Una lucha fratricida por el poder

Desde hace algunos meses, mi tierra amada se ha visto convulsionada por el depredador accionar de unos pocos, quienes de forma obscena e irracional quieren -a toda costa- hacerse dueños del país; pero por su desequilibrada estructura de la personalidad, o por algún "Trastorno Antisocial", como es el caso de la "Sociopatía" [la cual es concebida por la OMS como aquellas conductas agresivas, irresponsables, insolentes, inestables emocionalmente, peligrosas para la sociedad, y caracterizada por la falta de afecto, amor y lealtad por otras personas], destruyen al país, tal y como como lo hicieron antes cuando siendo parte del gobierno llenaron a Venezuela de discriminación, hambre, miseria y asesinatos; pero ahora recrean las escenas con mayor sadismo, destruyendo las calles, los centros de acopio de comida y medicina, roban, llenan los espacios de basura, excrementos, animales muertos y escombros; y por si fuera poco, queman a quienes osan discrepar de ellos, o tienen algún parecido con sus imaginarios "enemigos de clase".

Hago referencia a "la mano que mece la cuna", o dicho de otra manera, "a los dueños del circo", un circo dantesco por la forma tan maquiavélica como pretenden manejar la política, seres sin piedad, payasos, asquerosos criminales; y lo defino como circo, pues allí hemos vistos señoras y señores bien trajeados, manejando un lenguaje corporal obsceno y procaz; señores y señoras con las mejores pintas, los mejores prismáticos, los deportivos Skate Oklesh, Lebron, Hi-tec o Nike, y por supuesto la cremita contra el sol; a diputados y diputadas en el rol de burdos actores, con cara de "yo no fui", pero con unas ansias de poder asquerosamente enfermiza, seres que no sé cómo llamar, pues han dejado de ser humanos al accionar una serie de "actos terroristas" en procura de hacerse del poder, pero que por su misma esencia de malignidad, les aleja más de sus propósitos, pues todavía existen un gran número de personas, que no vamos a dejar que este tipo de asesinos nos gobiernen, pues su práctica ya nos dice como sería un país bajo la égida de estos individuos.

Les puedo asegurar que quienes no tiene el más mínimo escrúpulo para realizar toda esa sarta de acciones delincuenciales y terroristas, como el asesinato de seres indefensos como son los niños, ancianos, trabajadores o transeúntes que nada tienen que ver con sus artilugios, tampoco lo tendrán para ir contra nosotras o ustedes, si en alguna ocasión disentimos de ellos, esa sería la propia dictadura, pero en este caso estaríamos ante la "dictadura de asesinos"; estos siempre se han creído dueños de la verdad, son individuos que creen que todo lo que ellos digan es lo que se debe hacer, incluso invadir de drogas al mundo, tal y como ya lo han hecho en España, EEUU, Panamá, Colombia y el disque …"anhelado Miami".

Por supuesto que también es necesario hablar de los instrumentos, es decir los marionetas en manos de estos terroristas, esos jóvenes excitados por sustancias como el Captagon, la cual según expertos se suministraron a los soldados nazis que participaron en la Segunda Guerra Mundial y a los yihadistas del Estado Islámico, pues les concedían la impavidez y la brutalidad bestial necesaria para realizar sus atrocidades, violaciones, decapitaciones y crucifixiones, sin ningún tipo de mesura o complejo de culpabilidad. Es necesario ocuparse de esos jóvenes convertidos en el instrumento ejecutor de las ansias depredadoras de los verdaderos terroristas; pero que por el hecho de estar drogados, no aminora en nada sus responsabilidades, NO, NO, y NO, de ninguna manera ese estado de euforia, y en algunos casos seminconsciencia no les quita ninguna culpa, si han contribuido en el asesinato de un ser humano, deben pagar por ello, si se equivocaron, que se les dé la oportunidad de pensar y arrepentirse entre rejas, bien encerrados; si tienen problemas de sociópata, psicosis o esquizofrenia, que sea detectado de manera sería y científica, por un cuerpo de profesionales de la psicología y la psiquiatría, pero que también sean detenidos y castigados, nada, pero nada es suficientemente razonable para atentar contra otros.

Hay que acabar con esto, no se puede seguir aceptando conductas que parecen caricaturescas, y me refiero al grupúsculo que sale a la calle con nuestras banderas al revés, se desnudan, faltan a las más elementales normas de dignidad humana, y gritan improperios, a esos que llaman serviles y vende patria a los otros, mientras ellos danzan cual "protestatarios", y sólo son unas burdas marionetas de unos pocos, que casi nunca están en el país; y en verdad ellos son los que están vejando, ofendiendo y traicionando al país en donde nacieron, bueno que se puede esperar, la mayoría aman más al dólar que a su patria; son el producto de una sociedad capitalista depredadora, donde el yo elimina al nosotros, donde una élite es la que determina las normas, mientras las vulneran a cada paso.

Ahora bien, no nos confundamos, si bien existe un componen psicológico, recordemos somos psiquis y soma, también existe un factor geopolítico donde se lucha de manera descarnada y grotesca, por la apropiación del poder, las armas no importa, sólo importan los fines, eso dicen y piensan; no perdamos de vista al enemigo, los imperios necesitan de vasallos para subsistir a los que ellos mismos asesinen, y hemos de estar prestos a no dejarnos engañar por falsas caretas, por héroes construidos a la mejor usanza de tierras extranjeras, caritas animadas o discursos rimbombantes y escuetos que sólo quieren neutralizar nuestra conciencia de clase, estemos claros que estas luchas carecen de una esencia política-ideológica, es sólo la lucha por el poder, no seamos instrumentos de los demás.

Carajo mi Venezuela, que te han hecho, donde se quedaron las luchas por un país más justo, por la búsqueda del bien común, por la justicia social, por mejores trabajos y más igualitarios, en fin por procurarnos una patria para todos.

ibarraelena@gmail.com



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Elena Ibarra

Licenciada en Educación egresada de la Universidad de Carabobo, Doctora en Psicología Educativa y especialista en violencia de género

 ibarraelena@gmail.com

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