La desprestigiada y tarifada derecha venezolana, así como sus adinerados amos extranjeros, copiando una propaganda de inequívoco tinte hitleriano, que consiste en repetir muchas veces una mentira hasta que se convierta en verdad, le aplican al presidente Nicolás Maduro el calificativo de dictador, y por asociación, a la revolución bolivariana el de régimen dictatorial. Resulta que quienes vivimos en Venezuela así como también los extranjeros que llegan al país, y que no hemos sido envenenados por la canalla mediática de los Ravell, los Cisneros, Globovisión y demás pandillas, nos damos cuenta que esta campaña solo busca sustituir la escasez de argumentos políticos; y evidencia la falta de una visión de país para enfrentar al proyecto político de la revolución Bolivariana. El peor drama de esta oposición venezolana, es que su proyecto político y su plan para Venezuela, no pueden ofertarlo como la revolución bolivariana lo hace con el suyo: porque tendrían que decirle al pueblo que ellos van a privatizar la salud, la educación, la recreación, los servicios públicos, y todos los derechos que la Constitución Bolivariana hoy le garantiza a los venezolanos sin distingos de ninguna naturaleza. Tendrían que informar que nuestro territorio estará abierto a bases norteamericanas, como ya lo está Argentina, Colombia, Honduras, Perú, y pare de contar. Tratarán de justificar la hipoteca del país al FMI, al BM, al BID, etc; algo que ya se ha atrevido a confesar el candidato de la derecha y el capitalismo, Henry Falcón. Es decir, tendrían que confesar la verdad de lo que piensan hacer de este país y sus grandes recursos, los que hoy la revolución ha puesto al servicio de los humildes traducidos en viviendas, salud, educación, alimentos, infraestructuras.
El otro drama de los apátridas opositores. es que la realidad del país es totalmente distinta a la que ellos quieren plasmar en sus macabras y mal intencionadas campañas dentro y fuera del país, por ejemplo. la matriz de que el gobierno le quitaría las casas y las tierras a los venezolanos; y resulta que precisamente ha sido este gobierno, el que en la historia republicana de Venezuela, ha otorgado más viviendas y títulos de tierras al pueblo. Señalan que en el país no existe libertad de expresión, y bien conocida es la sorpresa de los extranjeros que nos visitan, cuando ven y escuchan con estupor como los políticos opositores y los medios de comunicación, tratan al presidente de la república y a los poderes públicos sin que les ocurra nada.
Los curas, los empresarios, los dirigentes, hacen y dicen mucho de eso en nuestro país, que no podrían decir ni hacer en ninguno de esos países "democráticos" que hoy nos acusan de dictadura; y cuando algunos se les ocurre hacerlo, les hacen saber lo "democrático" que son. Esta guerra sicológica producto de su odio de clase y su disociado mundo en que viven, no les permite asimilar la significación democrática de momentos vividos en nuestro país, como por ejemplo, cuando Chávez regresa de donde lo tenían secuestrado los "democráticos" golpistas, llegó con un cristo en la mano y llamando al diálogo, cuando en la constitución venezolana se establece otra cosa para quienes intentaron asesinarlo y ensangrentar al país, gracias a esta "dictadura" es que estos personajes no se hayan en oscuras y frías celdas .sino dándose la gran vida en el exterior, chupándole los dólares a los imperialistas por hablar mal del gobierno venezolano, y poner de vez en cuando una que otra bomba en cualquier parte del país mientras el "democrático" Mariano Rajoy, ejemplo y guía, que venera esta oposición. Entre sus proezas democráticas está la persecución, represión y encarcelamiento en Cataluña, a quienes solo desean ser independientes y soberanos. Otra diferencia que los deja muy mal parados, en su ya gastado discurso, es que mientras los "dictadores" Nicolás Maduro, Daniel Ortega, Evo Morales y Raúl Castro, marchaban este primero de mayo con los trabajadores por las calles de sus respectivos países; los "democráticos" presidentes de Honduras, Argentina Brasil, Chile, Perú, Paraguay, reprimen las marchas legítimas y pacíficas de los trabajadores en su día, con trágicos resultados de heridos y detenidos, solo por celebrar el día internacional de los trabajadores. Mientras nuestra "dictadura" convoca a una constituyente para producir leyes acordes con el momento histórico que vivimos, en Argentina, el "democrático" Mauricio Macri abrió las puertas a tropas norteamericanas pasando por encima del congreso de ese país; en contraste, "la dictadura" madurista detuvo y enjuició a los funcionarios que violaron derechos humanos, a los vándalos que incendiaron saquearon y destruyeron bienes de la nación en los pasados disturbios. En Colombia van 445 asesinatos de dirigentes sociales, sin contar muchos casos más en diferentes zonas del país, y el "demócrata" Santos ni siquiera abre la boca sobre ello, como tampoco lo hace el Peña Nieto mejicano, según los disociados opositores, ejemplo viviente de democracia en América; cuando en realidad ha batido record en desaparecidos y asesinados, principalmente estudiantes, periodistas y campesinos de ese país, tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos. Podríamos continuar estableciendo diferencias entre nuestra dictadura y sus democracias, pero como decía el Ché: "no vale la pena emborronar cuartillas" aclarando algo que todo el mundo tiene claro, pero que solo buscan desvirtuar lo que realmente está sucediendo en esta tierra de hombres y mujeres, que han decidido labrarse su