en la socialdemocracia retrocede a formas agotadas y profundiza la crisis, despoja a la masa humilde de la esperanza, de un futuro posible y las sume en el escepticismo; la dejación del Socialismo trae el aumento de la conciencia egoísta propia del capitalismo y la mezcla de desesperanza y egoísmo es explosiva, terreno propicio para el fascismo capaz de darle sentido, horrible, pero sentido a millones de seres vacíos.
La reedición del pacto de punto fijo es remota, es camino al fracaso, la turbulencia social reclama o una dictadura fascista que imponga el capitalismo a sangre y fuego, o el Socialismo. El 4 de Febrero la sociedad optó por la vía al Socialismo, abandonar esa senda abrió posibilidades al fascismo.
Estamos llegando a las orillas de los tiempos infames, la oposición no da respuesta, no puede, forma parte de un sistema que ya caducó, y el gobierno se paralizó en su ambigüedad. ¿Qué hacer?
El gobierno es alternativa a un golpe fascista, la posible reacción del Chavismo a este golpe no la trataremos hoy. El gobierno puede detener los sufrimientos de un gobierno fascista a condición de rectificar. Hoy proponemos un objetivo y seis medidas, que anunciados en el mitin de este sábado pueden iniciar la derrota de la socialdemocracia y del golpe fascista.
El objetivo que dará sentido a las medidas es "la recuperación del amor de las masas". Ese es el primer paso, previo a cualquier medida. Se debe reconocer que el gobierno perdió el amor de las masas; las elecciones, las encuestas, la cara, la mirada de la gente así lo evidencian. Reconocido esto, desechadas las adulaciones fantasiosas que justifican el descalabro, estamos en condiciones de tomar medidas heroicas.
El amor solo se recupera con la verdad, la transparencia, la sinceridad en el corazón que se manifiesta en la piel, en los ojos, en las manos. Hay que decir la verdad siguiendo el ejemplo de Chávez, cuando reconoce que no podían cumplir los objetivos trazados; esa sinceridad, esa mirada responsable le abrió el camino al espíritu colectivo.
La primera medida debe ser, tiene que ser, una profunda autocrítica; reconocer, pero desde el fondo del corazón, las equivocaciones, que el Presidente diga: "Nos equivocamos, pero vamos a corregir profundamente, de verdad verdad, los errores cometidos". "Confiamos en la burguesía, quisimos ahorrarle sufrimiento a los humildes, a los desposeídos; ese error lo corregiremos en lo inmediato". No lo coloca en una situación peor que la que tiene hoy, al contrario lo ilumina, le señala el único camino de la recuperación.
La segunda medida, dar pruebas claras del cambio: "hemos cometido errores en la construcción del Socialismo, dejamos prosperar teorías antirrevolucioanarias, le dimos muchas alas la ideología que frena la marcha, a timoratos y oportunistas". "La dirección de la economía hacia el Socialismo no puede estar en manos de los empresarios". "Ellos pueden ayudar con su sapiencia técnica, que es muy valiosa, pero no para construir capitalismo sino para construir socialismo". ¿Cómo hacerlo, como aprovechar los conocimientos de los empresarios pero impedir que nos lleven al capitalismo? Aquí viene la tercera medida.
Tercera medida: fortalecer los cuadros en el Partido. El PSUV, debe ser un partido de masas que envuelve una vanguardia de cuadros, esa transformación debe darse urgente, hay que formar dentro del partido los destacamentos de vanguardia garantía de la marcha al Socialismo, la dirección tiene que ser el primero de estos destacamentos. El partido así conformado debe ser el guardián del camino de la Revolución, controlar todo, inspeccionar todo, dar cauce a la crítica, debe ser soporte de lo popular, puente entre el gobierno y lo social. Se debe fortalecer la formación política, teórica; formar un instituto internacional de altos estudios del Socialismo, tráiganse teóricos de otros países, invítese a los mejores de aquí.
Cuarta medida, como prueba real de propósito de enmienda, reducir de inmediato el número ¡de escoltas y de funcionarios con escoltas!, eliminar las camionetas, reducir los viajes al exterior a congresos y otros eventos de turismo político, prohibir los festejos, los regalos, reducir 20 por ciento los sueldos de altos funcionarios, diputados de la bancada del gobierno, gobernadores, ministros, altos gerentes.
Quinta medida, crear un Comando antigolpe y anti agresión imperial que le de continuidad y credibilidad a las medidas, que no nos pase lo de las firmas: millones y no se sabe dónde andan, preparación para la resistencia que terminaron en nada.
Sexta medida, lucha contra la corrupción, aplicar la renta presunta, confiscar lo que no puede ser justificado, primero con los altos funcionarios, luego con los empresarios de maletín, y los explotadores.
De esta manera, el mismo sábado 12, al terminar de hablar el Presidente, las encuestas habrán subido, la confianza, la credibilidad se recuperará. Y cuando se concrete lo prometido, el gobierno tendrá la fuerza para resistir los embates de golpes, imperios y guerra de camaleones.