Desde que el desmoronamiento del bloque Soviético consigo se llevó la explosiva conflictividad de la Guerra Fría, dejándonos a merced de la arrogancia desmedida de unos EEUU que con la proclama del Fin de la Historia se hacia, con fines "humanitarios", sangrientamente cargo de la hegemonía mundial, no habíamos tenido periodos de tan alta crispación como en los actuales momentos.
Donde quiera que se mire hay resabios y fatiga de un modelo que agoniza bajo la firme disposición de los pueblos por encontrar una opción diferente. La legitimidad de los EEUU, a pesar de su sofisticada maquinaria mediática, ya no ofrece más que resistencia y reclamos para una urgente necesidad de encontrar un contrapeso que les impida continuar, con la más desvergonzada impunidad, llevándonos hacia el mismísimo despeñadero de una nueva confrontación mundial.
El Libremercado ha convertido el futuro de la Humanidad en una mercancía que difícilmente los pueblos están en capacidad de comprar. De ahí que nunca antes unos pocos habían tenido la fórmula de apoderarse y despilfarrar, lo que a pesar del imperio de las armas, es originaria pertenencia y necesidad de todas las formas vivas del planeta. Incluso este mismo, el planeta, ha encontrado la manera cómo protestar y alzar su "voz" en sus cada vez más peligrosos y continuos cataclismos, inequívoca señal de su agotamiento.
Venezuela no es la excepción, tanto es teatro de operaciones como principal Objetivo de Guerra no solo por sus inconmensurable riquezas sino por ser ensayo histórico en la pretensión de erigir una civilización donde el hombre pueda y deba existir en correspondencia con la naturaleza y, sobretodo, en paz consigo mismo. Por tanto totalmente desafiante y ajena a los interés hegemónicos de las Trasnacionales Extranjeras y su andamio político internacional. Primera causa para su ensañamiento. No sería petulante decir que hoy en día Venezuela es el engranaje principal del movimiento político-social que lucha por un mundo multipolar y la autodeterminación de los pueblos en Latinoamérica.
Lo que últimamente han "soltado" sobre Venezuela, lo que solo Cuba conoce y ha sabido soportar, mantiene en verdaderos infiernos a los países que le han aplicado esta fórmula claramente intervencionista: Países vecinos conspirando de la manera más desvergonzada (incluso buscando arropar con el manto mortuorio de la OTAN a los pueblos latinoamericanos). Laboratorios de guerra mediática las 24 horas concentrados y pujando toda suerte de campañas difamatoria. Desabastecimiento programado y selectivo de alimentos. Inflación inducida. Bloqueo económico internacional. Bombardeo cibernético (CANTV y PDVSA). Ataque de Credicard sobre el Sistema de Banca Electrónica, Cajeros Automáticos y Puntos de Venta, precisamente en tiempos de la más terrible falta de efectivo monetario en el país (a consecuencia de una orquestada estrategia de las Casas de Cambio en Cúcuta). Una Asamblea Nacional abiertamente conspirando. Capitales producto del narcotráfico captados para combatir la moneda nacional y promover el contrabando de extracción en la frontera con Colombia. Provocada desaparición de su billete de mayor denominación. Medios de la Comunicación nacionales e internacionales desinformando o sesgando peligrosamente la realidad del país, claramente buscando crear las condiciones para un estallido social. Guerra a los precios del petróleo a manos de sectores especulativamente financieros; son algunas razones o estrategias que, como veníamos diciendo han bastado para mantener a buena parte de los países del Medio Oriente, y seguramente a cualquier otra nación de Europa, en las más sangrientas de todas las guerras civiles.
A partir de cualquier "lomita" que sobresalga en la llanura nos están haciendo fuego. Incluso una suerte de "iluminados", cuya anemia ideológica no les permite reconocer que en su acto "crítico", en algunos casos no dudamos alguna buena fe (otros descarado oportunismo), siembran, incluso más que la propia canalla, confusión y zozobra en nuestras propias filas.
Son aquellos que desde las "cárceles" de su intelectualidad de manera impúdica e improfesa "hunden", con morbosidad sádica, el dedo sobre nuestras heridas con supuestas intenciones aromáticas y terapéuticas. Buscando ganancia de pescadores terminan por sacarle el "tapón" al "barco". Haciendo imposible su manejo y criticando -o saboteando que no es lo mismo pero resulta igual- nuestro descomunal esfuerzo por mantenernos de pie pretenden, golpeándonos por la espalda, obligarnos a tomarlos en cuenta.
Ningún país que carezca de la fortaleza moral nuestra se habría mantenido en pie. Pero Venezuela no se trata de cualquier país, es el país de Bolívar y Chávez, y se encuentra librando la "madre" de todas las batallas que se iniciaron con este siglo. Es precisamente el legado el que, para algunos urge liquidar, y para nosotros urge consolidar. El camino que hemos decidido tomar se torna difícil pero es nuestro, como la Victoria que nos aguarda y no tardará en llegar.