Foro Social Mundial en Porto Alegre
Se esconden los amos del planeta a repartírselo en las fortalezas más inhóspitas. Quienes pensamos que la gente importa más que el dinero nos juntamos para devolver el mundo a la humanidad.
Desfilamos por la avenida Borges entre bosques de banderas floridas, pancartas y comparsas con dragones. Va y viene el estribillo: “¡Viva o povo venezolano! ¡Abaixo o imperialismo norteamericano!”
En el estadio cubierto del Gigantinho se lanza el delicado balón del planeta, que sólo impulsado por ideas anota el gol de la utopía. Contra el silencio del Pensamiento Único se alzan mil voces y olas humanas que cubrirán el mundo.
Tarik Ali, del Reino Unido, dice que el intento de desestabilizar al gobierno venezolano es preámbulo de la intervención en Irak por un imperio sin competidores que constituye la mayor asimetría de poder de la Historia.
Samir Amin llama a la unión de los países periféricos, destaca que Oriente Medio ha sido escogido como campo de batalla por Estados Unidos para controlar el petróleo, y por su posición geoestratégica para futuras guerras contra Rusia e India, así como la Amazonía por sus reservas hidrológicas y de biodiversidad.
Lelia Benjamin, de Estados Unidos, dice que el mayor obstáculo para la paz en la venidera guerra por la energía es la falta de oposición de los trabajadores estadounidenses, manipulados por las corporaciones y los medios.
Peter Rosset dice que la alimentación de un pueblo es un aspecto de la soberanía que no puede ser violentada por otro país ni organismo; señala que el neoliberalismo siembra el hambre en los países agrícolas al cosechar sólo para la exportación.
Mayda Barlow, de Canada, declara ilegítima la Deuda Externa de los países subdesarrollados porque surge de una larga historia de colonialismo y explotación, acentúa la dependencia, impone la concentración de poder, proscribe los programas de desarrollo, es contraída por autoridades ilegítimas para fines ilegítimos, pasa de carga insoportable a devastadora, porque su servicio niega los derechos a la educación, la salud y la seguridad social, porque ha sido pagada varias veces, porque los ciudadanos no la contrajeron, y quien no debe, no paga.
Osvaldo Martínez, de Cuba denuncia la tiranía del mercado financiero, gobierno del planeta no elegido ni sometido a inspección ni control, que mueve cada 24 horas 3 millardos de dólares de los cuales 90% son especulaciones que no producen bienes ni servicios reales; que sorbe a los países su producción a través de la Deuda Externa y los aniquila descertificándolos con las mismas calificadoras de riesgos que aprobaron a Enron y WorldCom.
José Luiz del Royo, del Brasil, denuncia que el gasto armamentista global del año 2001 alcanzó a 900 millardos de dólares, de los cuales 450 corresponden a Estados Unidos, mientras los países fabricantes de armas declaran no disponer de los 80 millardos de dólares que según la ONU bastarían para acabar con el hambre y la sed en el mundo.
Noam Chomsky, de Estados Unidos, examina la creciente concentración del poder militar en su país y advierte que el desencadenamiento de la guerra contra Irak, en lugar de frenar el terrorismo, alentaría nuevas acciones de ese tipo.
Adolfo Pérez Esquivel, premio Nobel de Argentina, preside una audiencia preliminar convocada por Global Media Watch para determinar si el caso de algunos medios de comunicación en Venezuela amerita el establecimiento de una investigación en forma.
En ese acto expongo documentadamente la práctica de algunos medios de presentar fraudulentamente cierres patronales parciales como paros totales, de alentar confrontaciones violentas, de presentar a los Bolivarianos víctimas de tales enfrentamientos como bajas pertenecientes a la oposición, de hacer desaparecer del espacio noticioso al país cuando la realidad de éste diverge de la que quieren imponer.
Earle Herrera, de Venezuela, documenta la sumisión de esos medios a las líneas editoriales que les imponían anteriores gobiernos mediante la adjudicación de anuncios, dólares preferenciales y curules parlamentarias.
