Total y verdadero desprecio de la partidocracia hacia los sectores sociales a la hora de seleccionar candidatos a los cargos de elección popular. El PSUV inició su campaña interna para seleccionar candidatos a las diferentes gobernaciones del país, a diputados de los consejos legislativos, para alcaldes y concejales. Fue una jornada cerrada a sus militantes en un 95% con uno que otro candidato a alguna concejalía que no estuviese inscrito en las filas del Partido. Luego, para la selección final, hicieron elecciones abiertas, teniendo cualquier ciudadano inscrito en el registro electoral posibilidad de votar por el candidato de su preferencia, es decir, había que votar por el candidato del Partido PSUV. Algunos Partidos nacionales o regionales ya inscritos con derecho a participar en tanto que estaban oficialmente inscritos ante el CNE, como otros a quienes por gracia gubernamental les fue donada una tarjeta con el único fin de ampliar el abanico de participación y de mostrar ante los ojos del mundo que en Venezuela existe democracia plena. Así las cosas el llamado G4, léase AD (de Ramos Allup sin tarjeta); VP (de Juan Guaidó-Leopoldo López sin tarjeta); ABP (de Manuel Rosales con tarjeta) y PJ (de Capriles con tarjeta), más otros Partidos como COPEI (sin tarjeta), CONVERGENCIA (con tarjeta), a última hora decidieron participar en las elecciones del 21N, pese a que algunos de sus principales líderes, como López y Guaidó insisten en que no hay condiciones para participar. Así las cosas, el llamado G4, de manera poco usual, ofrecen una rueda de prensa, sin la participación de VP, donde Ramos Allup informa la decisión de dichas organizaciones de lanzarse al ruedo electoral, cambio importante, pues ante tantos fracasos, ya al menos sabemos que votar no es malo, pues a quienes siempre han insistido en la necesidad de participar se les trataba con desprecio y sometidos al escarnio público. Acto seguido y con una carta bajo la manga, las direcciones nacionales del G4, en conversaciones previas, comienzan a repartirse el país de norte a sur y de este a oeste, de tal manera que a cada uno de ellos le corresponde una cuota de gobernaciones y alcaldías con diputados y concejales incluidos. Al pie de la letra fue tomada la orden, el reparto burocrático no pudo ser más aberrante ya que sólo la militancia más íntima tenía cabida en dichas planchas. No tengo ninguna duda de que los partidos políticos pueden tomar las decisiones que mejor les convenga a sus intereses partidistas o personales, lo que si me resulta una verdadera traición no sólo a principios de la ética política sino a las necesidades de cambio que el sufrido pueblo venezolano está esperando de su dirigencia, es que le nieguen la participación a valiosísimos miembros de la Sociedad Civil, léase, profesionales, dirigentes sociales, dirigencia obrera, empresarial, es decir, a los políticamente independientes que forman más del 60% de la sociedad. Pero hay más, casos como el del conocido luchador social del gremio de enfermeras y de la salud como lo es Julio García (VP) quien tanto pudo haber hecho por los trabajadores de Carabobo desde el CLEP, sencillamente, le cerraron las puertas en sus narices. Así como dirigentes le Sintraenseñanza, Colgate Palmolive (quienes lograron un contrato colectivo con salario y compensación de 500$/mes), dirigentes del sector automotriz, de las academias, de los Colegios profesionales, etc., ellos no cuentan, los de valía son los compañeritos del Partido. Aberrante, ¿Cierto? Aún estamos esperando de éstos partidos depredadores que nos digan cuál es su estrategia para conquistar Miraflores o qué sucederá de cara al referéndum presidencial. Soy de los que pensaban que el Gobierno/Psuv/Militares con un rechazo cercano al 90% sería imposible que ganaran siquiera una alcaldía, pero, ahora me da la impresión de que ésta oposición sólo sirve para mantener al gobierno actual en el poder. Imaginemos, por un segundo cómo será la guerra a muerte por alcanzar la candidatura para el 2024 si el comportamiento por una concejalía es tan obtuso. Creo llegado el momento y a pesar de la derrota en puertas, que ha llegado la hora de que nuevos actores tomen las riendas de la política o tendremos madurismo por muchísimos años. Duro, pero, cierto. Si los independientes somos mayoría, como en efecto lo somos, demos un paso al frente, unamos esfuerzos y avancemos de cara al 2022 fecha en que por Constitución nos corresponde el sagrado derecho de revocar al Presidente de la República. Allá el G4 que cargue con su derrota. Construyamos desde ya a la Venezuela del futuro.