De la oportunidad perdida en Venezuela a la segunda oportunidad para Colombia

Este 7 de agosto de 2.022, tomó posesión del gobierno de la República de Colombia el líder histórico de la izquierda democrática de ese país, Gustavo Petro. Al mismo tiempo, en Venezuela contamos, desde el 2 de febrero de 1999, 23 años y medio de gobiernos de la autodenominada ideología del socialismo bolivariano y el saldo para el pueblo venezolano no es nada halagador. Según los datos oficiales reportados a las Naciones Unidas, la mortalidad infantil en Venezuela, entre 2015 y 2020, fue de 25,7 bebés nacidos muertos por cada 1.000 nacimientos, esto representa un incremento de 25,98% con respecto al último período de medición, entre 1995 y 2000, previo a la llegada al poder de Hugo Chávez cuando este indicador era de 20,4 bebés nacidos muertos por cada 1.000 nacimientos. También, para el año 2.020, Venezuela, alcanzó un coeficiente de Gini de 51, lo que nos posiciona como el segundo país de América Latina con mayor desigualdad de ingresos, que lidera Brasil, con 53,9. Sin embargo, Brasil para 1.999 tenia un coeficiente de Gini de 59, mientras que el de Venezuela, en aquel momento, era de 47,8, por lo tanto, lo concretamente importante es que Brasil en estos últimos 23 años ha reducido su desigualdad en un 14% mientras que Venezuela, bajo los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, la ha incrementado en un 6,7%, al tiempo que todos los países sudamericanos ha tendido a reducir su brecha de desigualdad. Otro dato, para 1.999 Venezuela era el país menos desigual de América Latina, solo superado por Costa Rica en distribución equitativa de la riqueza. Es decir, entre 1.999 y 2.022, nuestro país pasó del segundo lugar como país más igualitario de América Latina al segundo lugar como país más injusto y desigual de América Latina, un logro de los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro. Para el año 1.999, un 5,1% de la población venezolana subsistía con menos de 1,9 dólares diarios, lo que ubicaba a nuestro país un 16,4% por debajo de la media de Latinoamérica y el Caribe, es decir, estábamos entre los países con menor índice de pobreza extrema del continente, con diferencia. De hecho, éramos el tercer país con menor índice de pobreza extrema del continente. Para el año 2020, el porcentaje de venezolanos(as) que subsisten con menos de 1,90 dólares diarios es del 75,8% mientras que el promedio de América Latina y el Caribe se redujo de 6,1% en el año 1.999 a 1,3% en el año 2.020. Para verlo con mayor claridad, la pobreza extrema en Latinoamérica y el Caribe se ha reducido en un 80% mientras que en Venezuela se ha incrementado en un 1500% ( se ha multiplicado por 15 veces). Podría seguir enumerando decenas de indicadores, pero no es el objetivo de este artículo. Al respecto solo quiero destacar que, la oportunidad que en 1.999 el pueblo de Venezuela dio a la izquierda liderada por Hugo Chávez, ha conducido a este país a un tendencia de empobrecimiento y depauperación de las condiciones de vida del pueblo que van en directa contradicción con la tendencia regional del continente.

Pero el evidente fracaso o engaño que ha representado, para el pueblo venezolano, el liderazgo político de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, como autonombrados líderes de la izquierda bolivariana de Venezuela, no es extrapolable a otras naciones vecinas que, por el contrario si muestran una notable mejora en las condiciones de vida de sus pueblos gracias a sus gobiernos de izquierda. Bolivia, por ejemplo, bajo el liderazgo de Evo Morales y de Lucio Arce, ha reducido la cantidad de personas que subsisten con menos de 1,90 dólares diarios desde un 15% en el año 1.999 hasta menor de 1% en el año 2.022. Nuevamente, la "izquierda radical" de la Venezuela liderada por Hugo Chávez y Nicolás Maduro, multiplico por 15 la cantidad de venezolanos que apenas sobreviven con la miseria de menos de 1,9 dólares al día mientras que la izquierda indigenista de Bolivia no sólo no incrementó la pobreza extrema, sino que la redujo en un 93%. La izquierda de Ecuador, liderada por Rafael Correa, logró reducir este indicador desde un 9,8% hasta un 1,1% y en Nicaragua, el líder sandinista, Daniel Ortega, obtuvo resultados similares a los de Ecuador y Bolivia. Algunos podrían pensar que es porque ésta era un tendencia general de América Latina, pero esto no es así. Bolivia redujo su pobreza extrema un 20% más que el promedio latinoamericano y Ecuador, por su parte, lo hizo un 12% más que la media de la región. Pero el caso es que los gobiernos "de izquierda" de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, no es que no fueron tan efectivos, es que por el contrario, incrementaron la pobreza extrema del país en factor de 15x, es algo brutalmente absurdo. Incrementaron la tasa de mortalidad infantil en un 25% y el índice de desigualdad en un 6,7%, es decir, han sido un absoluto contrasentido.

