La noticia de las 21 venezolanas que fueron rescatadas en Republica Dominicana, luego de descubrir que eran obligadas a practicar la prostitución mediante la retención de sus documentos, es un triste ejemplo de la mentira generalizada que en el exterior se vive mejor. Esa campaña de la oligarquía para intentar desprestigiar la revolución cada día que pasa se viene abajo, puesto que las historias de las realidades vividas fuera, reflejan todo lo contrario de lo que vendan los críticos del gobierno. Son muchos los que regresan con las manos en la cabeza, ya que algunos se marcharon vendiendo todos sus bienes, apartamento, vehículos y enseres para garantizar una estadía con cierta holgura hasta que lograran estabilizarse con un trabajo, ese sueño generalmente arrancó mal al manifestar especialmente en Estados Unidos que eran perseguidos políticos, sin haber participado nunca en su vida en actividad partidista alguna, mucho menos aquello de luchadores sociales. La cuestión es tan grave que en Colombia el presidente Juan Manuel Santos para burlarse del orgullo de ser venezolano, humilla los emigrantes poniéndolos en cola para recibir limosnas o como dicen elegantemente, ayudas humanitarias. Ese caso si se quiere es del ciudadano común, pero con los profesionales el escenario es otro muy distinto, pues se desangra el talento venezolano y se aprovecha el esfuerzo del gobierno venezolano en formar hombres y mujeres especialistas en las distintas fuentes del saber para ejercer una profesión a muy alto nivel. Los que motivan estas campañas de salida de Venezuela tarde o temprano tendrán que pagar su precio ante la historia, no puede ser que por falta de argumentos y banderas políticas promuevan un estado de desolación y angustia en todo el territorio nacional, a sabiendas que en su seno están los provocadores de la guerra económica tal como lo ha venido demostrando el gobierno nacional, los 11 ejecutivos detenidos de una entidad bancaria con sucursales en el exterior dejará mas a la vista lo que hacen algunas entidades financieras para su veloz enriquecimiento. Los hechos de esa huida forzada llega a los limites inexplicables que algunos de los altos jerarcas de la oposición también se han ido del país, aparentemente sin razón legal alguna, Capriles maneja la política con declaraciones desde el exterior y así pretende ser el líder venezolano. Para ellos el caso es distinto porque su huida está llena de cobardía, cobardía al fracaso, a la derrota y al mismo rechazo de la gente que un día creyeron en ellos. Entonces quieren disfrazar su posición generalizando, metiéndole a la gente en la cabeza que hay que irse en busca de otros destinos, ¿Cuáles destinos? Recibir humillaciones y maltratos como en panamá y España. Ellos no, los ex jefes de la oposición venezolana viven dándose la gran vida entre cenas y almuerzos con políticos y gobernantes extranjeros, mandando a no votar porque no tienen por quien mandar a sufragar.