Hago lo que puedo, con mis dolores acuesta, por mi país. No puedo hacer más nada, sólo escribir, con mis dedos engatillados, para golpear desde lejos a los traidores que abandonaron ser venezolanos dignos para ser unos parásitos títeres del imperio que tiembla por ponerle la mano a nuestra riqueza. Y es eso lo que hago, y soportó, con dignidad, las ofensas que a diario recibo por parte de gente ciega y sin patria que me ataca por escribir lo que escribo cada vez con más dificultad.
Mis escritos están impregnados de dolor, pero igualmente impregnados de patriotismo. Por eso admiro a quienes luchan, desde cualquiera trinchera, por desenmascarar las patrañas de los payasos y al dueño del circo. Mi condición de revolucionario no ha estado nunca, desde que me conozco y escogí este camino, en debilidad, ni siquiera hoy día, cuando me acerco a mis 83 años, con mi cuerpo infectado por otro mal, menos letal que el Coronavirus 19.
Si usted puede, yo también puedo. Y si puedo, otros también podrán. Cuando hay conciencia revolucionaria no hay momentos de paz y tranquilidad, mientras haya traidores que son capaces de vender a su patria al peor de los imperios existentes en la actualidad. Imperio moribundo, pero criminal y prepotente. No existe una sola razón para que un venezolano que ame a su patria no salga del confort para enfrentar a los enemigos de la cuna del Libertador Simón Bolívar. Para salir a la defensa del legado del comandante Hugo Chávez Frías.
Llegó la hora del "yo si puedo". Si puedo alistarme en la trinchera de los patriotas, como lo hicieron ayer, miles de venezolanas y venezolanos, cuando atendieron al llamado de Bolívar para unírsele en su férrea determinación de echar de nuestro suelo al imperio español. Hoy día, Nicolás Maduro, Diosdado Cabello, llaman también a unirse al ejército cívico-militar, donde ya están enrolados y enroladas, hombres y mujeres, como Aristóbulo Isturiz, Earle Herrera, María León, Cilia Flores, Marleny Contreras, Luis Brito García, Mario Silva, entre otros dignos y dignas combatientes. Pero, la lista es demasiado larga, porque allí están los militares patriotas, del grado que sea, unidos, como un solo hombre, a quienes hacen el llamado, en esta hora crucial, donde el imperio nos acecha desde muy cerca, y desde tierra colombiana. ¡Que gloria para un militar, al salir y dar el frente ante el peligro que corre la Patria!
Usted, yo, y todos podemos hacer algo por nuestro país, inclusive desde el más allá. ¿Eso es posible? Claro que lo es. Sólo tiene que dejar su huella para que otras la sigan. Una huella donde está sembrada el amor por la Patria. Y, el mismo, irá reproduciéndose, como se reproduce, la yerba buena, aplastando a la mala. Hay unas palabras que me encantan. No sé quien las dijo: "Mi camino está hecho con pies valientes, aún cuando están cansados arriesgan un paso más…". Siempre podremos dar un paso adelante, cuando estamos imbuidos de Patria, y al darlo dejamos una huella para que los que vienen sigan el camino correcto.
¡Alerta!, si usted puede, yo puedo. Y si puedo, usted también puede. Venezuela, un país de paz y buena voluntad, es el bocado más apetecible por el imperio y de los gobiernos títeres, como el de Colombia, y, como nunca faltan, los traidores "criollitos" que han sido capaces de vender hasta a su madre. Pero, Venezuela también es la madre de patriotas que están dispuestos para morir por salvarla de este vil tiburón que acecha desde el mar y desde los ríos, herido y hambriento. "Patria o muerte, venceremos".
Querétaro, México, 31 de mayo del 2020.