Auditórium

Maduro, los venezolanos: ¡No viven, sobreviven!

"Que el pueblo se burle del presidente, no es tan grave como que el presidente se burle del pueblo".

Carlos Soublette (1837-1839).

Esta nación, el otrora rico país llamado Venezuela, con la reservas de petróleo mas grande del mundo, esta viviendo su población, la peor crisis económica, política y social de su historia a 21 años del siglo XXI. Las cifras son alarmantes, desde hace cinco años, presentando una hiperinflación, que ha desatado los altos precios de los productos básicos necesarios para la vida cotidiana, como alimentos, insumos para la higiene, y limpieza, los medicamentos, entre otros, agravando la crisis social, y favoreciendo la crisis política en plena pandemia del Covid-19.

El pueblo venezolano está sufriendo las consecuencias de las erráticas, y estalinistas decisiones, y medidas políticas, diseñadas en la Habana, y aplicadas por el gobierno a lo largo de esta última década, que lejos de llevar al desarrollo de Venezuela, ha logrado deteriorar todas sus instituciones e infraestructuras publicas, el estado actual de deterioro del país es muy complejo, con el espeluznante avance del cáncer económico, y humanitario de la crisis.

La culpa no solo es del gobierno militar bolivariano, también de los partidos del lado opositor por sus actos de cohabitación, a través de la corrupción, que siempre terminan en actos delictivos como el de los famosos "alacranes" en campaña electoral para las gobernaciones, utilizando impunemente dineros provenientes de la corrupción, incrementando así la inestabilidad política, y económica; algunos culpan al presidente Nicolás Maduro por ser un líder con mucho menos pegada política, que Hugo Chávez; otros hacen responsable de la crisis al legado de Chávez; pero el origen de esta tragedia económica radica en patologías mucho más profundas.

El problema estructural de esta crisis, según los más avezados expertos económicos consultados por este analista, reside en las nefastas medidas económicas aplicadas por el gobierno, que no funcionaron bien para Venezuela. El país pasó de tener una economía coordinada por precios, a una economía centralizada, en la que el Estado a través de una mayor intervención en la sociedad buscaba más igualdad entre sus ciudadanos, pero vimos lo que pasó, y ahora la revierten en contra del pueblo en una forma criminal.

El principio de la caída de la economía venezolana radica en la crisis iniciada en el 2014. La industria Venezolana estaba montada en un 90% en la producción, y exportación de petróleo, conocida como el rentismo petrolero. La empresa petrolera, PDVSA no solo se ocupaba de extraer, y comercializar el petróleo sino que la pusieron a comprar e importar alimentos, y productos básicos. Con su caída, también cayeron las importaciones de estos bienes esenciales. Ahí fue donde apareció en acción, el Jeque de Cabo Verde.

Otros agravantes fueron; la gran cantidad de dinero despilfarrado sin controles algunos, destinado a políticas sociales, los cuales no se llegaba a cubrir con la recaudación de impuestos, y las ventas de petróleo; y así poder establecer un precio fijo, y justo a los alimentos de primera necesidad, con el fin de que todos los venezolanos pudieran acceder a una canasta básica familiar, y buscando de esa manera que la moneda nacional el Bolívar, se fortaleciera con respecto al dólar.

Los precios se convirtieron en cifras inalcanzables, las empresas productivas nacionales, empezaron a quebrar, y a trasladar sus industrias a otros países donde la inversión fuera rentable, dejando como resultado la caída de la producción nacional. De lo expropiado nada quedó en pie.

No obstante, el Estado nunca tuvo la gerencia necesaria para administrar estas empresas y tomar decisiones eficientes, ignorando la creciente incertidumbre en cuanto a la situación económica del país porque los precios, ya no informaban sobre el estado en el que ésta se encontraba. Los organismos encargados de recolectar estos datos fueron abolidos por el estado, y llenados por la corrupción con el fin de ocultar la información.

