Bolívar enfrenta a un nuevo Imperio, un gigante que por su poderío es irrespetuoso y abusivo

Viniendo del mar abierto, penetran en el Río Orinoco las embarcaciones mercantes con banderas estadounidenses, tienen por nombres; Tigre y Libertad. Al entrarse éstas naves en el Orinoco son abordadas por tropas venezolanas para ser inspeccionadas y al revisarse los buques se encuentran que están cargados con armas, municiones y víveres, destinados a las tropas realistas; siendo éstas retenidas. Después de la detención de los dos buques, el gobierno de los Estados Unidos envía para Venezuela, un agente para superar el impase. Al llegar a Venezuela, el agente comienza su trabajo y envía cartas a Bolívar solicitando la liberación de las naves, por ser solo buques mercantes, sin relación alguna con el contrabando de armas al enemigo realista. Hay que aclarar que el agente enviado por los Estados Unidos pidió ser recibido por Bolívar, pero éste le contestó que no lo recibiría, por cuando recientemente se envió unos delegados a entrevistarse con el presidente estadounidense James Monroe, y después de varios días de espera al final no los recibió, por lo tanto, aquí tampoco el presidente Simón Bolívar lo recibiría; dándole el mismo trato recibido por sus delegados. Bolívar, epistolarmente se enfrenta con el agente estadounidense y contesta sus demandas, he aquí algunos fragmentos de cartas que El Libertador envía a John Baptist Irvine; el agente del gobierno estadounidense

El 29 de julio de 1818: "Los ciudadanos de los Estados Unidos, dueños de las goletas Tigre y Libertad, recibirán las indemnizaciones que por el órgano de usted, piden por daño que recibieron en sus intereses, siempre que usted quede plenamente convencido de la justicia con que hemos apresado los dos buques en cuestión, los cuales han intentado y ejecutado burlar el bloqueo y el sitio de las plazas de Guayana y Angostura para dar armas a unos verdugos y para alimentar unos tigres, que por tres siglos han derramado la mayor parte de la sangre americana ¡la sangre de sus propios hermanos!" Bolívar vuelve a responder al agente norteamericano, Míster Irvine, el 6 de agosto de 1818: "Si las naciones neutrales hubiesen obligado a nuestros enemigos a respetar estrictamente el derecho público, y de gentes, nuestras ventajas habrían sido infinitas; y menos tendríamos que quejarnos de los neutros. Pero, ha sucedido lo contrario en el curso de la presente guerra. ¿No sería muy sensible que las leyes las practicase el débil y los abusos los practicase el fuerte?" Bolívar para el momento ya está molesto con míster Irvine y 14 días después, el 20 de agosto, le lanza una contundente réplica: "La imparcialidad, que es la gran base de la neutralidad, desaparece en el acto en que se socorra a una parte contra la voluntad bien expresada de la otra que se opone justamente y que además no exige ser ella socorrido. Hablo de la conducta de los Estados Unidos del Norte con respecto a los independientes del Sur, y de las rigurosas leyes promulgadas con el objeto de impedir toda especie de auxilios que pudiera procurarnos allí. Contra la lenidad de las leyes americanas se ha visto imponer una pena de diez años de prisión y diez mil pesos de multa, que equivale a la muerte, contra los virtuosos ciudadanos que quisiesen proteger nuestra causa, la causa de la justicia y de la libertad; la causa de América"

Simón Bolívar para el 7 de octubre de 1818, ya ha perdido totalmente la paciencia con el agente del gobierno de los Estados Unidos, y le refuta: "Parece que el intento de usted es forzarme a que alterne los insultos: No lo haré, pero si protesto a usted que no permitiré se ultraje ni desprecie al gobierno y los derechos de Venezuela. Defendiéndolos contra la España ha desaparecido una gran parte de nuestra populación y el resto que queda ansía por merecer igual suerte. Lo mismo es para Venezuela combatir contra España que contra el mundo entero; si todo el mundo la ofende" Y por último, ante una solapada amenaza de Míster Irvine, le responde el 12 de octubre: "El valor y la habilidad, señor Agente, suplen con ventaja al número. ¡Infelices los hombres si estas virtudes morales no equilibrasen y aún superasen las físicas! El amo del reino más poblado sería bien pronto señor de toda la tierra. Por fortuna se ha visto con frecuencia a un puñado de hombres libres vencer a imperios poderosos" Es así como Simón Bolívar, en plena guerra contra España, demuestra un inmenso valor y dignidad patriota al confrontar un mayúsculo problema con los Estados Unidos, eso, sin aún tener asegurada totalmente la independencia de toda Venezuela. El enfrentamiento epistolar que tiene Bolívar con el importante agente de Los Estados Unidos, hace que Míster John Baptist Irvine se enfurezca y bufee su rabia y rencor por la osadía de Bolívar al atreverse a contra decir a la voz del amo, ya para la época potencia militar, económica y diplomática.



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José M. Ameliach N.


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