propio destino, construyendo la patria que nos conviene y la independencia que merecemos. Los venezolanos que no somos afectados por esta campaña sabemos que país fallido no somos, lo que si son hoy Libia e Irak, después de las intervenciones norteamericana en esos países. Nada de extrañar pues, es ese el objetivo de estas "ayudas humanitarias. País narcotraficante, ni lo hemos sido ni lo seremos, por el contrario, en Venezuela como en Bolivia, después que sacamos la DEA de nuestros territorios, la captura de drogas aumentó enormemente. un país de "dictadores" menos, pues tanto nuestra historia como nuestro presente están pletóricos de ejemplos en materia de cómo se crea, se estimula y se practica la democracia. Lamentablemente esta campaña engañosa y dirigida a confundir, ha incidido en la mente de algunos venezolanos débiles de criterio y cultura política. Pueda que suene y caiga mal, pero es necesario enfatizarlo pues, solo en una mentalidad pobre y vacía de conocimiento puede concebirse y germinar la idea de que en Venezuela vivimos una dictadura y que países como Argentina, Colombia, Brasil, Honduras, Paraguay y Méjico gozan de esplendorosa democracia. Campañas de este tipo son parte de los mecanismos de la derecha que hacen mucho daño en la conciencia del pueblo y que tienen ese objetivo, desvirtuar y caotizar al país, al ciudadano, por eso en situaciones difíciles como las que nos han creado los enemigos del proceso revolucionario, es cuando más debemos arreciar el combate político, revolucionario, ideológico. La campaña es para quebrar moralmente a nuestra gente; reforzar el elemento de la confrontación de clases, es la tarea actual. Muchos compañeros han sido afectados por la crisis inducida del enemigo, pero lejos de quebrarnos debemos reforzar e incrementar el espíritu combativo. Sabroso es luchar con todo a favor, sin crisis, sin enemigos, sin bloqueos ni cercos económicos. A los que están llorando y lamentándose ¿ quién les dijo que combatir al capitalismo era fácil?, ¿Qué intentar poner orden en una sociedad acostumbrada al "vivalapepismo" era un paseo?. Este es un trabajo duro, riesgoso y sacrificado, donde cada quien debe estar donde debe estar y hacer lo que debe hacer. El momento exige el mayor aprovechamiento de las oportunidades y los recursos de todo tipo, incluido los recursos humanos. Por ejemplo, y a riesgo de levantar ronchas y herir susceptibilidades. Cabe señalar que el gran cúmulo de dirigentes sindicales que hoy están presentes en la Asamblea Constituyente, posiblemente estarían cumpliendo una mejor labor frente a sus sindicatos y federaciones, organizando, concientizando, formando e informando a la masa laboral sobre todos estos acontecimientos y políticas reaccionarias del enemigo contra el trabajador, el campesino, contra la producción y distribución de alimentos y todas las acciones desestabilizadoras del proceso de cambio. No es momento para que el dirigente se aparte de su misión fundamental como lo es el de orientar y coordinar el trabajo creador y comprometido, donde el trabajo y el saber, nos ayudan a eliminar esa terrible división entre el trabajo intelectual y el manual. No negamos la importancia política de la ANC , pero formar un dirigente lleva años, es algo que no se improvisa; es por ello que los que hoy tenemos y en momentos como los que vivimos, deben estar al frente de sus responsabilidades. Para que tomemos conciencia de la trayectoria que venimos siguiendo, para que apuremos el paso y profundicemos la marcha. Aquí no se quiebra nadie, andamos en este camino por pensar en la humanidad y en la justicia. En este camino nos seguiremos encontrando, asumiendo con coraje y con valentía la tarea de darle cauce a la revolución con todos los trabajadores de la patria, para continuar construyendo el socialismo con la cultura del amor, la solidaridad y con la conciencia social por delante. Necesario es convencernos de que la clase obrera debe aprender a luchar más allá de sus reivindicaciones, que no puede ser una clase obrera egoísta, olvidando al pueblo en sus necesidades, los problemas de los más pobres, de los más humildes, de los más necesitados. Los trabajadores como vanguardia tienen mucho que aportar, ya que además de hacer cabillas, fabricar viviendas, producir alimentos y bienes materiales, también tienen la responsabilidad histórica de construir la nueva sociedad, la sociedad socialista. Por estas razones Venezuela requiere en estos momentos de una clase obrera activa y vibrante, mirando más allá de sí misma, con conciencia de clase y comprometida en la lucha contra el capitalismo, junto a los campesinos, los estudiantes, junto a los soldados, pero sobre todo vinculada al trabajador y su problemática, fuera del mundo de la concepción burocrática, del reunionismo, de la élite cupular; es decir, desvinculada del trascendental papel que le corresponde jugar a la clase obrera hoy, en esta Venezuela donde tuvimos la suerte de haber contado con un soldado trabajador como guía y de contar ahora mismo, con un trabajador soldado de la causa justa que busca sacar a los trabajadores y a Venezuela toda de la exclusión, la explotación y el desconocimiento de sus derechos, cuyo éxito irá a depender en gran medida de la claridad política, el compromiso de clase y la identificación en la práctica de la masa obrera con el gran esfuerzo que hoy realiza nuestro presidente por todos los venezolanos, incluidos aquellos que recorren el mundo clamando para que fuerzas extranjeras intervengan en nuestra patria.
Ramón Blasco. (Guameño)
Mayo 2018