Quinto malo

Son 10…

Para quienes tenemos plena confianza en que el camino es éste y con alegría lo recorremos, contribuyendo a construir la Patria socialista y acabar con el dominio capitalista y la perversidad del «pensamiento único» por el que se nos somete más que por las armas, sabemos lo que significa la alentadora consigna de «¡SON 10!».

Pero con todo el optimismo de guerreros, también somos testigos cotidianos de cómo frente a los cajeros automáticos de la banca el máximo de efectivo que podemos recibir en retiro ¡SON 10! Y, también, que quienes trabajamos en Caracas y dormimos cada noche en sus alrededores, el pasaje para trasladarnos a casa ¡SON 10! cuanto mínimo, por viaje.

En fin, en la misma exclamación de ¡SON 10! Se concentran penas y alegrías, desencantos y esperanzas, frustraciones y promesas. En la misma frase está la convicción política de vencer electoralmente en los comicios del venidero 20 de mayo, con 10 millones de votos, y el dolor por una guerra económica centrada en el acoso financiero que ha inducido inflación y martirio por el aparcamiento y manipulación descarada con los productos y bienes de alimentación, además de las presiones con el papel moneda venezolano.

Pagar en efectivo se ha convertido en una verdadera pesadilla y conseguir los 10 diarios en casi un imposible.

Ante cada media económicamente misilística, disparada por Donald Trump en contra del pueblo de Venezuela y nuestra Revolución Bolivariana y Chavista, es importante estar atentos a los códigos simbólicos, entre otros los del habla común, porque en ellos se encierra toda una programación ideológica destinada a arrebatar la conciencia de clase al pueblo luchador.

Así como al pueblo se le induce a culpar y condenar al chofer del servicio de transporte, por los incrementos en los pasajes y la imposibilidad de pagarlos, porque de esa manera se refuerza la condena al chofer Presidente de la República al responsabilizarlo de la mala conducción de los destinos del país, también en el tema de los ¡SON 10! hay un juego de ideologización de la consigna de campaña electoral victoriosa para colocarla como mensaje de derrota en el plano económico y la imposibilidad gubernamental de resolver el tema del circulante, la inflación y el incremento constante en los precios de todos los productos.

Junto a la batalla constante por vencer la Guerra económica en el terreno fáctico más elemental y cotidiano, hace falta también librar los combates más complejos en la guerra simbólica y mediática, que lleva implícita aquella.

Más se nos ha sometido por la ignorancia que por las armas, alertaba nuestro Libertador Simón Bolívar. Y la Guerra desatada hoy contra el pueblo de Venezuela tiene como objetivo inmediato derrotar a la memoria y la conciencia, obligándonos a permanecer en la ignorancia.

¡Son 10! Y deben ser 10, pero más que votos, deben ser 10 millones de conciencias, defendiendo la soberanía, la independencia y la Patria socialista.



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Iván Padilla Bravo

Director del semanario cultural "Todos Adentro", medio adscrito al Ministerio del Poder Popular para la Cultura. http://www.mincultura.gob.ve/

 ivanpadillabravo@gmail.com      @IvanPadillaB

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