Esto de la "izquierda plebeya" no es una idea mía y no estoy autorizada para identificar la fuente donde leí esta calificación que se hace de una izquierda en Venezuela. Reconozco, que al leer la frase sentí un sacudón que me ubico en la realidad de esta izquierda plebeya con sus respectivos intelectuales, cuya nobleza se les escapó de las manos.
Sé que una parte de la izquierda o de los representantes intelectuales de la izquierda estaban aparentemente claros. Esa claridad en el curso de estos años, ha venido tornándose gris, porque desde las posiciones burocráticas que han logrado y a las cuales tienen pleno derecho, dejaron abandonado el curso de la historia reciente. El "es" no es un capricho de la historia, sino una construcción producto de los aportes de varios afluentes: ¿El qué hago? ¿El qué puedo o me dejan hacer? ¿Cómo voy explicando y resolviendo las contradicciones a lo interno y externo del proceso?
En este qué hago y qué puedo o me dejan hacer, hay un espacio en el cual la izquierda con sus intelectuales se "distrajo". Es decir, la izquierda y sus intelectuales dejaron de ser lo que sabían y debía hacer y se concentraron casi que únicamente a observar, criticar y burlarse de las torpezas de la derecha, pero enterraron la cabeza o se volvieron muy incompetentes para lavar los trapos sucios de la revolución. Ni adentro ni afuera, se mostraron nobles para lavar los trapos sucios del proceso.
Luego de un primer encuentro de intelectuales donde hubo un importante revolcón al gobierno porque ya se asomaban señales de inconsistencias en el avance del proyecto político, vino como un acomodo burocrático. En ese momento y producto de ese encuentro, creí que los intelectuales de izquierda se portarían nobles con el proyecto político que arrancaba. La pea burocrática los embargo y así comenzó a instalarse una explicación, cuyas culpas caían y caen todas sobre el imperialismo y la MUD.
En ese encuentro de intelectuales que fue cuestionado por el gobierno; Luis Brito García dijo estas palabras:
"En muchos casos se dice que no hay consulta a las bases, que poco a poco en algunos puntos una clase política ha ido copando lo que debería ser la obra de la representación popular. En muchos casos aparentemente se han perdido candidaturas porque había un candidato que había sido elegido por las bases y fue impuesto otro que no gozó del favor de las bases, entonces los revolucionarios fueron divididos al proceso electoral y por eso se perdieron puntos importantes.
A las organizaciones sociales se les dice organícense, reúnanse, júntense, y después que se hace esa incitación, no se les da ningún tipo de papel, se les rechaza sus postulaciones, no se les hace caso, etcétera."[i] Ya no hay espacio para la representación popular. Nadie es capaz de decirnos y explicarnos qué nos sugirió Chávez con esto de "Comuna o nada". Importamos alcaldes.
Desde un cierto tiempo para acá, comenzó a operar a lo interno de la revolución un proceso de alienación política, que la casi totalidad de los intelectuales han estado acompañando. Puede tenerse por ejemplo, unos cinco tomos, sobre cómo Roberto Hernández Montoya ha venido viendo a la MUD en su lento trajinar hacia la ridiculez, pero es como casi imposible, tener en esos cinco tomos un par de hojitas, que fueran dándonos luces sobre la descomposición del proyecto político y cómo la "nueva ética" se volvió una gran mentira.
Puedo llenar hoy camiones y camiones con los chistes que el Especulador Precoz inventa de los líderes de la MUD y de sus posiciones ridículas, pero creo que es más que imposible, que en El Especulador Precoz, nos hayan dado la opción de reírnos un poco del fracaso de las políticas que ideo Chávez, que no fracasaron por Chávez, sino por lo que esa izquierda plebeya se ha estado babeando.
No hay un chiste sobre el manejo ridículo y capitalista de la renta ni un análisis de la mentira del protagonismo popular. Faltó nobleza. Hubiese sido muy interesante, que esta izquierda plebeya con sus intelectuales igualmente plebeyos, nos hubiesen dado la oportunidad (oportuna) de reinos y hacer chistes con los ridículos que han venido mostrando en el curso de estos últimos diez u once años.
Salvo Manuel Sutherland, Aporrea, Luis Lander, Juan García, Oly Millán y otros muy pocos más, cuyo nombres no retengo en este momento, no han despertado o dado argumentos para es entender. Luis Brito García a veces tira la piedra y esconde la mano.
El imperialismo ha sido la muletilla que ha permito "explicarnos" todo lo que ha venido aconteciendo, pero en todo este tiempo, no ha sido posible un pequeño chiste por ejemplo con la caída del PIB, que por muchos años, mostramos como uno de los hechos más evidente de la fortaleza del proceso revolucionario que ya no se ve. No fue un espejismo, pero no fue un hecho sostenible.
Ninguno de estos intelectuales de la izquierda plebeya es capaz hoy de escribir desde la izquierda, un análisis sobre la nueva Miseria en Venezuela, como la escribió Michel Chossudovsky. Ningún intelectual desde esa izquierda plebeya, es capaz de echarnos el cuento del ridículo y los negocios contra la nación que se cocinaron en los convenios cambiarios. Sus cargos burocráticos se los prohíbe.
No hemos oído un chistecito por parte de esta izquierda plebeya y sus intelectuales, sobre "expropiaciones" lesivas a la nación y de ganancia al capital. Hay izquierdistas intelectuales, ecologistas y plebeyos, para lo que el arco minero carece de importancia. Hay intelectuales de izquierda y expertos petroleros que se llenan la boca reconociendo como en la faja está la mayor reserva del mundo, pero PDVSA actúa en los pueblos de la faja, como la vieja PDVSA actuó en su tiempo en los estados petroleros.
Todo se reduce a un hecho que no deja de ser verdad y que tomo concreción en los planes del imperialismo, pero en los municipios de la zona sur del estado Anzoátegui, incluidos en la faja, son tan pobres como en la IV. La política de erradicación de la pobreza no ha llegado hasta allá, aunque es contabilizable los millones y millones de barriles de petróleo que le han exprimido de sus entrañas, esos pueblos viven en la miseria y no por causa del imperialismo.