Un caso patético que nos regresa a una consideración prácticamente colonial y absolutamente despreciativa de lo que somos no solamente como pueblo sino como inteligencia colectiva es la aseveración de que los cambistas que operan en la frontera colombo-venezolana tienen la posibilidad de poder cambiar bolívares a pesos y a dólares directamente en su banco central o Banco de la República de Colombia. Es decir, los cambistas, que hoy dan hasta dos pesos por bolívar, pueden ir con esos bolívares al BRC y recibir muchísimos más pesos por bolívar, pesos que, a su vez, pueden cambiar a dólares y de nuevo a bolívares (a la tarifa de DolarToday), y así, sucesivamente, dándole vuelta permanente a una "bicicleta cambiaria". El mismo argumento que hace un tiempo emitía el reconocido asesor económico del gobierno de Maduro, el doctor en economía Alfredo Serrano Mancilla (vea la afirmación aquí en Telesur:
Por su parte, la economista Pascualina Curcio publicó el día de ayer en Aporrea un análisis que nos terminaría de aclarar paso a paso cada una de las operaciones efectuadas por estos operadores, además, revelándonos dónde está el resto de billetes de cien que al gobierno le faltó recoger: ¿Entonces, dónde estan los billetes de 100 Bs? (http://www.aporrea.org/economia/a238881.html) un importante detalle que se le pasó por alto tanto al ministro Reverol como a Mario Silva, pues no solo los billetes de cien estarían en depósitos en Europa, sino además, en el Banco de la República de Colombia, lugar de depósito que sumaría un acumulado de billetes de cien de tal magnitud, dice Curcio, que "debieron llevarlos a otros depósitos, quizás suizos, o simplemente le dieron otro uso, como por ejemplo ‘papel para elaborar billetes’, por lo que así, quizás, fueron vendidos", o que "con respecto a los otros 2.000 millones de billetes que siguen fuera, tal como hemos dicho, quedaron en el BRC y quizás por falta de espacio, dado el volumen, los han estado enviando a depósitos europeos". Con lo cual podemos terminar de concluir que las famosas ONGs que estaban sacando billete por billete del país, no son más que el propio Banco de la República de Colombia pagado, imaginamos nosotros que directamente, por el Departamento de Estado de EEUU.
Lo que sucede es que a partir del año 2000, con la resolución N° 8, estas operaciones habían pasado tan desapercibidas que ni siquiera Chávez se había dado cuenta, pero que de haberlo advertido, pensamos que tampoco hubiera podido evitar aquello que en cuestión de semanas, se hubiese convertido en el mercado más excitante del mundo, donde llegarían de todas partes a intentar hacer parte de la jugosa ganancia que estaría facilitando el Banco de la República, que convertiría a Colombia de paso, en una República altruista y bolivariana, la más simpática de la historia, donde este Estado estaría financiándonos tanto a nosotros los venezolanos como a los cambistas colombianos. Estos argumentos fraudulentos son un absurdo que nos convierten a nosotros en candidatos al pueblo más imbécil creado en la modernidad, en la medida en que sigamos pasando tantos detalles y tantas especulaciones por alto.
Mentiras flagrantes son un desprecio completo a todos nosotros y una burla a nuestra situación material, ya que ni los compradores directos de heroína en Afganistán, vendida sin intermediarios en los mercados de droga de New York, obtendrían una tasa de ganancia tan delirante como la de los cambistas de Cúcuta (en realidad, una tasa de ganancia efectivamente así de delirante, solo se permite por estos lados, a través de la financiación a todos los que se han chuleado los dólares a 10 bolívares directamente de las arcas del Estado venezolano, que sí vienen rodando en esa bicicleta cambiaria para luego vender de hecho grandes sumas en el mercado libre de dólares según los precios de Cúcuta, DolarToday, entre otros).
Diríamos, con respecto al gran volumen de billetes de cien bolívares que posee el Estado colombiano en sus arcas, que en parte ha utilizado para reciclar el papel moneda y en otra para esconderlo en depósitos en Europa, seguramente que ya, las autoridades respectivas de ambos países, acordaron cómo respaldar ese dinero, contando con que los venezolanos no tenemos dinero ni para imprimir billetes, tal vez, lo que hicieron las autoridades de acá en vista de la situación de habernos quedado con un 2% de billetes de a cien y sin dólares, fue prometerle Los Andes, la Sierra de Perijá y lo que nos resta de la Guajira a nuestro hermano Estado de Colombia.