Andrés Izarra, ex gerente de producción de un canal, rinde testimonio directo sobre el bloqueo informativo que imperó desde el 11 al 13 de abril, sobre la difusión televisiva de imágenes de supuestos militares enmascarados que llamaban a la subversión, sobre su despido por disentir de esas prácticas.
Aram Aharonian, presidente de la Asociación de Prensa Extranjera en Venezuela, corrobora el asombroso black-out mediante el cual se intentó hacer desaparecer a Venezuela del espacio noticioso.
Ignacio Ramonet, campesinos, comunicadores alternativos, indígenas rinden testimonios como usuarios y víctimas.
Dictaminan los jurados:
Naomi Klein, de Canadá señala que los medios en Venezuela están dominados por unos pocos intereses, y recomienda una televisión no corporativa ni estatal cuya fuerza sería la verdad.
Tarik Alí, editor de New Left Review, sostiene que semejante monopolio políticamente corrupto no sería tolerado en Estados Unidos ni en Europa, y recomienda una legislación regulatoria como en otras partes del mundo, y aboga por mejorar la calidad y la amplitud de la televisión estatal.
Steve Randall, dirigente de FAIR (Fairness & Accuracy in Information Report), verifica en los medios omisiones intencionales, desequilibrio, irresponsabilidad y despreocupación, recuerda que los comunicadores se deben al servicio público de decir la verdad, recomienda tomar seriamente los reportes hechos al respecto, respetar la idea de que los medios pertenecen al pueblo, y efectuar una nueva audiencia con mayor documentación y comparescencia de los medios.
Justificadamente concluye Daniel Herz, miembro del Consejo Nacional de Comunicación de Brasil, que cuando los medios embisten contra un gobierno establecido por el pueblo, elegido democráticamente y constitucionalmente regido, intentan usurpar la soberanía popular.
Si algunos medios pierden el juicio, todos debemos recuperarlo.
La Soga en Casa del Ahorcado
Dos cosas no se deben mencionar: La soga en casa del ahorcado ni los medios en el mensaje de los medios.
Sin embargo, algunas críticas meritorias sobre la función mediática han traspasado el horizonte de los eventos. Alertó Pablo Antillano contra la instauración de una “mediocracia”. Dos semanas antes del golpe del 11 de abril escribía Ibsen Martínez que “la oposición no debe confundir su dominio sobre los medios con ascendiente sobre el soberano”, advertencia que de ser tomada en serio habría ahorrado a todos serios tropiezos.
Diez meses más tarde, aconseja que “consideremos la dupla Ortega & Fernández tan sólo como los sujetos -¿telegénicos?- que tanto entusiasmó a la facción de gerentes de la televisión comercial que, al parecer, ha logrado usurpar la dirección política de toda la oposición sin consultarla”. Y añade que el título de líder constructor de un gran movimiento de oposición obrera “hay que ganárselo y no es cosa que pueda decretarse en la gerencia general de un canal de noticias”(El Nacional, A-4, 1-2-03).
El mismo día, indaga Fausto Masó “¿Pueden los medios dirigir la oposición contra Chávez? No. Con demasiada frecuencia las cuñas de la coordinadora traslucen la mentalidad, los argumentos, los sentimientos, la visión del mundo, de los creativos de las agencias de publicidad”. Y advierte Tulio Hernández que el gobierno subsiste a pesar de que la oposición cuenta con “el respaldo durante las 24 horas del día de las grandes plantas televisoras”.
¿Hablan de medios que operan a tiempo completo como actores políticos? ¿Qué usurpan la jefatura de la oposición? ¿Qué decretan la composición de la dirigencia y de los mensajes de ésta?
No son los únicos que lo han notado. Los ojos del mundo están sobre Venezuela. Para examinar estos fenómenos el premio Nobel Adolfo Pérez Esquivel presidió una audiencia preliminar el 27 de enero en el marco del Foro Mundial Social de Porto Alegre. Expusimos el caso Earle Herrera y quien suscribe. Declaró un nutrido elenco de testigos venezolanos y extranjeros, desde el director de Le Monde Diplomatique Ignacio Ramonet hasta el dirigente campesino Braulio Álvarez; desde la comunicadora de Catia TV Blanca Eekhout hasta la indígena Adalia Ermin; desde el presidente de la Asociación de Corresponsales Extranjeros Aram Aharonian hasta el gerente de producción Andrés Izarra, despedido por oponerse al bloqueo comunicacional del 12 y 13 de febrero.