La emergencia de un nuevo liderazgo de izquierda en Colombia, el asertivo gobierno socialdemócrata de México y el pronto regreso de Lula en Brasil deben estar poniendo muy nerviosos a la cúpula del partido socialista unido de Venezuela. Los hechos concretos evidencian que los gobiernos de izquierda en Latinoamérica no solo no incrementan la pobreza sino que la reducen notablemente, muchísimo más rápidamente que los gobiernos de derecha y no necesitan apelar a excusas de injerencias imperialistas, o sabotajes internos, para justificar nada, porque no tienen fracasos que justificar, sino mayormente éxitos que celebrar. Esto es así en Bolivia, Nicaragua, Ecuador, Brasil y, seguramente, muy pronto en México. Pero no es así en el país que con más fiereza maneja su posicionamiento internacional de izquierdas, que es Venezuela, donde la pobreza y la desigualdad con los gobiernos de Chávez y Maduro se disparó a niveles estratosféricos. Chávez y Maduro se caracterizaron por confrontar abierta y fieramente a los Estados Unidos, pero a lo interno, el país, durante sus gestiones, no ha hecho más que empobrecerse y degradarse moral y cívicamente. El fracaso de la izquierda militarista venezolana no es la norma, sino la excepción, nos llevamos el récord de ser el único país latinoamericano que con un más de 20 años de liderazgo de izquierda no sólo no ha crecido o mejorado las condiciones de vida de los más pobres, sino que ha convertido la vida de los menos afortunados de Venezuela de un estado de pobreza medio a una depauperación miserable que sólo es comparable con los países más atrasados del áfrica subsahariana.

Por lo tanta, la segunda oportunidad que se da hoy el pueblo colombiano tiene todas las posibilidades de convertirse en un éxito para el hermano pueblo de ese país. Si lo analizamos estadísticamente, de los 5 países con mayor parte de gobiernos de izquierda en los últimos 20 años, en Latinoamérica, sólo uno ha conducido a la ruina nacional: Venezuela, el resto de las naciones que han optado por liderazgos de izquierda han avanzado muy por encima de la media regional en cuanto a reducción de la pobreza y la desigualdad. En términos numéricos, podríamos decir que Colombia tiene un 80% de probabilidades de mejorar la situación de los menos afortunados de ese país de acá a unos 5-10 años. Países como Bolivia, que hace 20 años tenía a más del 40% de la población rural sin acceso a la energía eléctrica, hoy está comenzando a desarrollar tecnología nuclear para poder, en un futuro próximo, generar electricidad segura, limpia y estable a partir de sistemas nucleares de tecnología punteras aportada por la Federación de Rusia, mientras que en Venezuela, que hace 20 años tenia el sistema eléctrico más avanzando del continente Latinoamericano, los racionamientos diarios en la segunda ciudad más importante del país (Maracaibo) oscilan entre 4-6 horas diarias sin servicio eléctrico, algo sólo equiparable a países subsaharianos. Nicaragua, por su parte ha firmado una alianza militar firme con la Federación Rusa que permitirá tener bases militares en ese territorio de esta patria hermana, pero en Venezuela, aviones y helicópteros de tecnología rusa se ha perdido en accidentes derivados de la falta de mantenimiento y formación técnica dentro del ejército venezolano. Es realmente triste lo que ha sucedido con nuestro país.

Ojalá la oportunidad perdida de 23 años que el pueblo venezolano dio a los gobiernos de Hugo Chávez (13 años) y Nicolás Maduro (9 años) no sea enarbolada para desmoralizar a las fuerzas que apoyan la segunda oportunidad republicana que el pueblo colombiano se dará a partir de este 8 de agosto bajo el liderazgo de Gustavo Petro y Francia Márquez. Reitero, la mayor parte de las probabilidades están a favor de su triunfo, el 80% de probabilidades auguran su éxito, el ejemplo nefasto de Venezuela debe ser puesto de lado. Desde Venezuela les deseo todo el éxito posible, triunfo y victoria sobre la reacción conservadora y progreso para las masas populares, no sigan el ejemplo ni de Hugo Chávez ni de Nicolás Maduro y, de seguro, lo lograrán!

 



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Alejandro López González

Doctor en Sostenibilidad (Cum-Laude) por la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC). Sus investigaciones sobre la sostenibilidad de proyectos de electrificación rural con energías renovables en Venezuela le valieron el reconocimiento como la mejor tesis doctoral en el período 2018-2019, según la comisión de doctorado de la UPC. Se graduó de ingeniero electricista en la Universidad del Zulia en 2004 y ha publicado más de una docena de artículos científicos acerca de la sostenibilidad de la electrificación con energías renovables en países en desarrollo

 ae.lopez.gonzalez@gmail.com      @aleslogo

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