Venezuela es un país codiciado por sus riquezas naturales (petróleo, gas, oro, diamantes, coltán) y temido por su ideología socialista, por temor a que el socialismo venezolano sea adoptado por otras naciones del mundo, lo que configura a nuestro país como un problema geopolítico, internacional, de lo que todos deberíamos estar conscientes y en particular el gobierno nacional.
Somos un problema geopolítico. Por esta razón EEUU financia en Venezuela 123 ONGs, organizaciones espías que mantienen informado al gobierno de EEUU y/o ejecutan en nuestro país políticas desarrolladas por el gobierno norteamericano. Por ser un problema geopolítico, somos una "preocupación" constante del Departamento de Estado, del Departamento del Tesoro, del Comando Sur y del Senado de EEUU. Por la misma razón también somos una "preocupación" para la Unión Europea. Por supuesto, todas estas "preocupaciones" son falsas, sólo esconden la codicia, el temor y, en general, persiguen el objetivo de mantener o mejorar el control que estos países ejercen en el mundo a través de su ideología guerrerista y capitalista.
Como somos un problema geopolítico, las acciones que ejecutan EEUU y la Unión Europea (particularmente EEUU) son geopolíticas, es decir, todas tendientes a tumbar el gobierno de Chávez y ahora de Nicolás Maduro (dictadura feroz), y acabar con la revolución bolivariana (narco-comunista), por las vías que sea, utilizando todos los recursos a su disposición, que son muchos y muy poderosos, porque Venezuela representa una amenaza a sus intereses internacionales. Para estos países, la autodeterminación política y económica de las naciones es pura paja. La misma medicina se aplica a nivel mundial a todos los países disidentes de la política exterior de EEUU.
Pero nuestras respuestas, que deberían ser geopolíticas, son convencionales, o sea, insistimos en dar respuestas tradicionales a los ataques inteligentes y eficaces de los países más poderosos del mundo. Por eso no logramos resolver nuestros problemas, nos atascamos. El gobierno chavista no ha caido porque hasta ahora ha contado con el apoyo de la mayoría del pueblo venezolano y de sus fuerzas armadas, pero permanece indefenso, azotado, inmovilizado, contra las cuerdas, sin avanzar, ante ataques internacionales bien diseñados y ejecutados, que nos hacen mucho daño, y que terminarán destruyéndonos si no actuamos. Examinemos brevemente tres ejemplos (hay muchos más): seguridad militar, dólar paralelo y violencia opositora.
Seguridad militar
En America Latina EEUU tiene instaladas 36 bases militares, 7 de ellas en nuestra vecina Colombia --aliado militar de EEUU y OTAN--, 1 en Curacao y otra en Aruba, lo que configura una clara amenaza a nuestro país. ¿Y cuál ha sido nuestra respuesta? Ninguna, la amenaza permanece intacta. La CRBV (Art° 13) prohibe la instalación en nuestro territorio de bases militares extranjeras y nuestra dirigencia civil y militar considera que esta es una buena respuesta. Por supuesto que no lo es. Desde hace varios años estamos en una clara desventaja militar frente a Colombia y mucho más frente a EEUU, lo que nos puede costar muy caro. La respuesta geopolítica debió ser, desde hace varios años, la instalación en nuestro territorio de bases militares chinas y rusas, con poder militar equivalente, pero esto no se menciona, a pesar de ser la respuesta obvia. El tiempo es propicio, la ANC tiene la palabra.
Dólar paralelo
El gobierno no ha podido contener el ataque que desde hace 6 años realiza el dólar paralelo contra nuestra moneda. Debido a este ataque, hecho por Colombia y EEUU, de 2012 a hoy el dólar paralelo ha aumentado 977 veces con respecto al Bolívar y se ha convertido en nuestro marcador de precios, por lo tanto, causante de nuestra inflación récord mundial y tremendo desastre nacional. ¿Y qué ha hecho el BCV, institución responsable de preservar el valor del Bolívar? Perseguir el dólar paralelo bajo diversos esquemas cambiarios, sin atacar la raíz del problema, mientras un grupo de venezolanos mantiene en bancos extranjeros $400.000.000.000, que apoyan dia y noche el alza del dólar paralelo. La solución geopolítica que debió haberse aplicado hace varios años: sustituir el Bolívar por una divisa internacional (pensamos que debe ser el Yuan chino) y así neutralizar el ataque al Bolívar. Sería una solución geopolítica a un problema geopolítico. Pero no hemos hecho nada al respecto. Por el contrario, BCV permitió que la inflación se adueñara de nuestro país (todavía continúa), que tuviéramos el alza de precios más violento del mundo, que nuestro sistema económico se nos viniera al suelo. Nos hundieron las soluciones convencionales. ¿Tomará medidas la ANC?
Violencia opositora
Con el fin de tumbar el gobierno de Maduro, la oposición venezolana organiza grupos de jóvenes mercenarios, adiestrados y financiados por EEUU (libertadores), que trancan calles, matan policías y guardias nacionales, queman unidades de transporte, almacenes de alimentos, edificios gubernamentales y personas que parecen chavistas, asaltan instalaciones militares, paralizan el país, acciones nunca vistas en Venezuela. ¿Y qué hace el gobierno? No logra detener la violencia, ya van más de 100 muertos. ¿Porqué el gobierno no logra detener la violencia? Porque está diseñada, organizada, adiestrada y financiada por especialistas de EEUU en cambio de régimen, los mismos que han actuado en Iraq, Afganistán, Ucrania, Libia y Siria. ¿Qué debe haber hecho el gobierno? Buscar y obtener la cooperación de China, Rusia, India y otras naciones con experiencia en este tipo de subversión (cambio de régimen, revoluciones de colores). Las soluciones tradicionales venezolanas no sirven porque estamos ante otro juego. La ANC debe definir nuevas soluciones.
En conclusión, Venezuela tiene que mantener relaciones mucho más estrechas con los países ideológicamente cercanos, que conduzcan a proyectos específicos, para construir soluciones geopolíticas a nuestros graves problemas, que hace tiempo dejaron de ser nacionales para convertirse en complejos problemas internacionales. Sólo así tendremos éxito. Las soluciones tradicionales no han funcionado ni funcionarán.
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