La OEA se ha reunido 3 veces con el tema venezolano en 3 semanas y las conclusiones son las mismas y se reiteran. No a la injerencia. Si al diálogo nacional. ¿Y por qué se percibe que estamos como al principio? Es decir, el secretario general de la OEA sigue amenazando, la oposición autista venezolana se niega a conversar con el Ejecutivo nacional y los gobiernos derechistas de América Latina insisten en "meter cuchara" sin mirarse al espejo. Se olvida que hemos llegado hasta aquí porque el presidente Nicolás Maduro trae nariceada a la oposición al marco democrático y, cual caballo salvaje, el presidente de la Asamblea Nacional grita "no me convoque más que no iré".
Rodríguez Zapatero en la OEA llamaba la atención sobre que "debe reconocerse ha habido un cambio de régimen en Venezuela. De la IV a la V República. Un proyecto político mayoritario que ha ganado 18 elecciones de 20 en 17 años". Es decir, de la democracia representativa a la protagónica y participativa. Pero la derecha interna y abiertamente la internacional no lo acepta. Probablemente, el drama venezolano tenga su origen en que hasta ahora las fuerzas políticas de la Revolución no han logrado superar el casi 60% electoral, en su mejor momento. El presidente Chávez lo repitió más de una vez, citando el genio de Antonio Gramsci en relación al bloque histórico: "lo viejo no ha terminado de morir y lo nuevo no ha terminado de nacer". Por ello es que ese troglodita opositor se cree en capacidad de patear la mesa. Rodríguez Zapatero fue enfático: "Se tiene que aceptar un cierto período de asunción recíproco de quien no ha ganado en 16 años y de quien pierde por primera vez. ¡Esto es Política!", añadió. Pero eso no lo entiende el presidente de la AN quien, enloquecido por su circunstancial triunfo y aupado por los lobos, ofreció derrocar el gobierno nacional lo más pronto posible y utilizando cualquier mecanismo. "Desconfíen de quien cree se puede lograr el programa máximo en 1 día", insiste el presidente español. ¡Esto es Política!
Y henos aquí en el mismo punto. Un fuerte impasse que nos ha llevado a una situación de tabla. 3 batallas ganadas pero el adversario sigue en pie. Y eso tiene que ver con la votación en República Dominicana. 19 países a favor de Venezuela y 12 en contra, el 60% otra vez. Así está América Latina hoy: los pueblos resistiendo la embestida de la derecha, con muchas escaramuzas, pero sin claro vencedor. O peor. El autismo es generalizado y, entre la soberbia y la desesperación por aniquilar la Revolución Bolivariana, ante los ojos del mundo violan todas las normas y tratados internacionales. Se quitaron, finalmente, el último velo que los enmascaraba. Dependerá de nuestra fortaleza y organización impedir que ello suceda porque es muy frágil la mayoría que todavía tenemos en CELAC y UNASUR tambalea.