El arte de la guerra fue una pieza formulada por Maquiavelo en un momento histórico que difiere del nuestro y curiosamente, la obra forma parte de la teoría con la que son formados los militares.

Por la misma razón existe en todas las civilizaciones una división social entre los pueblos de donde surgen los trabajadores, los soldados y los gobernantes, indistintamente de su ubicación ideológica o forma de gobierno, en teoría todos son "servidores públicos" que están subordinados a la voluntad de la mayoría, hablando en términos de democracia.

Uno de los errores del Comandante Hugo Chávez fue sacar a un grupo de militares para el ejercicio de cargos que normalmente habían ocupado civiles formados en las universidades con el fin de desempeñar las responsabilidades inherentes al cargo.

Cuando digo que fue y es reincidente el error en la actualidad es porque el militar es formado en el arte de la guerra y el manejo de las teorías de defensa de nuestra soberanía Nacional, al ocuparlos en un cargo cuya naturaleza es política y social, el "soldado" designado comienza a adecuar el objetivo, visión y misión de la institución a sus características formativas convirtiendo la institución en un centro de operaciones militares y el desempeño del cargo en un arma de guerra, a la crítica y disidencia como enemigos y a la máxima autoridad que es el pueblo, en subalternos.

Existe una referencia histórica inmediata en cada institución legislativa, ejecutiva, judicial, electoral y moral en todos los niveles que describen lo anterior, basta con mirar por donde han pasado los generales, coroneles y todos los oficiales sin tropa, lo destruyeron todo.

Pero en el Estado Zulia ocurrió lo impensable, desde el apagón nacional estuvimos sometidos al racionamiento irracional de energía eléctrica, bajones y toda una sistemática tortura que destruyó la cotidianidad y los artefactos electrodomésticos de la mayoría. Claro el discurso oficial era culpar a una iguana y la oposición dependiendo la gravedad del asunto pero "la mentira tiene patas cortas": el 21 de noviembre de 2021 después de anunciar la victoria de la oposición en la gobernación y la mayoría de las alcaldías del Zulia, el problema "se resolvió" por arte de magia, hecho que constituye la base de esta reflexión ya que desde hace algunos meses, funcionarios de la corporación eléctrica (Corpoelec) están promoviendo el plan "borrón y cuenta nueva" que consiste en hacer un pago único, en sus inicios de 400 Bolívares y recientemente incrementado en 1000 Bolívares para borrar la misteriosa deuda acumulada durante el largo periodo de bajones y racionamiento.

Lo único que olvidaron los planificadores de esta fechoría es que, no clasificaron por grupos o clases sociales obligando a pagar lo mismo al dueño de un hipermercado y una señora en un ranchito, también se les olvidó que el salario mínimo mensual es de 130 bolívares, quiere decir que para pagar 1000 Bolívares tiene que destinar el 100% del salario mínimo mensual por 9 meses aproximadamente para adherirse al plan del general sin tropa.

Cuando comenzó el pronunciamiento de algunos sectores manifestando su rechazo a esta aberración mediante la cual pretenden cobrar por un servicio que no prestaron o que en la mayoría de los casos provocó perdidas a las familias, comenzaron de nuevo los bajones porque como dije al comienzo, si él tipo es zapatero solo va producir zapatos, este es militar y asume el cargo como arma de guerra.

Si revisamos políticamente las causas del resultado electoral el 21 de noviembre de 2021 encontraremos una constante: el problema de los bajones y racionamiento irracional de energía eléctrica tenía a la población al borde de un estallido contra el gobernador y los alcaldes porque el señor ministro aspiraba ser candidato a gobernador y su hermano alcalde de Cabimas, por eso al día siguiente de las elecciones el problema se resolvió con cero céntimos de inversión después del desangramiento de recursos que cayeron en el barril sin fondo que algún día tendrán que explicar a la justicia.

Aunque no me consta, es parte de la interpretación equivocada del arte de la guerra que hace un analfabeta político e ideológico para el cual, "el fin justifica los medios".