¿Y después de la ley qué vendrá?

¿Qué es lo que hay que hacer en secreto para que EEUU no se entere? La única manera de actuar es elaborar una complicada estopa de conexiones, una trama jurídica y de testaferros que oculte los negocios con Venezuela, pero a la vez a los verdaderos propietarios de los capitales. Por ejemplo, que aquellos que comercian con Venezuela oculten su identidad, pero también, que las compras y negocios del gobierno estén a nombre de particulares. La confidencialidad (una forma eufemística de llamar el secreto, lo que se oculta a la vista de muchos) tiene aquí doble sentido: puede ser para los privados, y podría ser para ocultar los negocios particulares de los funcionarios del gobierno hechos con capitales birlados (lo que en la práctica significaría lo mismo).

Siguiendo la lógica de cómo se ha asaltado la renta petrolera, nuestros ahorros, y nuestras riquezas en Bolívar y Guayana, los privados han capturado el grueso de ese dinero con la excusa de la “activación del aparato productivo”, es decir, han recibido créditos del Estado (los cuales nunca se pagan, eso es un decir muy popular dentro de ese mundo). Mientras los funcionarios, gestores de las cuentas del Estado, lavan sus capitales robados en empresas particulares, asociados o no con los otros, ahora petroleras, mineras etc. Nada nuevo dentro del capitalismo, por más inmoral que parezca, por más imposible que resulta a los ojos del chavismo: esa es su naturaleza. Ya los rusos lo hicieron con las empresas de la extinta URSS: de pronto aparecieron grandes millonarios fabricantes de armas, dueños de acerías (Mardashov, un oligarca ruso, era el director financiero de las acería de Cherepovets cuando fue privatizada en 1993. Mardashov se guardó un gran pedazo para él de las acciones y ahora es multimillonario), de minas, laboratorios químicos y tecnología, etc.,… ¡Y de las petroleras! Rosneft, por ejemplo, o Gazprom, la cual es una empresa gasífera, “fundada en 1989 durante el periodo soviético y controlada actualmente por el estado ruso, aunque su manejo económico y empresarial es el de una empresa privada.”,

El caso de Gazprom es interesante porque tiene que ver un poco con uno de los modelos que pretende el gobernó de Maduro, y con los cambios que se propone hacer a la Ley de hidrocarburos, para que el Estado solo sea una especie de árbitro de los negocios hechos por privados… ¿Y quiénes serán esos privados?

La venezolanización de la industria petrolera se hará entre los viejos oligarcas, los nuevoricos emergentes salidos del madurismo, y las trasnacionales. Nada desconocido en el mundo, ya lo hicieron a su manera algunos directivos de PDVSA en la cuarta, solo que “pega” saber que la trampa, la entrega de la revolución es hecha y pensada por quienes se ofrecieron al mundo como socialistas – Sin embargo duele más saber que todavía hay muchos que creen en su cuento de “soberanía e independencia”; desde ex embajadores cultos, abogados, hasta chavistas frágiles, militantes honestos –. La idea es privatizar gradualmente el país pero con una participación considerable en esos negocios, de la burocracia madurista, oculta bajo el secreto (o confidencialidad) de la Ley antibloqueo… – “¡Qué! ¡Eso es un disparate!” –... Ya veremos, la historia nos lo dirá más adelante, todo depende de nosotros.

Después de la Ley antibloqueo, al gobierno no le queda otra que seguir su camino trágico (como Claudio luego de matar al Rey Hamlet); tiene que activar su plan privatizador sin excusas, sin tardanza, el destino está trazado –“¡todo o nada!, ¡que sea lo que “diosito quiera!” –... Solo le queda poner a punto a las policías y preparar las mazmorras, sacar al ejército para la calle a nombre de la pandemia; arreglar los papeles de traspaso, amenazar a sus ministros más escrupulosos (por ejemplo, no debe haber por ahí ninguna María Alejandra Díaz que ponga en duda sus buenas intenciones), el gobierno debe echar el resto, jugarse todo por Rosalinda.

Después de la Ley antibloqueo, el hambre y la desigualdad seguirán en ascenso, solo que no sabremos los nombres de todos los beneficiarios del saqueo de nuestra economía,… porque será confidencial. La pregunta es ¿Por qué se le niega al pueblo de a pie - el que no es rico ni está en altos cargos del gobierno - conocer el destino de sus vidas, sea lo sea que vaya a pasar en el país?

Pero, por otra parte ¿Por qué necesita el gobierno convertir en ley lo que ha sido hasta ahora una práctica dictatorial velada? Porque se asoma un GOLPE DE ESTADO “constituyente”, un autogolpe legal, para poder cumplir con metas personales, en alianza y complicidad con empresarios de aquí y de allá…

¡Verga! ¡Depende de nosotros que estos locos nos retrocedan (o no) a tiempos Juan Vicente Gómez! ¡Hay que detener este plan capitalista de caos y despojo de nuestro país!

¡Contra el Golpe de Estado, volvamos a Chávez, defendamos la revolución! ¡Patria socialista… o morimos todos!


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Marcos Luna

Dibujante, ex militante de izquierda, ahora chavista

 marcosluna1818@gmail.com

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