Quien niegue la preocupación y ocupación del presidente Maduro por resolver la problemática económica de los venezolanos, definitivamente tiene que ser un opositor a ultranza cegado por el lavado cerebral editado en el imperio norte americano. La prohibición de utilización del Petro por parte de Donald Trump, como medida de defensa del dólar, deja a las claras el potencial de esta criptomoneda. Nuestro presidente dio un tiro en el blanco a la tambaleante economía gringa. Esa idea hecha realidad rompe con los patrones del mercado financiero mundial. La condición de ser la única en el planeta avalada físicamente y en este caso con las reservas petroleras le aporta la tangibilidad necesaria para emerger como moneda de cambio viable y seguro digitalmente. El gobierno del norte, prácticamente había ignorado las otras criptomoneda a pesar de haber tomado posesión internacionalmente, fue solo cuando Maduro Moros impulsó el Petro y observaron sus alcances cuando tomaron la cobarde medida. Cada vez que intentan descalificar al líder del gobierno venezolano con el argumento de su incapacidad, el dirigente chavista manda ráfagas de inteligencia y sabiduría, acaso piensan que nuestro comandante supremo se iba a equivocar en una decisión tan trascendental para la revolución. No fue algo caprichoso basado exclusivamente en la lealtad, Chávez lo anunció al lado de Diosdado Cabello, evitando dudas de discordia en el entendido que era la mejor decisión para Venezuela, y cada día que pasa Maduro honra las palabras del líder supremo con la dedicación a tiempo completo en esa lucha incansable por nuestro desarrollo. Igual sucede con la creación del Bolívar Soberano, y es que de alguna forma hay que parar la extracción de los billetes hacia otros países. El nuevo cono monetario terminará con esta parte de la guerra económica que está causando tanto daño al limitar el efectivo convirtiéndolo en mercancía, trancando a la vez gran parte de las transacciones. En ese espejo de actividad política deben verse los aspirantes a diputados regionales, no es solamente para completar un capítulo más del currículo de vida, mucho menos para vanagloriarse de la posición alcanzada utilizando el poder que esa posición les da. Un diputado regional está en la obligación de ocuparse del bienestar de los habitantes por donde fue electo, más allá del hecho de redactar leyes y controlar la acción de los otros poderes. En revolución un diputado tiene que ser un activista a tiempo completo acompañado de dos armas principales de lucha como son la honestidad y la inteligencia. Un curul no es para hacer negocios ni hacerse millonario, ese esquema no existe en el marco del servidor a la patria, esa actitud rompería con el pensamiento de Hugo Chávez. Imposible servirle al dinero y al país, la preocupación por hacer fortuna le quitaría tiempo a un diputado para cumplir con sus deberes. Hoy más que nunca hay que seguir el ejemplo de Maduro.
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