La descabellada idea de aplicar la técnica y la tecnología a la política de cuadros del PSUV

Animado por la invitación que hiciera el Primer Vicepresidente del PSUV, camarada Diosdado Cabello, a hacer propuestas ambiciosas así parezcan descabelladas, me atrevo a lanzar esta, que cada vez que la he comentado me han dicho que no es viable porque los propios directivos y dirigentes la bloquearían de cuajo, por radical.

Voy al grano. Se trata de aplicar la técnica y la tecnología a la política de cuadros del PSUV, específicamente a sus procesos de promoción de personal a tareas de dirección tanto en el Partido como en el ámbito institucional. Una propuesta así se justifica en la extendida idea de que mas frecuentemente de lo aceptable la revolución se equivoca en la designación de responsables para tareas sensibles, en las que los fracasos de gestión pueden tener, y tienen, consecuencias negativas para la cotidianidad de la gente, incluso llegando algunas equivocaciones, mas allá de la incompetencia que en muchos casos se padece, al terreno de la traición sin que se hubiera advertido que habíamos tenido un o una traidora en un cargo de particular importancia, en el Partido o frente a la dirección de alguna institución.

La propuesta es sencilla y consiste en implementar una especie de ranking de la militancia, que contemple al menos seis variables o componentes de lo que deberían ser las características de un militante revolucionario en tareas de dirigencia, cada una de las cuales sume valores ponderados a un algoritmo, y de esa manera le asigne a cada militante un lugar en el ranking. Así el Partido y la Dirección de la Revolución tendrán bases científicamente fundadas para seleccionar al personal al que se le encomendarán tareas en las que se deba evitar fallar a toda costa.

Partiendo de la base de datos de la militancia del PSUV, las variables a considerar podrían ser: 1) Coeficiente intelectual, 2) Perfil psicológico y de inclinación política 3) Conocimientos de cultura general y pensamiento político revolucionario, 4) Prueba de polígrafo (detector de mentiras), 5) Formación académica, y 6) Experiencia laboral. Mediante el algoritmo se asignará más peso a las variables que se consideren prioritarias en cada momento dado, con base en el desarrollo de los procesos de conducción del partido y la sociedad.

Con un sistema como el propuesto podremos superar la rémora que significan los círculos de amigos y la toma de decisiones en materia de política de cuadros que no trascienden del campo visual de un decisor o de un reducido número de decisores, con toda la impronta negativa que este tipo de unilateralismo ha tenido para la sociedad venezolana en su intento de llegar a ser una sociedad socialista.

Amén de que su implementación sea progresiva dado el interés que pueda tenerse en que ciertas y determinadas personas se mantengan como parte de los equipos de Dirección del Partido y el Gobierno independientemente del lugar que pudieran obtener en el ranking si se les aplicasen las pruebas en igualdad de condiciones que al resto de la militancia, con un sistema así se crearían condiciones favorables para garantizar que en la dirección de las tareas en las que no se puede fallar (o sea en todas) haya personas que reúnan apropiadas características de inteligencia, salud mental, cultura general y política de izquierda, aptitud moral, preparación académica y experiencia de vida, aspectos estos que no se garantizan ni siquiera mínimamente bajo los procedimientos actuales de reclutamiento y designación.

Aunque me han dicho que esta idea es descabellada, la veo enteramente factible ya que para cada una de las variables a considerar existen test y pruebas estandarizadas, así como instrumentos y baremos adaptables a los fines propuestos. Incluso la veo enteramente necesaria y urgente, a menos que se prefiera seguir guiando nuestras políticas de cuadros por los falibles "olfatos infalibles" de los círculos de confianza, a sabiendas de que los resultados hasta ahora no son lo mejor a lo que podríamos aspirar dadas las facilidades que el desarrollo que la ciencia y la técnica nos ofrece actualmente, lo cual si es descabellado, suicidamente descabellado para una revolución.



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Luis Fedemarx Gamboa


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