Hoy el gobierno no tiene dinero ni capacidad de conseguirlo, ya que la empresa privada es casi inexistente por ende, los impuestos, son pocos los que vayan a pagarlos. En consecuencia, y como última salida empezó a imprimir más dinero digital, generando que haya más masa monetaria digital en circulación pero la misma cantidad de bienes en el mercado, produciendo así la tan conocida Inflación que en la actualidad ha alcanzado un valor del de millones % en el país siendo la más alta del mundo, y la posterior devaluación de la moneda.

La otra perversión económica relevante fue la creación de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) por parte del gobierno, y que para acabar con la guerra económica, y garantizar la alimentación del pueblo venezolano. Cada comité de abastecimiento está o estuvo compuesto por la: Unión Nacional de Mujeres (Una Mujer), Unidad de Batalla Bolívar-Chávez (Ubch), Frente Francisco de Miranda (FFM) y los distintos consejos comunales de cada entidad federal. En la realidad, los CLAP’S son estructuras completamente ineficientes, y corruptas, para el control social, y no han provisto de ayuda al pueblo venezolano. El gobierno desaprovechó oportunidades, y el pueblo no encontró soluciones

Como resultado, Venezuela en vez de economizar recursos como el tiempo, los recursos humanos, el talento, el conocimiento, así como el de los bienes materiales primarios, y secundarios terminó desperdiciándolos con la emigración de su población. Tal afirmación se ve reflejada en la burocratización para el control del dólar, con la legitimación de capitales, el narcotráfico, el contrabando, y el crimen transnacional, se abandonaron los procesos de producción, la corrupción en las importaciones, la muestra mas palpable es la proliferación de bodegones, y negocios de productos importados de fachada para lavar dólares, además del control social, de los ciudadanos; provocando a su vez mayor tristeza en el pueblo venezolano, como la del pueblo cubano, durante 63 años de cruel dictadura, en todos los ámbitos.

Cabe destacar que la crisis humanitaria no es causa única del alto costo de los alimentos; personas a diario mueren por la falta de medicinas, y el deplorable estado de los hospitales. Una gran cantidad de niños están desnutridos, y otros mueren por no poder conseguir las medicinas para sus tratamientos.

Hoy tenemos una inflación sin precedentes, el aumento de las importaciones sin controles, la fuga de capitales, la brutal caída del PBI, la devaluación de la moneda, la brecha cada vez más grande entre los tipos de cambios, largas colas, en los pocos centros de vacunación, altos precios en la mayoría de los bienes de primera necesidad, el mercado negro como única salida para cualquier tramite, la corrupción, la violencia entre los ciudadanos, el aumento de la pobreza como resultado de la pérdida del poder adquisitivo, y del incumplimiento de los planes sociales, la migración de gran parte de la población a otros países, y la represión del pueblo por parte de las fuerzas militares en calles, y carreteras del país, son algunas de las consecuencias que está sufriendo Venezuela en la actualidad.

El estado de postración de la actual Venezuela, es el conjunto de resultados no solo económicos, sino también políticos, y sociales que son igual de relevantes. Su situación de crisis ha sido reconocida por la sociedad internacional, intentando ayudar por medio de los organismos internacionales. Sin embargo el gobierno venezolano reconoce la magnitud de la tragedia, pero niega la gravedad de la situación, y sabotea la entrada de cualquier ayuda humanitaria, ya que todo lo ve como medidas de desestabilización al gobierno. La crisis alimentaria es tan grave que ha llevado a su población a la desesperación, con saqueos, y agresiones entre los mismos ciudadanos, la gente ya no recuerda cuándo comenzó esto que hoy se ha vuelto una pandemia. Producto de la hiperinflación, y la peste china. La alimentación, la medicina, los hospitales, y la inseguridad se cobran las vidas de los venezolanos a diario, y mientras tanto el gobierno sigue sin admitir su fracaso, ninguna de las medidas que tome servirá para mejorar las condiciones de calidad de vida, en las que tienen sometido al pueblo venezolano.



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Edgar Perdomo Arzola

Analista de políticas públicas.

 Percasita11@yahoo.es      @percasita

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