Por todas partes se distingue, en medio de la calamidad pública provocada por la dirigencia que ha gobernado nuestro espacio geográfico los últimos 100 años, las fortalezas y oportunidades que tenemos para refundar nuestro municipio.
Lo primero que tenemos que hacer es tomar un buen purgante para sacar tanto parasito alojado en la administración pública local y colocar gente con principios y valores que lleven como bandera la transformación de nuestra ciudad.
Tenemos grandes extensiones de tierra productiva y la dificultad de los productores para trasladar sus productos a nuestro mercado y más allá.
Hace algunos años fue desmantelado un frigorífico que producía pollo y huevos, está empresa generaba empleo y aportaba sus productos en nuestro mercado beneficiando a las familias de nuestra ciudad.
Existieron diversas experiencias productivas de carácter artesanal que fueron desapareciendo por la miopía política del funcionariado desde el gobierno.
Los pescadores tenían su centro de operaciones en el centro cívico donde llegaban bien temprano con sus productos.
Cualquier persona podía emprender desde su casa con la venta de desayunos, comidas rápidas, refrigerios y helados sin temor a caer en manos del hampa común o del hampa oficial.
Los comerciantes tenían una vinculación social de tal manera que muchos se convirtieron en personajes históricos como el viejo Bartolo Sánchez del antiguo pasaje Sorocaima y el viejo Marcelino Mota en la ferretería Mota hermanos, personas nobles, solidarias y sobre todo, comprometidos con el engrandecimiento de nuestro gentilicio.
Un paseo por nuestra memoria histórica nos llevará al ciclo histórico de gobernantes que prometieron en campaña y luego desde el gobierno no cumplieron, es la misma actitud sin distinción y es una de las causas del porque siendo una ciudad rica en recursos naturales y humanos, estemos viviendo en las peores condiciones de vida.
Actualmente y para ser exactos desde 2013 la calidad de vida del cabimero se fue por el fango, muchos de nuestros hermanos huyeron de la inseguridad y la inestabilidad existencial para sostener la familia, hay gente que no le gusta que lo recuerde pero fueron las colas el detonante para acelerar el éxodo masivo.
Pero nada es casual, todo comenzó porque a una corriente política se le ocurrió que para tumbar el gobierno había que pedir sanciones, bloqueo e invasión mientras que por otro lado, hubo una dirigencia de gobierno incapaz de adoptar medidas de protección al pueblo para contrarrestar la acción criminal de gobiernos extranjeros, agravando la situación del pueblo.
Con las colas, el bachaqueo, la dolarización y sabotaje no lograron tumbar al gobierno pero si lograron reducir su impacto en el que hacer del venezolano minando la estructura de gobierno al extremo de la entrega en una mesa de diálogo en México de ciertos espacios de gobierno y la inmunidad para la impunidad de los delitos cometidos contra la Patria.
No vengo con el ánimo de hablar de las causas y consecuencias desde la perspectiva que busca un causante, culpable y responsable porque cada uno de nosotros tiene su propia idea, lo que me llamo la atención es ver qué un personaje como Manuel Rosales, vinculado a la trama del saqueo de Monómeros esté libre, se haya postulado y este gobernando con la mirada cómplice de Miraflores porque casualmente, este gobernador y sus alcaldes son expertos en la difusión de la retórica de que ellos son los salvadores de la Patria porque están recuperando el desastre dejado por sus antecesores en el intento desesperado y mitómano de tapar el sol con un dedo, ¿Quienes pidieron sanciones, bloqueo e invasión? No defiendo a la otra parte, ellos fueron unos vivos pendejos rodeados de jalabolas que les hacía creer que eran vitalicios, hasta se acostumbraron al modo de vida mientras el pueblo vivía la experiencia infernal de la que estamos saliendo y vamos a salir.
Por lo antes expuesto es que tengo plena seguridad en este pueblo, nos dieron con todo y ya tenemos piel de cocodrilo, del apagón nacional de 2019 todavía estamos bajo las hostilidades del racionamiento irracional y las fluctuaciones electricas.
Las colas para comprar gasolina controladas por mafias porque aquí todo lo convirtieron en negocio de mafia, la compra de los cilindros de gas (bombona) es otra odisea, por eso la mayoría de la gente migró la cocina de gas a la cocina eléctrica.
El agua es un negocio patético, no llega por tubería porque no le conviene a los dueños de los camiones cisternas y a los negocios que expenden agua mineral. Del camión cisterna una pipa tiene un costo de un dólar y el botellón de agua mineral cuesta 6 bolívares.
En Cabimas tenemos el pasaje más costoso del planeta, 15 bolívares que comparado con los 130 bolívares de salario mínimo es un robo.
El aseo urbano tiene tres meses que no cumple las rutas y esto genera un problema de salud pública porque mientras que unos acumulan otros optan por pagar para que la boten y normalmente es arrojada en terrenos baldíos y casas abandonadas.
Cabimas tiene un potencial inimaginable para convertirse en una ciudad universitaria por excelencia, tenemos un catastro social que recoge todo el talento humano en todos los sectores.
En el ámbito de la cultura tenemos pintores, escultores, artesanos, músicos y escritores que contribuyen con la elevación espiritual del alma colectiva.
Tenemos una juventud dedicada al estudio, el deporte, el trabajo y la lucha con amplios espacios para su desarrollo.
A continuación nuestra propuesta política para Cabimas: 1ero. Eliminación de SATRICA; 2do. Instalación de los consejos del poder popular parroquial y 3ero. Activar el proceso de refundación de Cabimas.
¡Porque tenemos con qué!