El auge de la delincuencia común desechable en Venezuela

La nueva "normalidad" en Venezuela, caracterizada entre otras cosas por un oscuro panorama de pobreza y miseria en el marco de la "mejoría económica", está dejando algunas consecuencias muy lamentables, como el aumento notable de la delincuencia de todo tipo, incluyendo la común, en la que los delitos son, por lo general, de poca complejidad, y realizados por un solo individuo o por grupos pequeños (personas de a pie). En este contexto, hay que hacer referencia a los numerosos delincuentes desechables (también están los que pertenecen al hampa de cuello blanco y a la elitesca), seres psicópatas o sociópatas que, en el proceso de delinquir, hacen el mayor daño posible (físico y mental-emocional) a sus víctimas; unas verdaderas lacras, que bajo los efectos o no de las drogas, actúan con la mayor crueldad posible, incluso contra niños y ancianos. Son desechables simple y sencillamente porque son seres irrecuperables en cuanto a una reinserción relativamente normal en la sociedad, que no conocen otra vida que la del parasitismo y la maldad extrema.

Ahora bien, a pesar de que la delincuencia común desechable ha llevado a cabo espantosos delitos-crímenes contra los ciudadanos de a pie en Venezuela, que han tenido una amplia difusión en muchas televisoras, estaciones de radio, publicaciones periódicas y en las redes sociales, brilla por su ausencia la actuación policial-judicial concreta del Gobierno en todos sus niveles. Aunque no sorprende en realidad la inacción oficial contra los delincuentes desechables, considerando, por ejemplo, que éstos han sido de una u otra manera aliados del Statu Quo en lo relativo a contribuir al control social mediante la violencia y el miedo. Control social que es clave, por ejemplo, para evitar rebeliones civiles en un periodo marcado por los efectos negativos del manejo gubernamental de la pandemia por COVID-19 y de otros factores internos y externos.

Ante la indiferencia del Estado respecto al control de la delincuencia común desechable, la sociedad ha actuado por cuenta propia en no pocos casos en que se ha llevado a cabo un delito-crimen, llegando al extremo de asesinar a algunos delincuentes por medio del linchamiento. En cierta medida, hay que entender la reacción violenta de los ciudadanos hastiados por el auge de la peor delincuencia que los azota; han tenido que pasar por encima de la ley debido a que ésta no ha actuado como debe ser contra los involucrados en delitos graves. En realidad, la justicia venezolana si ha sido eficiente, pero enviando inocentes a la cárcel, pobres en su mayoría.






 



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Rubén Alexis Hernández

Licenciado en Historia, Magíster en Historia de Venezuela. Antiimperialista, izquierdista y ateo

 ruhergeohist@yahoo.com

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