Porque viene lo más difícil. Ese tránsito tortuoso de la expresión de la idea a su implantación, del dicho al hecho. ¡Cuánto ha costado en estos años ajustar a derecho al mercado especulativo de los productos de la cesta alimentaria! A esa red perversa de distribución en la que en muchos casos, a voces se conoce dónde empieza la distorsión y donde termina, con nombres de cargos, de personas, apellidos y jerarquías, pero nadie dice nada y escasamente les pasa algo; y terminan imponiéndose.
A cada anuncio de una medida económica sigue la trampa. Esconden los productos, profundizan y fortalecen el bachaqueo, burlándose de las grandes expectativas de mejora en la calidad de vida. Les resulta fácil desmontar las funciones de los noveles fiscales utilizando los clásicos artilugios de "comprarlos". Eso ya pasó en el 2014 con aquel control de precios y fiscalización que no duró un mes.
¿Qué sujetos sociales necesitamos para que ahora no pase lo mismo? Tal vez un súper Poder Popular, una FANB e instituciones policiales compuestas por ciudadanos y ciudadanas dotados de un alto nivel de probidad, transparencia, no influenciable por esos tramposos anclados en el poder constituido que siempre pisotean y destruyen los logros de la revolución; o marcianos transmutados en terrícolas. Esta última sería la solución en una suerte de buscar "al voleo", a funcionarios que hagan cumplir fielmente lo propuesto por el ejecutivo en la yuxtapuesta realidad-ficción económica que vivimos.
Lo cierto es que esta medida se esfumará, si los mecanismos para acometerla son blandos, opacos, o desconocidos, más allá de los generales asomados en 2014. Cosa grave si sabemos que los niveles de emotividad y pasión en defensa de las políticas económicas, se desinflan en poco tiempo si no son eficaces.
Es urgente en estos momentos, hacer las cosas diferentes para obtener resultados diferentes, en analógicamente a aquel pensamiento atribuido a Einstein: "Si quieres resultados distintos, no hagas siempre lo mismo". En consecuencia, entre otras cosas debe procederse: a) Divulgando con claridad, los mecanismos que lleven a una implantación exitosa de las medidas, que además, las hagan creíbles; b) Explicar cómo se abastecerá el 100% de los 50 artículos en los abastos, tiendas, mercados, supermercados. c) Involucrar a los líderes de los CLAP o líderes naturales de las comunidades en el control y fiscalización de precios; d) No tomar en cuenta para el control y fiscalización de precios, a aquellos y aquellas que públicamente han pretendido optar por cargos de elección popular, pues contienen el virus del oportunismo mezclado con burocratismo, y ya sabemos por experiencia que pasa en esos casos; e) Que los procedimientos de fiscalización y supervisión siempre se activen con la triada: Poder Popular-CLAP, Funcionarios Militares-Policiales y Voceros de Organismos con competencia en materia de abastecimiento y soberanía alimentaria.
El contexto político actual, distinto al de hace tres años, definido en gran medida por la presencia de la ANC, puede tributar en mucho a que la implantación de la referida medida sea exitosa, pero eso sí, evitando las siempre imperdonables omisiones y decisiones desacertadas.