Por algo será entonces que el jurado Steve Randall, editor de FAIR (Fairness & Accuracy in Information Report) verificó en los medios conductas de omisión de la verdad al desinformar sistemáticamente sobre la verdadera militancia de las víctimas en las confrontaciones, y de irresponsabilidad al llamar a la violencia y actuar como partes y no como testigos.
Por algún motivo Tarik Alí, editor de la New Left Review, calificó a los propietarios de los canales de monopolio políticamente corrupto, cuya falta de pluralidad no sería aceptada en Estados Unidos ni Europa, y que debe ser sometido a leyes regulatorias.
Con razón Naomi Klein, la autora de No Logo criticó la actual concentración de propiedad y enfatizó la necesidad de crear una televisión que no dependa del Estado ni de las corporaciones y cuya principal fuerza sea la verdad.
Justificadamente dictaminó Daniel Herz, miembro del Consejo Nacional de Comunicación de Brasil, que cuando los medios quieren embestir contra un gobierno establecido por el pueblo, elegido democráticamente y constitucionalmente regido, concluimos que intentan usurpar la soberanía popular.
Partidos y medios que eluden toda crítica implotan por falta de credibilidad. Decirlo puede significar la exclusión, pero nadie quiere ser parte ni público de medios unánimes.
Audiencia sobre los Medios Venezolanos en el Foro Social Mundial de Puerto Alegre
En el marco del Foro Social Mundial de Puerto Alegre, el 27 de enero el premio Nobel Adolfo Pérez Esquivel presidió la audiencia preliminar de una comisión de expertos sobre el caso de los medios de comunicación comerciales venezolanos, a instancia del Comité de Usuarios de los Medios de Comunicación Social de Venezuela y el Observatorio Internacional de los Medios (Global Media Watch).
Por invitación de estos organismos hicimos una exposición preliminar del caso el periodista Earle Herrera, sobre la conducta de los medios bajo regímenes anteriores, y quien suscribe, sobre la situación actual.
A instancia de Pérez Esquivel presentaron diversos testimonios sobre la experiencia venezolana Ignacio Ramonet, director de Le Monde Diplomatique; Gabriel Priolli, periodista brasileño, Gianni Minà, periodista y cineasta italiano, Paul Emile Dupret, asesor del Parlamento europeo, Blanca Eekhout, comunicadora de la televisora comunitaria Catia TV, Braulio Álvarez, representante de los movimientos campesinos de base; Aram Aharonian, Presidente de la Asociación de Corresponsales Extranjeros de Venezuela; las indígenas Adalia Fermín y Morella, y Andrés Izarra, ex gerente de producción de un canal comercial despedido por rechazar el bloqueo comunicacional decretado por los medios los días 12 y 13 de febrero.
El conjunto de deposiciones de especialistas, comunicadores sociales, testigos presenciales y víctimas así como las repreguntas a ellos condujo a los integrantes del jurado a categóricas conclusiones:
Steve Randall, editor de FAIR (Fairness & Accuracy in Information Report) advirtió que los testimonios evidenciaban que la conducta de gran parte de los medios comerciales en Venezuela se caracteriza por:
1) Omisión de la verdad, al dejar de reportar que gran parte de los muertos en las confrontaciones eran en realidad constitucionalistas.
2) Irresponsabilidad, al emitir llamados a la violencia y actuar como partes de la historia en lugar de informar sobre ella.
3) Despreocupación por las consecuencias de su actitud. En virtud de lo cual recomendó
A) Tomar en serio los reportes y testimonios presentados
B) Celebrar una audiencia pública posterior, quizá en Venezuela, para facilitar a los medios presentar su versión sobre los hechos
C) Defender la idea de que los medios pertenecen al pueblo y están a su servicio.
Añadió Randall que los ataques violentos de cualquier origen contra periodistas y medios no pueden ser tolerados y deben ser minuciosamente investigados.