Como principales cerebros de esta estafa a la verdad se han estado dedicando en los últimos días a tratar de justificar el desastre monetario. Estos intelectuales tarifados intentan justificar las consecuencias del control de cambio, el desfalco y saqueos internos como parte de una conspiración tan exitosa, que a Venezuela, subsumida en su propia tragedia, ya no le quedaría otra salida sino la de imitar el modelo cambiario de Cúcuta y el de todo el mercado fronterizo impulsado por la resolución 8, tal y como ya fue anunciado por el gobernador del Táchira, Vielma Mora, donde desde el lado venezolano también habrá casas de cambio y la gasolina podrá ser comprada en pesos.
En realidad, lo que están haciendo estos seres no es buscar solo una medida desesperada para justificar el desastre cambiario, al cual finalmente llegamos, sino de manera mucho más grave, justificar la forma en que efectivamente el bolívar se utiliza por mafias venezolanas y colombianas en operaciones garantizadas por las instituciones de frontera de ambos países, incluso las armadas, para el contrabando de gasolina, narcotráfico, proliferación de prestamistas y todo un gigantesco mercado que se ha ido generando a través del capitalismo subsidiario y sobrevaluación monetaria desde hace más de 13 años.
En todas estas operaciones gansteriles donde están incluidos gobierno y oposición, y militares, ligadas a estas mafias de la frontera, supuestamente la finalidad de la operación contra la extracción del billete de cien era atacar a estas mafias de manera intempestiva, pero todo se convirtió en una nueva estafa a todo el pueblo venezolano en función de las riquezas de estos núcleos mafiosos que en estos momentos ven cómo el Estado venezolano se pone a sus órdenes, sirviéndoles, a través de la especulación monetaria, en la promoción de todos los tipos de especulación y ligas mafiosas, sin poner absolutamente ningún orden ni en su frontera ni en los precios diferenciales de artículos, ni mucho menos en su moneda, produciendo una pobreza consecuente con la hiperinflación que induce este caos monetario calculado.
Fijémonos en lo que ha pasado en la otra frontera, en el caso del estado Bolívar, donde sabemos el desastre que se formó este último fin de semana en sus principales ciudades, que fue finalmente la consecuencia de la enorme cantidad de billetes del dinero desbancarizado, que terminan acumulando los pequeños mineros que, de quedar con algunas gramas de oro en las manos, producto de su producción, estarían obligados a vendérselas a estas mafias de contrabando que llegan al estado con camiones enteros de dinero, pagándole a todas las autoridades y quedándose ellos con la producción aurífera, mientras el minero, se queda con la paca de billetes. En este caso no se estaba atacando a los grandes núcleos de las mafias contrabandistas sino a los intereses de la clase trabajadora minera, y cuando mucho de algunas bandas criminales manejadas por el gobernador Rangel Gómez, que este fin de semana llegaron a la desesperación caótica, según lo han advertido voceros de los trabajadores de esa zona del país.
Estos intelectuales como Serrano Mancilla que llegan al absurdo, son parte de los ya famosos asesores españoles que solo han servido como estrategas y justificadores de un sistema de cambio que ha destruido la industria interna y financiado por más de una década las oligarquías parasitarias y los grandes bancos. Lo que hacen en este caso no es solo falsificar la verdad sino despreciar absolutamente el destino de un pueblo con el cual no tienen compromiso alguno.
Nuestro colonialismo interiorizado llevó incluso al presidente Chávez a negarse el asesoramiento de inteligencia nuestra y poner los destinos del país en manos de unos farsantes que jamás dirían cosas así en su tierra natal, España, y que vinieron hasta acá a hacer parte de una operación conspirativa contra la Revolución popular. Intelectuales como la Curcio -ya con este último escrito no nos cabe duda-, solo sirven como inteligencias tarifadas que por decenas han venido haciendo de la mentira intelectualizada y racionalizada su propio modus vivendi. Allí no existe compromiso de ningún orden ni siquiera con una verdad matizada, en este caso se trata de una mentira flagrante para justificar lo injustificable.
Nosotros denunciamos esta operación de colonización de nuestras mentes como parte de la gran estafa mafiosa que se ha producido con este intento desastroso de acabar del día a la mañana con el valor del billete de máxima denominación del país, motorizar inmensas operaciones de lavado de dinero y jugar callados a la puesta en práctica de una operación expropiativa de billetes producto de que el Estado se quedó sin un billete más de cien, con o cual tuvo que pagar millardos para la fabricación de nuevos billetes que todos los días van perdiendo su valor, hasta quedarse sin un medio… saquen sus conclusiones.
Roland Denis y Beatriz Pantin / Equipo Frontal27