Hablando de la revolución, decía Bertold Brecht que los que luchan toda la vida, ¡esos, son los indispensables!... como Bolívar que luchó toda su vida, como Lenin que luchó toda su vida, como Trotsky, Marx y Engels, como Antonio Gramsci, que aun estando preso no pudieron detener su mente y su conciencia, o Rosa Luxemburgo que fue necesario asesinarla para detener su mente y sus piernas, como Fidel, como el Che, como Chávez; aparte de los desquiciados y resentidos que me van a insultar mañana ¿quién puede decir que Chávez no luchó toda su vida? ¡Tantos ejemplos de vidas luminosas que resbalan en la babosa ignorancia y comodidad de los revolucionarios falsos!, demagogos que se conforman con un trago de güisqui, una puta y un bistec, que cuando mucho se esfuerzan, llegan a subir unos cuantos puntos en la escala de la sociedad burguesa. Es indignante hasta donde puede llegar la vanidad y el instinto de desechar lo grande de estos malagradecidos de la historia.
Tenemos un presidente que le debe todo lo que es a un accidente (a una emboscada de la historia), a la decisión de un moribundo, y sin embargo fue incapaz de honrar tal gesto de confianza con respeto, con compromiso, así fuera mostrando un pequeño arranque de moral o de brío intelectual. Y un resto de aprovechadores que se le sumaron, oportunistas que también se hicieron los pendejos ante el compromiso con el socialismo y se mostraron pragmáticos, ¡muy pragmáticos!... los "hijos de Chávez", incontinentes de la historia, de la tradición revolucionaria: todo les resbala; todo lo más denso,lo más nutritivo al espíritu, en ellos termina siempre en la poceta.
En una sociedad tan distractora, con una cultura hegemónica de lo pasajero y lo frívolo, que nazca un espíritu despierto, profundo, de carácter humanista, con temple, es una cosa extraordinaria. Chávez fue un acontecimiento de esos y brotó de nuestra tierra con una profundidad que rara vez se da en la historia. Justo cuando el mundo había perdido la esperanza de luchar por un sistema de vida distinto, cuando el mundo entero se había resignado al capitalismo, a la injusticia, inclusive al fin de la historia y del planeta, como un destino profetizado, la fatalidad de vivir y morir en el capitalismo, esperando a que explotara el sistema junto a todo lo demás.
Chávez, sin mucha academia, nos mostró que se puede ir contra la fatalidad. Se puede cambiar la sociedad por otra distinta al capitalismo, si luchamos con ideas y aliento. Nos hizo ver que el socialismo no había muerto y que Bolívar era una de las fuentes más importantes para la guerra antiimperialista, inclusive capitalista; que Marx y Lenin estaban más vigentes que nunca, Fidel, Che, Gramsci... Chávez nos habló de todos ellos ¿Por quesera que ahora nadie se acuerda de esas lecciones? Chávez fue un hombre comprometido, para amarga desdicha de muchos, incluyendo a los traidores que aprovecharon de su esfuerzo y su buena fe.
La esperanza de la revolución mundial se avistó en el horizonte. Sin una revolución mundial el socialismo siempre será derrotado tarde o temprano, y Chávez lo supo, eso no es cualquier cosa. Su empeño en asociar y apoyar a los países más pobres y más débiles, reivindicar al sur y al poder de los pueblos, al África negra, al Alba, Petrocaribe, Una sur, Telesur, no son otra cosa que una chispa para le revolución mundial. Fue un esfuerzo solitario, como el de Bolívar, que hoy el capitalismo muy sagaz, con sus mañas "recupera" y revierte significado, lo vira a favor de su sistema en franca decadencia (Chávez fundando organizaciones para que cooperen entre sí y Maduro desvirtuando sus fines para convertirlas en negocios. Así es la historia, unos la hacen avanzar y otros la frenan porque se cansan rapidito)...
Nosotros somos aprendices de revolucionarios y nos debemos a nuestro héroes y modelos solitarios, debemos acompañarlos. No debemos justificar s Maduro (sería un error) pero sí a emular a Chávez y a Bolívar, y todos los revolucionarios; defenderlos, estudiarlos, entenderlos, leer la realidad a través de sus pensamientos y experiencias. Todo lo que no hizo y no hace Maduro y compañía, debemos hacerlo nosotros. Si el presidente no da el ejemplo y no educa. ¡entonces nosotros sí!
Es tiempo de hacer bien y mejor lo que sabemos hacer bien y podemos hacer mejor, por el país, por la sociedad, por el mundo. Lo que hagas aquí tendrá el mismo efecto que si lo hicieras en el resto del mundo. Es el efecto de la mariposa. Decía Fidel que una conversación entre amigos es más efectiva para ganar adeptos, para convencer, que un discurso en una gran plaza o en un parlamento. Basta con que cambiemos nosotros para que la revolución avance. La revolución mundial está a la vuelta de tu esquina, muchos no lo saben.
"¡Ah! ¿No comprendes al arruinar tu vida entera en este sitio, la has malogrado en cualquier parte de este mundo?", dijo el poeta. Tu ciudad son todas las ciudades del mundo. Si intentas ser mejor persona aquí su efecto se sentirá en el planeta. Sí hacemos la revolución de corazón, verdadera, en Venezuela se sentirá en el mundo, y se resentirá el capitalismo en el planeta. Hacer "capitalismo nacional" no tiene méritos, es como para que nos aplasten tres veces, pero una revolución socialista no, se respeta, los pueblos y muchas naciones la apoyarían, si no hay ambigüedades, dudas, vergüenza...