Estaba como de costumbre navegando por el ciberespacio cuando de pronto tropiezo con un artículo de un tal Jorge Scull quien exaltaba como hermosa carta, la DE BERTIN OSBORNE A VENEZUELA; lo ilustraba con un rostro adolescente pintado en tricolor con rodeado nasal de ocho estrellas (extraño que no fueran siete en vez de ocho) y unos ojos verdes muy europeos.
Debo confesar que ante la declaratoria manifiesta de Bertín en el título de su misiva: MI VENEZUELA AMADA sentí unos celos inmensos por el sentimiento amoroso que presagiaba hacia mi digna y soberana Patria, para luego constatar con alivio en el progreso de su lectura que estaba confundiendo sus relaciones afectivas con Fabiola Martínez, mi compatriota marabina, con lo que podría ser amor a mi Patria.
Habría que conocer a Fabiola y el tratamiento que como esposa le dispensa Bertín en su contrato amoroso para valorar si realmente ama a Fabiola, pero es que Bertín se empeña en su confusión en identificar a Fabiola con Venezuela mediante un silogismo matemático por aplicación de la transitividad. Es algo así como: Bertín ama a Fabiola (1ª premisa o premisa mayor). Fabiola es Venezuela (2º premisa o premisa menor). Luego: Bertín ama a Venezuela (Conclusión). Podríamos deducir también que Bertín ama al estado Zulia ya que Fabiola fue Miss Zulia en un certamen de Miss Venezuela
Ahora explicaremos el motivo de esta deducción y es que Bertín afirma en su erótica epístola refiriéndose a Venezuela y no a Fabiola, lo siguiente: "Lo amo tanto (al país) que tengo a mi lado, a una mujer maracucha*, que me ha demostrado que el carácter de vuestro país es inmortal (…) a unos suegros maravillosos que me demuestran cada día lo que es el amor, la fuerza, el cariño sin límites, la entrega en la ayuda, el esfuerzo y a dos hijos que son medio venezolanos y que me han hecho disfrutar la vida como nunca jamás"
¿Ahora, habrá que recomendar a quienes se interesen por el estudio de la Historia de Venezuela, que se lea este párrafo o que contacte a la familia Osborne-Venezuela para conocer nuestra estirpe? Recuerdo que alguna vez estuve enamorado de una bella italiana y para nada me importaba Italia, pero tampoco tomaba como excusa mi noviazgo para atacar al primer ministro italiano Giulio Andreotti o a la bota mediterránea, bueno que interés comercial podía tener yo en vender cualquier mercancía en Italia.
Confiesa Bertín que no puede cantar porque se le saltan las lágrimas cada vez que lo intenta, el bello tema "Venezuela" nuestro tercer himno compuesto por el recientemente fallecido Armenteros antes de conocer físicamente a nuestra Patria y del que sí, no podemos dudar de su amor por nuestra Patria; ¿será que Bertín tiene el mismo sentir que el amigo de su señora. perdón de nuestra Patria Jhon Kelly cuando dedica segundos de su tiempo diario en oración, quizás añorando a los pilotos estadounidenses cuando iban a bombardear a los niños en Vietnam como cantaba el Padre Cantor Alí Primera.
Confiesa Bertín que él había vivido Venezuela desde el año 1981 y hasta 1999 en que cambió para siempre y se jacta con atisbos de realeza como aquél del ¿por qué no te callas? que a las puertas del Hotel Eurobuilding en Caracas le dejó la mano extendida en el gesto educado de un saludo a Fidel y me pregunto si esto fue real, que lo dudo ¿Qué hacía en el entorno de seguridad que acompaña al Comandante? ¿Buscaría apertura para negocios del emblemático toro negro de Osborne, símbolo nacional del capitalismo en una España que atenta contra ancianos, como deben ser sus suegros, desahuciados, sin la entrega en la ayuda, y de niños o adolescentes como sus hijos con un futuro incierto en una España que siempre llamamos Madre Patria y que gente como Bertín la han convertido en Madre desnaturalizada.
Lo referente a la verdadera Venezuela en la mencionada carta de amor trasiega odio y rencor.
*término despectivo aunque usado generalmente.