Al margen de las actividades que se vienen adelantando en relación al rechazo al "Arco Minero" existe la posibilidad real de poner en práctica una parte importante de lo participativo que tiene la:
"Constitución de la República Bolivariana de Venezuela"
Específicamente en el:
"Capítulo IV"
"De los Derechos Políticos y del Referendo Popular"
"Sección Segunda: Del Referendo Popular"
"Artículo 71. Las materias de especial trascendencia nacional podrán ser sometidas a referendo consultivo por iniciativa del Presidente o Presidenta de la República en Consejo de Ministros; por acuerdo de la Asamblea Nacional, aprobado por el voto de la mayoría de sus integrantes; o a solicitud de un número no menor del diez por ciento de los electores y electoras inscritos en el registro civil y electoral..."
El mismo debería leerse:
Artículo 71. Las materias de especial trascendencia nacional podrán ser sometidas a referendo consultivo:
1) por iniciativa del Presidente o Presidenta de la República en Consejo de Ministros;
2) por acuerdo de la Asamblea Nacional, aprobado por el voto de la mayoría de sus integrantes; o
3) a solicitud de un número no menor del diez por ciento de los electores y electoras inscritos en el registro civil y electoral.
En resumen, lo que nos importa en este caso es que:
LAS MATERIAS DE ESPECIAL TRASCENDENCIA NACIONAL PODRÁN SER SOMETIDAS A REFERENDO CONSULTIVO A SOLICITUD DE UN NÚMERO NO MENOR DEL DIEZ POR CIENTO DE LOS ELECTORES Y ELECTORAS INSCRITOS EN EL REGISTRO CIVIL Y ELECTORAL.
Una vez convencid@s de que es posible: suspender, posponer, abrogar, repudiar, condenar (o el verbo que corresponda) el plan de explotación minera previsto para la margen derecha del Orinoco; será necesario hacer acuerdos entre l@s interesad@s para elaborar una hoja de ruta que conduzca a objetivo que no será otro que el verbo referido más arriba.
Quizás el camino sea más complejo que la redacción de la idea pero le veo, más allá de gigantescos esfuerzos, la posibilidad de llevar el tema a una gran parte de, si no a toda, la población de nuestro país y adicionalmente, dejar sentado que las actividades que comprometan el destino de Nuestra Tierra y Nuestra Gente merecen un tratamiento mucho más amplio que el que se le dio a esa estrategia de explotación minera.