Después de la muerte de Chávez a estas alturas, tres años después de la elección de Maduro como presidente y del estado de cosas que hemos visto pasar y por la cual estamos pasando, es para que la oposición venezolana estuviera gobernando Venezuela. Pero esta oposición nunca se planteó ser gobierno realmente y no actuó en consecuencia. Solo se dedicó a sabotear al gobierno democráticamente electo del presidente Chávez, contraviniendo toda norma, toda ley, toda una Constitución, la cual anteponen ahora.
Con ese sabotaje irracional la oposición perjudicó a toda una gran mayoría democrática que una y otra vez, en reiterada ocasiones votó por Hugo Chávez. Arrastró a sus seguidores a actuar de la misma forma. Saboteó a sus instituciones solo por el mero capricho de burlarse de un venezolano más que como presidente de Venezuela merecía un mínimo de respeto, pero al final terminó burlándose de sí misma, irrespetándose a sí misma, envileciéndose y envileciendo a algunos de sus seguidores. Una oposición que hubiese respetado, principalmente, a la mayoría democrática, que hubiese respetado nuestra soberanía, sin seguir lineamiento del exterior, que hubiese respetado al árbitro electoral, que le entrego las gobernaciones y alcaldías ganadas, durante todo este proceso, estuviera hoy triunfal, gobernando, construyendo, transformando y no perdida, entrampada y diluida como lo está hoy.
Una de las instituciones injustamente más atacada por la oposición ha sido el Consejo Nacional Electoral, principalmente a sus rectores. Pero actualmente pareciera que el CNE le estaría pasando factura a la oposición con el sabotaje a la celebración del referéndum revocatorio constitucionalmente establecido, con la mamadera de gallo en la recolección del 20%, al cual fijó una fecha para luego eliminarlo y rematando con las postergación para marzo de 2017 de las elecciones de gobernadores, constitucionalmente establecido para el mes de diciembre de 2016, entonces tenemos con este accionar un CNE transmutado, poco serio como la oposición, una institución parcializada, sectaria, mezquina y envilecida.
Las instituciones ya no son las misma de cuando Chávez, democráticas, serias e institucionales. Son sectas que siguen los lineamiento de un grupo despótico, irresponsable y poco inteligente que pareciera que no saben que la suma de 2 más 2 son cuatro, han sacado mal sus cuenta, para mal de las mayorías, mayorías que no ven en la oposición una opción a esta secta que gobierna. Esta es nuestra realidad actual, resultado de esa pugna feroz entre gobierno y oposición que nunca ha tomado en cuenta que todos somos venezolanos y que compartimos un mismo territorio, un mismo gentilicio, un gran y hermoso país.
El panorama que vemos entonces es a una secta seudochavista gobernando y en proceso de extinción, repitiendo las misma mañas de la cuarta república para mantenerse en el poder y actuando solo de acuerdo a sus negocios, cargos e intereses. Cuando lo que deberíamos ver, a estas alturas es a una oposición seria, coherente, democrática y soberana gobernando, garantizándonos, prosperidad, mejor calidad de vida y paz. Pero desafortunadamente esa no es la realidad que tenemos en la actualidad, porque esa oposición nunca pensó en ser gobierno, lo que tenemos, entonces, es un gobierno que se olvidó de ideologías, de proyectos, del proceso que está utilizando todos los recursos del estado para construir una pequeña masa clientelar de privilegiados, oportunistas y apátridas que les garanticen votos para mantenerse en el poder.
Así llegamos a este estado de cosas, una oposición entrampada, pagando las fechorías de sus líderes y una secta gobernando y utilizando todo nuestros recursos e instituciones como el SENIAT, PDVSA, CANTV ,CORPOELEC etc., para mantenerse en el poder en detrimento de las grandes mayorías, cuando lo que deberíamos tener, a estas alturas, es a una oposición demostrando que puede gobernar este país, democráticamente y a un chavismo "POR AHORA", castigando, depurándo, corrigiendo errores, dialogando y haciendo una oposición seria y responsable.