Tarik Alí, editor de la New Left Review, expresó que la situación de los medios en Venezuela ha excedido cualquier realidad conocida en Europa. Que su falta de diversidad y de voces plurales no tiene precedentes y linda con lo bárbaro, y que operan mediante masivas campañas de descalificación. Afirmó que ello se logra mediante un monopolio políticamente corrupto, que no sería tolerado en Estados Unidos ni en Europa Occidental, y que debe ser disuelto. Se preguntó si habría que considerar la revocación de las licencias, y afirmó que se debería sancionar una legislación regulatoria como la que existe en muchos otros lugares del mundo. Señaló por otra parte que es indispensable mejorar la calidad de la televisión estatal, sin lo cual ésta deviene inútil: la misma debería ser un modelo, que incluyera la posición de los antagonistas aunque no le gustara, como en el caso de la BBC. Enfatizó la necesidad de la organización de los usuarios para comprender lo que sucede en los medios privados y entender críticamente sus mensajes, en lugar de focalizarse en consignas tales como “hay que matar a Chávez”.
Naomi Klein, luchadora contra la globalización y autora del penetrante tratado No Logo enfatizó la necesidad de crear una televisión que no dependa del Estado ni de las corporaciones y cuya principal fuerza sea la verdad, que es en sí misma increíblemente poderosa. Verificó que la propiedad de los medios venezolanos está concentrada en unos pocos intereses. Enfatizó que era necesaria una investigación más rigurosa sobre el tema, con especial cuidado en la calidad de la información.
Daniel Herz, miembro del Consejo Nacional de Comunicación de Brasil y del Foro Nacional por la Democratización de la Comunicación en ese país, reafirmó la necesidad de la pluralidad en los medios y la urgencia de transformar a los consumidores en ciudadanos. En tal sentido, expresó:
1) Que los medios no son un producto cualquiera, en cuanto pueden ejercer crecientes determinaciones sobre el conjunto de la vida social.
2) Que tienden a sustituir a la escuela, la familia, la literatura y otras formas de generación y transmisión de la cultura; lo que hace indispensable ir a la raíz de esta mediación entre producción y consumo; y entenderla como el derecho del ciudadano y de la sociedad a exigir derechos más allá de las relaciones de consumo.
3) Cuando vemos que los medios quieren embestir contra un gobierno establecido por el pueblo, elegido democráticamente y constitucionalmente regido, concluimos que intentan usurpar la soberanía popular; y los testimonios demuestran que ésta siendo usurpada
4) Presenciamos la falsificación de la realidad que consiste en sustituirla por la premisa de otra realidad que no existe: la de un “presidente ilegítimo y sin bases populares”
5) La renuncia a la pluralidad es practicada por infinidad de procedimientos que violan prácticas éticas, tales como la omisión de hechos o su falsificación; las acusaciones sin fundamento, la sustitución de información por propaganda, la prédica de soluciones inconstitucionales, el cercenamiento de la libertad de expresión y de la pluralidad. Esta práctica sediciosa de desestabilización de un país constituye un fraude a la realidad, una farsa y una agresión a los derechos colectivos.
6) Los medios se convierten en caja de resonancia de actos terroristas contra bienes de propiedad pública.
7)Los profesionales están siendo sometidos a prácticas equiparables a las aplicadas por el fascismo antes de la Segunda Guerra Mundial.
8) Las agresiones contra autoridades constitucionales constituyen una usurpación de la soberanía nacional para prácticas golpistas y una flagrante usurpación y negación de la pluralidad.
9) Debemos apoyar la propuesta de un Tribunal Internacional que examine pruebas más contundentes que conduzcan a profundizar la documentación del caso 9) La realización de este tribunal permitiría a quien colaborare con él ayudar a la democracia en el mundo, porque lo que ocurre en Venezuela es amenaza potencial para todo el planeta, incluyendo los países centrales.
Estas conclusiones plantean para especialistas en comunicación, comunicadores, usuarios y víctimas la imperiosa necesidad de mantener una fidedigna, completa y sistemática documentación sobre el comportamiento de los medios en el país.