El gobierno está jugando a división de la oposición, es más, con recurrencia hacen énfasis en la palabrita "oposiciones", las oposiciones, dicen, cosa que no es cierto ya que todos aquellos partidos o movimientos políticos que tienen una línea de acción opuesta y contrapuesta al orden impuesto son "opositores", al igual que aquellos que han venido buscando diferentes caminos para dar al traste con el gobierno actual, son opositores. Lo que si resulta claro es que todos ellos desean salir de éste gobierno, construyen sus referentes con la mente fijada en cambiar a éste orden de cosas que sólo ha traído hambre y destrucción a la sociedad venezolana. Y para ello se han dedicado a imponer un sistema político basado en el miedo. Se han diseñado un proyecto sensible para infantilizar a la población tal como lo señala Roberto Briceño-León, "Los años han pasado y las dictaduras han perfeccionado sus técnicas y afilado sus armas. Se han vuelto más crueles y más sutiles, pero siguen sustentando su poder en el miedo que logran provocar en los ciudadanos (tomado de Linz). En todos, en sus enemigos por supuesto, pero también en los indiferentes y en sus propios amigos, pues quieren ahuyentarles las dudas y las malas ideas, y que un día se puedan convertir en enemigos". La política de infundir miedo no cesa, es de largo aliento. Lanzan sus petardos directamente y como promesa doctrinal, "Leales siempre, traidores nunca", es decir, aquellos que se atrevan a disentir son "traidores", pero no unos simples traidores, son traidores a la Patria, ergo, el gobierno es la Patria y Matria, Dios y "socialismo". Sueltan palabritas que subliminalmente el ciudadano va aceptando y como quiere gritar a pulmón abierto, se cohíbe por el miedo a la represalia, la cual viene por diferentes vías, llámese caja clap, amenaza directa, suspensión de bonos, de la bombona de gas, etc. En suma, todo un diseño pensado para desarrollar, con éxito por cierto, la dinámica del miedo. Nuestra población (se calcula en 6 millones) ha optado por emigrar y eso debe de parar, la fe, el amor por nuestra tierra debe ser el espíritu que nos de fuerzas para continuar nuestra lucha. Para ello es imprescindible conocer el juego maléfico al cual hemos sido sometidos y enfrentarlo con firmeza, con mucho desprendimiento y propuestas de resiliencia analizada con los propios ciudadanos porque quien más que ellos conocen sus propios potenciales y los problemas de sus comunidades. De allí que todos los sectores opositores lejos de creerse reyezuelos porque el gobierno les tendió la trampa con la regaladera de tarjetas para provocar más des-unión lo que deben hacer es sentarse, guardar sus tarjetas que de nada sirven porque ya todos sabemos que los cascarones vacíos abundan, que los "partidos grandes" se agotaron, cumplieron su ciclo, entonces, si de verdad desean reconstruir, de luchar por su gente, lo que deben hacer –repito- es sentarse a elaborar un PROGRAMA COMÚN DE ACCIÓN, elaborar propuestas y discutirlas con la ciudadanía ahíta de promesas huecas, de salidas fáciles. Así los ríos volverán a tomar su cauce ya que ahora no tienen ningún destino. Candidato a cualquier cargo que piense posicionarse porque es histórico, tiene tarjeta y es un erudito disfrazado de Jesús de Nazaret, debe ser considerado un farsante. Bastan líneas básicas para orientar a la población y dar las herramientas necesarias para que sean ellos quienes las implementen. Necesario es aclararle que Papa Estado está arruinado, que hasta sin moneda lo dejaron ya que constantemente le quitan ceros para disimular la tragedia venezolana, no griega. Que ahora quieren colocar el precio internacional a la gasolina para complacer al "experto David Paravisini", cuando todos sabemos que la gasolina que muy poco producimos y que mucha compramos, ni siquiera tiene la calidad de la gasolina internacional, que los alimentos los deben importar para continuar con sus cochinos negocios que a tantos Saab han convertido en killonarios. Con un Programa de Acción Común seremos capaces no sólo de devolverle la majestad a la Política, sino, de colocar a los verdaderos agentes del cambio a construir su propio destino. Gobernaciones y alcaldías deben transferir poder a las comunidades organizadas, darles orientación y planificar con métodos adecuados, a la par que se les debe proveer de la logística necesaria para lograr tal fin. La reconstrucción del Tejido Social tendrá su base de sustentación en la EDUCACIÓN. En la educación para el trabajo, en la educación para alcanzar la cultura del desarrollo humano integral. En nosotros está la recuperación de la República. Soc. Ezequiel Aranguren.