De haber resultado efectivo el atentado contra el presidente Nicolás Maduro, ya los comentaristas de oficio seguirán con el deseo de desdibujar la verdad con mentiras completamente irracionales para eliminar más que al primer magistrado nacional, el proceso revolucionario como tal. No faltaría quien afirmara que como Gardel, escapó de la explosión y quedó vivo ocultando su verdadera identidad. O peor aún aquello de que el cuerpo sepultado era una imagen metálica. Cualquier argumento con tal de crear dudas sobre la verdad de los hechos y cambiar lo que nunca podrán hacer como es la esencia de nuestras raíces ideológicas basadas en el pensamiento de Hugo Chávez. La mala planificación del atentado da fe de quienes son las personas protagonistas de esa vil acción, lógicamente primero por atentar contra la vida de un ser humano y luego por no pensar en las graves consecuencias que esto traería en el país, sí lo visto el lunes siguiente con la inmensa movilización en toda Venezuela con unos habitantes resteados con Maduro, deja a las claras el tamaño de la perturbación nacional. Los incrédulos gracias a las pruebas y testimonios de los testigos, hoy están convencidos de la veracidad del acto terrorista del 4 de agosto, fecha en que se fortalece el gobierno ante la improvisación y desesperación de los autores, porque para ellos se ha convertido en un reto evitar que maduro llegue al 20 de agosto, están conscientes que las medidas económicas darán un vuelco de 360 grados a la realidad de Venezuela, saben que con el nuevo cono monetario el bolívar soberano obtendrá la fuerza necesaria para enfrentar al dólar paralelo, pues su anclaje al Petro no deja posibilidad alguna de especulación financiera. La misma canalización de precios de la gasolina, tan pedida por la derecha ayudará a que la industria petrolera se actualice saliendo de la curva negativa dejada por otra administración. La oligarquía venezolana representada en los partidos políticos se va a sentir golpeadas al no poder seguir especulando con la divisa internacional, motivo por el cual están en terapia intensiva, los extremistas que avalaron el atentado cierran sus puertas a la democracia, no creen en votos por que ya perdieron capacidad de convocatoria, es más la misma pérdida de credibilidad los ha dejado sin lideres. Los lineamientos parecieran venir del imperio, de aquellos que han huido al norte para desde allí lanzar ataques cobardes, pensando que algún día vendrán a recuperar el poder siendo recibido como héroes. Más lejos de la realidad no pueden estar ya que es muy fácil mandar a pelear desde otros países, mientras se esconden bajo la protección de la oligarquía internacional. El espíritu democrático del pueblo venezolano históricamente no le ha dado cabida a los atentados, son pocas las excepciones como las experiencias vividas en los intentos contra nuestro máximo líder el comandante Hugo Chávez y la de Rómulo Betancourt. Está claro que por ese camino no llegaran a ninguna parte, solamente recibirán el castigo en las cuatro paredes de una prisión.
