Si algún argumento se tuvo en oportunidades en discusión durante el gobierno de Chávez fue la constante queja de muchos de los opositores que decían que, con sus virtudes y defectos, la llamada Cuarta República no fue tan mala como la pintaban. A muchos de estos personajes se les llamó en alguna ocasión "Viudas de la Cuarta República".
En la actualidad se ha vuelto una constante encontrarse con muchos personajes que bien pudieran calificarse como las "Viudas del chavismo" porque se la pasan llorando de que con el tiempo de Chávez todo era mejor y que hay que hacer lo posible para volver a esa época.
Esto es un fenómeno común en el desarrollo de la historia de Venezuela. A medida que se van produciendo los cambios sociales siempre hay grupos que consideran que la época anterior fue mejor. Cuando terminó el gobierno de Gómez, por ejemplo, muchos fueron los que vieron en su sustituto a un personaje que no iba a ser capaz de emprender las reformas que se pedían a gritos entonces y que el país necesitaba y por eso no fueron pocas las protestas que se presentaron cuando el pueblo impaciente consideraba que el gobierno de López Contreras era una forma de continuación del gomecismo. Este espíritu se mantuvo hasta el gobierno de Isaías Medina Angarita el cual fue depuesto por un alzamiento militar porque supuestamente todavía dicho gobierno no había logrado la ansiada democracia que se esperaba después de que el país padeciera tantos años de dictadura. Craso error, porque lo que se hizo condujo al país nuevamente a un gobierno militar que representó unos años más de autoritarismo y represión. Cuando finaliza la dictadura de Marcos Pérez Jiménez y se entrona la llamada democracia representativa la cual tuvo en sus inicios a muchos críticos que decían que con los gobiernos militares anteriores se vivía mejor.
De manera que siempre cualquier sistema de gobierno o forma de hacer política que reemplace a otra tendrá sus detractores que miren en los sistemas anteriores épocas mejores a las que sería conveniente retornar o copiar o hacer todo lo posible para que se mantengan los gobiernos nuevos sin alterar mucho las cosas buenas de los gobiernos anteriores. Esto pasó después de Gómez, de Pérez Jiménez, después de la Cuarta República y después del gobierno de Chávez.
Es por esta razón que no sorprende que haya quienes sueñen con que Venezuela vuelva a ser como era en los momentos mejores que tuvo el gobierno de Chávez y creen que arrasando el madurismo podría volverse a una época similar. Desafortunadamente, esto no es posible ni con estas elecciones ni con mil elecciones más que haya por la sencilla razón de que la historia sigue su curso y la construcción de lo que representa la República debe estar marcada por estos acontecimientos y estos vaivenes que a la postre redundarán en la Venezuela que seremos sin que haya vuelta atrás a formas de neochavismo, neopuntofijismo o cualquier intento de regresar a épocas pasadas.
Quizás la única y principal ventaja que tenemos ahora en relación con otros tiempos es la aparente existencia de una mayor conciencia política entre la población que debería permitir la toma de decisiones más acertadas y debería entender mejor los retos que depara el futuro de nuestra nación.