En la península de Paraguaná hay una empresa llamada "Unidad de Energías Renovables de Venezuela" (UNERVEN). La empresa tiene la capacidad de fabricar miles de paneles fotovoltaicos al año y otros tantos aerogeneradores de pequeña potencia para electrificación rural. Durante años se forjó el desarrollo de esta empresa a través de conveníos con Cuba y España, de tal manera que hoy se cuenta con licencias para la fabricación nacional de estos equipos. La empresa es filial de PDVSA Industrial y comenzó a operar en 2012. Es fundamental para lograr el pleno acceso a la energía eléctrica en todas las viviendas de nuestro país.
En Venezuela, se requiere de una enorme inversión para completar la electrificación de las zonas rurales. Alrededor de 500 mil personas carecen de acceso a la energía en las regiones más remotas del país. Desde 2005, se inició el programa "Sembrando Luz", a través del cual se dio acceso al servicio eléctrico a más de 300 mil personas por medio de energía eólica y solar. Parte del proyecto se basa en desarrollar en el país conocimiento y tecnología para fabricar aerogeneradores y paneles solares. Esto se ha concretado a través de la empresa UNERVEN. Pero, como consecuencia de la incompetencia, negligencia, ignorancia y desgano del sector gerencial tanto de PDVSA como del Ministerio de Energía Eléctrica (no ha habido una cartera ministerial dedicada con tanto ahínco a la destrucción del sector eléctrico venezolano, como esta institución), ni se han electrificado las viviendas faltantes por medio de tecnologías convencionales, ni tampoco se ha dado salida comercial a los equipos que fabrica UNERVEN. Esto es lo mismo que cerrar una arepera, donde hay harina, pernil y queso en reserva, cuando en el mismo pueblo donde está asentada esa arepera hay cientos de personas muriendo de hambre, es igualmente ABSURDO cerrar UNERVEN.
¿Cerrar UNERVEN para tener que importar estas tecnologías nuevamente, para lograr la electrificación del 100% de las viviendas venezolanas? ¿Hasta cuanto tanto desprecio por el conocimiento nacional? ¿Hasta cuándo tanto desgano por el desarrollo industrial nacional? ¿Somos socialistas pero preferimos cerrar una empresa pública nacional para importar lo que bien se podría fabricar en el país? Si cerrar UNERVEN no es un acto de corrupción y desidia, entonces es un acto claramente criminal y de traición a la patria.