Lo que no se nombra no existe es una máxima que plasma en pocas palabras la importancia de nombrar, sacando a la luz todo aquello que en el teatro social de lo normal a menudo parece que no existiera.
Hay muchos elementos y aspectos de la vida venezolana que suponen dudas y conflictos. Es habitual que nos preguntemos el cómo, cuándo, por qué y para qué reflexionamos sobre numerosas facetas de nuestra historia de los últimos tiempos, de lo que ocurre a nuestro país y a nuestro alrededor. ¿Dónde estamos? ¿Por qué luchamos con tanto esfuerzo? ¿Adónde vamos? ¿Por qué tanta xenofobia contra nosotros? ¿Por qué nos quieren someter a los caprichos imperiales ¿Quiénes somos? ¿Por qué nos atacan tanto? ¿Cómo debemos vivir? ¿Por qué existen el amor o el odio? ¿Qué sentimos y por qué? ¿Por qué la espada de Damocles siempre sobre nuestras cabezas? ¿Por qué tantos traidores? ¿Por qué el gobierno revolucionario y el pueblo de Simón Bolívar lo someten a tantas angustias? ¿Por qué los otros gobiernos no pueden convivir con la Revolución Bolivariana? ¿Por qué nuestro gobierno ha sido todo el tiempo asediado? ¿Por qué brota y sale a la superficie tanto fascismo contra este pueblo, que lo único que ha hecho es darles libertad a muchos países? ¿Por qué a este pueblo lo someten a vivir agobiado? ¿Por qué atacan tanto a nuestra moneda y a nuestra economía? ? ¿Por qué se comportan como piratas que saquean nuestras riquezas? ¿Por qué tanta oscuridad? ¿Por qué un grupo minoritario de nuestra población no acepta ni respeta la decisión de las mayorías? ¿Por qué se vuelven antidemocráticos? ¿Por qué tratan de invisibilizar a nuestros hermanos indígenas? ¿Por qué no entró Guaicaipuro al Panteón Nacional en los gobiernos de la IV República?¿Por qué se discrimina a los negros, a los pobres, a los más desposeídos? ¿Por qué las iglesias no se ponen al lado de los pobres y de los más necesitados? ¿Por qué nosotros los venezolanos, los hijos de Chávez estamos blindados y dispuestos resistir cada vez más? ¿Por qué tanta intolerancia?.
Karl Popper, en su paradoja de la tolerancia, fue capaz de plasmar una idea compleja con suma sencillez: si una sociedad es ilimitadamente tolerante, su capacidad de ser tolerante finalmente será reducida o destruida por los intolerantes. Aunque parezca paradójico, según Popper, para mantener una sociedad tolerante, esta tiene que ser intolerante con la intolerancia. Pero Venezuela es un país de diálogo y de paz.
Nos sorprende y nos enfada, cómo en tantos espacios siguen minimizando e invisibilizando la revolución bolivariana, la injerencia en los asuntos internos y las agresiones contra Venezuela sin las distintas expresiones de la diversidad humana y, consecuentemente se siguen negando, en un ejercicio brutal de violencia.
La espada de Damocles se menciona porque queremos referir a una amenaza constante que nos puede llevar inesperadas y repentinamente a un trágico desenlace; una excelente metáfora de los inminentes peligros y precio que se paga por un gran poder.
Los traidores siempre aparecen en estos procesos emancipadores y revolucionarios. A raíz del bloqueo francés de 1838, el 5 de agosto, San Martín por iniciativa propia principia un intercambio de correspondencia con Don Juan Manuel de Rosas que no se interrumpirá hasta su muerte.
El 10 de junio de 1839, enterado del ataque francés apoyado por los unitarios desde Montevideo, le dice en carta directamente a Don Juan Manuel de Rosas:
"...esta conducta (la agresión francesa) puede atribuirse a un orgullo nacional, cuando puede ejercerse impunemente contra un estado débil...pero lo que no puedo concebir es el que haya americanos que por un indigno espíritu de partido se unan al extranjero para humillar a su Patria y reducirla a una condición peor que la que sufríamos en tiempos de la dominación española: una tal felonía ni el sepulcro la puede hacer desaparecer..."
