En anteriores oportunidades he escrito que el enemigo a vencer no es la oposición, no, el enemigo a vencer es la abstención en sus diferentes manifestaciones. Y me refiero a que las cifras de los momentos electorales pasados nos conducen a diferentes interpretaciones, la mayoría de esas interpretaciones son sesgadas por el sentimiento de quien las hace. Pero si es importante hacerlas y tomarlas en consideración.
Desde 1998 hasta agosto 2004, en cada proceso donde llama a la participación Chávez, la votación en respaldo suyo creció hasta un tope histórico que superó ligeramente los seis millones de votos cuando el referéndum. Pero cuando vemos las elecciones para la asamblea nacional se produce una merma de la votación que supera en algo los tres millones de votos, lo que deja en claro que hay mucha gente molesta con quienes de una u otra forma ocupan cargos públicos, de elección popular o no.
Esto hace más difícil, cuesta arriba alcanzar la cifra de los diez millones de votos, porque muchos se quedaran en su casa o con sus amistades y/o familiares viendo los toros desde la barrera, en especial esta situación se agravará si ocurre el retiro del candidato que es emblema de la oposición mediática, o si las cifras reflejan una ventaja significativa del presidente e insalvable para la oposición.
Cada una de esas manifestaciones asociadas a la abstención deben ser tratadas de modo diferente, la más sencilla de superar, y la modalidad que debemos atacar en primera instancia es la comodidad aliñada con el triunfalismo. Para lograr revertir esa manifestación de la abstención se hace necesario que mantengamos el contacto personal con aquellos que no desean votar o que de hacerlo lo harán por la oposición para convencerlos a asistir a las mesas electorales, en principio, y si logramos que lo hagan por el comandante mejor aún.
En muchas ocasiones he dicho que el objetivo de la oposición no es ganar las elecciones, su objetivo es desprestigiar al gobierno del comandante y en esta ocasión tratarán de hacerlo empleando la magnitud del respaldo popular, es decir la cantidad porcentual de votantes que le brinda su respaldo, si es menor al 50% será intensa la campaña de desprestigio por esa vía, en especial a nivel internacional… la obsesión de la oposición por mucho tiempo ha sido lograr el poder por medio de la intervención de terceros para impedir, en caso de lograrlo, que la revolución pueda recuperarse.
La campaña electoral para alcanzar los votos suficientes, más que necesarios, para los que han estudiado algo de matemáticas recordarán que se habla de condición necesaria y suficiente, siendo ambas condiciones diferentes pero complementarias, en este caso será suficiente lograr un voto más que la oposición pero es necesario que al número de votos que obtenga Chávez el 3-D supere abiertamente los 8 millones de votos que es aproximadamente el 50% del electorado, y además que la distancia entre el primero y el segundo, y ojalá que el segundo no sea la abstención, sea tan grande que no permita lugar a dudas de lo que siente el pueblo por este proceso, pero eso requiere de muchas cosas en especial desprendimiento de quienes tienen una posición de dirigente…
Se requiere apoderarse de la calle, caminar y conversar mucho con quienes no se han decidido a votar el 3-D en especial hablando con la verdad por delante y conversando sólo de aquello que podemos defender con la razón sin dejar de lado la pasión. No hablar de lo que no sabemos y que no podemos defender con la verdad.
Hay que estar claro que a quien favorece la abstención es a la oposición, porque les brinda la posibilidad de descalificar el resultado electoral, en eso hay que insistir a todo aquel que manifieste alguna simpatía con el proceso a fin de procurar su asistencia a las mesas electorales…
siglea@cantv.net lealsig@yahoo.com