Homenajear, conmemorar, recordar es importante porque contribuye a recosntruir los procesos sociohostóricos, políticos, culturales, en los que ocurrieron los hechos que no queremos olvidar porque forman parte de nuestra historia de luchas. Mucho menos queremos olvidar a los caidos, porque nuestro compromiso con ellos y con las razones de las luchas donde dejaron su vida, no cesa con su ausencia. Al contrario, el compromiso es incommesurable precisamente porque ellos ya no están, por eso en los homenajes, son revividos en sus hazañas y valentías, en sus arrojos, en su su suerte final
Hay que tener cuidadao sin embargo,con caer en la tentación muy propia de la izquierda convencional, que conmemora y conmemora, cuando conmemorar es fácil, haciendo abstracción del inevitable balance que habría que hacer entre los contextos que determinaron los hechos que se conmemoran y las circusntancias actuales en las que se hacen los homenajes
Así ha pasado con Fabricio Ojeda, muy conmemorado y reivindicado convenientemente para quienes no quieren pensar en lo que verdaderamente nos legó: la capacidad de decidir su destino diferenciándose de quienes habían traicionado el espíriru de lucha del pueblo venezolano contra la dictadura y por la democracia. Facil es llevarlo al Panteón, el mismo espacio físico y simbólico, donde Gusman Blanco llevó a Bolivar, pero muy difícil, muy difícil resulta querer saber si lo que verdaderamenete asesinó a Fabricio, una forma de hacer política retorcida y perversa, esta superada o por lo menos problematizada hoy
Algo parecido pasa con Sabino Romero, Cacique Yukpa asesinado hace 4 años quien decidió diferenciarse de los que siendo pueblos originarios, se niegan a si mismos, vendiéndose a la sobreviviente y fortalecida forma retorcida y perversa de hacer politica, por eso emprendió la recuperación de sus tierras ancestrales, oponiéndose a la explotación del carbón, adelantándose a lo que hoy se plantea con el arco minero.
Entonces hacer homenaje a Sabino pasa por reconocer que su aporte a nuestra historia de luchas reciente, es haber traido el problema de la tierra, como bien lo estudió Salvador de la la Plaza, desde la Sierra de Perijá hasta Caracas, influyendo determinantemente en un cambio de la manera de ver este asunto por parte los movimientos sociales. Ya no se trataba de apoyar a Sabino y a los Yukpas, sino de asumir junto con ellos la lucha histórica por la tierra que sigue pendiente.
Afortunadamente, no solo están los homenajes convenientes y cómodos, sino los verdadaramente autenticos y hermosos como el que hicieron estudiantes de antropología de la UCV a Sabino, muy sentido y profundo. Así mismo el realizado por luchadores sociales en el Cuartel San Carlos, a "Motilón" y a Sabino, en el que pudimos escuchar la cancion de Robzaida y Danilo: Dale Sabino; marca el camino, la tierra es de los yukpas y no de los asesinos!!!!