Fueron unos cuantos los traidores que se unieron al extranjero (franceses, ingleses y luego brasileños) contra su Patria, antes y después de esta sentencia del Libertador, que si se cumpliera, muchos monumentos se achicarían y aún desaparecerían.
"Y como toda experiencia lo ha demostrado, la Humanidad está más dispuesta al sufrimiento mientras el Mal sea soportable, que al derecho propio de abolir las Formas a la que se ha acostumbrado": Declaración de la Independencia y la Constitución de los Estados Unidos de América, 04 de Julio de 1976.
A lo largo de la historia han surgido una gran cantidad de reflexiones respecto a estos y otros temas, sean más cotidianos o más trascendentales. Estas nos pueden servir de inspiración y nos permitirán ver cómo otras personas han visualizado el mundo.
En estos momentos surgen dudas sobre el beneficio que tiene el pensar bien las cosas o analizar nuestros problemas, ya que no parece contribuir en absoluto a resolver las situaciones o disminuir el malestar de la población.
Sn embargo no es acaso el pensamiento reflexivo una de las claves para encontrar soluciones a los problemas, aprender de nuestros errores y cambiar nuestras emociones. Todas esas emociones, especialmente las displacenteras son parte de nuestro equipamiento para la supervivencia y nos permite afrontar y reorientar nuestra conducta para establecer el equilibrio y el bienestar.
Creemos que los humanos de toda la Historia han dicho: "estos son tiempos difíciles, agobiantes, terribles, no saldremos bien librados", ¿Y qué más hacer? Pues levantarse y enfrentar la complejidad cotidiana, no hay opción. Las transiciones tardan y la esperanza también, así, más tarde que nunca, sea una nueva desazón. Somos lo que somos, una brecha, un grupo de políticos opositores y revolucionarios que se insultan, otros que se asilan y esconden en las embajadas, otros que saltan y caen para escapar como la iguana, pero tarde o temprano se llevarán su merecido, porque así no haya justicia, vivir huyendo, vivir defendiéndose de las sirenas de la policía, de la Interpol y de la justicia popular, de quien mira detrás de la ventana, no debe ser una vida.
Estos son tiempos difíciles, pero ante la incomprensión y el trágico proceder diario, los documentos sagrados, la Palabra de Dios y los evangelios, los pensamientos de Simón Bolívar y el legado del Comandante chávez y otros cuentos llenos de amor y esperanzas nos salvan, así ha ocurrido incluso en tiempos de temibles pestes, en tiempos de muerte hace muchos años, en reinos muy lejanos. Las historias nos despiertan, el amor nos da la esperanza suficiente para seguir soñando con los castillos de piedra, no esos de arena que duran poco en el mar.
Mientras haya voluntad de lucha, habrá esperanza de vencer. Un himno militar. Un fondo abrumadoramente amarillo, azul y rojo, Bolívar y Chávez divisando todo desde un ángulo, y en la parte central e inferior del plano tres caras ya muy conocidas, e inmortalizadas: "Simón Rodríguez", "Ezequiel Zamora" y "Andrés Bello".
Anclarnos en nuestros problemas durante largos períodos de tiempo no es productivo, pero una breve reflexión puede ser útil. Pensar en cómo podríamos hacer las cosas de manera diferente o reconocer las trampas potenciales de nuestro plan puede ayudarnos a mejorar en el futuro. Incorporar algunos minutos de tiempo al pensamiento en nuestro horario diario y no dejar que esos pensamientos nos quiten tiempo en otras cosas.
"Cuando la Patria está en peligro, todo es permitido, excepto no defenderla": Gral. José de San Martín