Quinto malo

Los trazos de Hugo

Era un niño, muy niño y Hugo Rafael se comunicaba con sus pares de calle y escuela, dibujando sobre el macadan, con un trozo de carbón extraído del fogón antes de arder. Adentrado en la primaria, su facilidad para el dibujo la aprovechaba como complemento para su habla, que tampoco era nada escasa. Las gesticulaciones de sus manos, el canto, aprendido de ordeñadores y labriegos, que en el llano abundan como un solo ulular de la tierra. Si no se hubiesen atravesado en su camino el beisbol, el traje verde oliva y las armas para defender la patria, quizás ese muchacho hubiese sido periodista.

Mis amigas y amigos me preguntan "¿Puedes hablar de Chávez comunicador en la Filven?" y lo primero que les digo es que sería suficiente con preguntar: "¿Puedes hablar de Chávez?" Cualquier perfil que hagamos del patriota, amigo y enamorado de la Patria, Hugo Rafael Chávez, siempre va a converger en el comunicador. Arañero comunicador, amiguero comunicador, pelotero comunicador, dibujante comunicador, condiscípulo comunicador, disposicionero comunicador, subversivo comunicador, soldado comunicador, cantordesafinado comunicador, aliprimerista comunicador, maestro comunicador, candidato comunicador, presidente comunicador, Comandante Supremo comunicador.

Cualquier punto de apoyo siempre fue aprovechado por este Arquímides contemporáneo para mover al mundo con su palanca comunicacional (Arquímides de Siracusa: "Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo"). Para quienes sabíamos poco de sus andanzas nos pasaba desapercibida aquella leyenda que cantaba desde "la cuadra", en la Academia Militar de Venezuela: "Yo no me quedo en la casa, pues al combate me voy… Voy a defender La Puerta"… La Puerta del Valle de Momboy, ese punto de refriegas independentistas de siempre, como tantos otros de esta Venezuela infinita que el comunicador de Sabaneta nos ha enseñado a redescubrir como auténtica esperanza libertaria hasta hacerla liberada y socialista.

Solo, el rostro de mirada firme y boina calada que le identificaba como integrante del batallón de paracaidistas, revestido de autoridad, de rendido pero no de vencido, la tarde del 4 de febrero de 1992, Hugo Chávez, el teniente coronel, el rebelde, el revolucionario, se graduaría, en el paraninfo de la Patria, de periodista, de comunicador social, que traía la buena nueva al mundo de la independencia definitiva.

"Por ahora", nuestro pueblo recuerda y repite su frase, ubicándola en diversos contextos, siempre de lucha, alternativos, esperanzadores, mantra en la boca de los invencibles. "Vendrán nuevos tiempos", anunciaba en medio de gestos contundentes y propósitos, el mensajero del socialismo para el siglo XXI, a la venezolana, bolivariano, robinsoniano, zamorista… chavista.

Chávez es un revolucionario en esencia, pero qué revolucionario convencido se puede negar a comunicar la verdad liberadora, como sea. Chávez lo supo hacer, es un comunicador en esencia.



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Iván Padilla Bravo

Director del semanario cultural "Todos Adentro", medio adscrito al Ministerio del Poder Popular para la Cultura. http://www.mincultura.gob.ve/

 ivanpadillabravo@gmail.com      @IvanPadillaB

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