Qué vale más. Una candidatura sin posibilidad alguna de victoria o que hagamos una justa recomposición de fuerzas y liderazgos y podamos lograr no solo rescatar las gobernaciones y alcaldías, sino el poder legislativo y municipal, desde donde se puede por igual, contribuir con la recuperación del país.
Qué vale más. Impulsar candidatos, en un todos contra todos, con altísimas posibilidades de perder y hacer que ganen los candidatos de Maduro, o tener la sensatez de entrar en una fase de diálogos y acuerdos para garantizar que una vez lograda la victoria el 21 de noviembre, todos gobernemos con la mayor participación plural y democrática.
Qué vale más. Dejar que cada factor político se incorpore en una verdadera Gran Alianza por Venezuela y jugársela como un protagonista importante de la Unidad o andar realengo con autonomía, pero derrotado y marginado de los nuevos actores del poder regional y municipal opositor, que surgirán después del 21N.
Qué vale más. Tener empoderado en las distintas estructuras de gobierno regional y municipal a nuestros mejores expertos, profesionales y técnicos vinculados a nuestras organizaciones políticas o tenerlos haciendo análisis y críticas de cómo se debe gobernar o en el peor de los casos frustrados por las derrotas y realizando planes para agudizar la tragedia migratoria de nuestros jóvenes.
Qué vale más echar el resto para derrotar a Nicolás Maduro y sus candidatos o permitir que ellos salgan victoriosos. Yo apuesto todo a qué derrotemos a Maduro y sus candidatos. Y tú.
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