Que la oposición cante fraude después que se anuncie un triunfo electoral del chavismo es cuento viejo. Esta vez no es la excepción: Edmundo González y María Corina Machado han dicho que tras la elección presidencial del domingo, el CNE ha presentado un boletín que desconoce el verdadero resultado. Yo no puedo ni acreditar este anuncio ni desacreditarlo. No soy funcionario del CNE, no fui miembro ni testigo de mesa, no he tenido acceso a las actas. Ciertamente me cuesta creer que haya votado solo el 59% del padrón electoral, dado lo que ví en las calles, pero esto no es más que una apreciación personal. Entonces ¿hay algo de nuevo en lo que ocurre hoy día?
Poco después de la medianoche del domingo, tras la lectura del primer boletín, sonaron unas breves y escuetas cacerolas, y se escucharon algunos gritos: ¡Ladrones! ¡Nos robaron! Nada del otro mundo y luego me dispuse a dormir.
A la mañana de hoy lunes fui sorprendido por un cacerolazo, está vez más fuerte, y el estallido de petardos. No tuve dudas del motivo, se trataba de una protesta contra el anuncio del CNE. Envié un mensaje a uno de mis amigos que vive en otro lugar de la ciudad, y me respondió textualmente: "por aquí también, nojoda". De pronto me empezaron a llegar noticias de acciones similares en otras latitudes de la ciudad: Petare, Caricuao, Altamira, avenida Fuerzas Armadas, Carapita, Los Caobos, El Valle.
Me sorprendieron la inmediatez y la generalización de las protestas. Me pregunté si aquello era espontáneo o si acaso habían entrado en acción los fulanos comanditos. En la tarde se despejaron mis dudas, cuando me llovieron videos y referencias de protestas callejeras en distintos puntos del país. En general las manifestaciones eran pacificas, salvó en casos en los que los manifestantes derribaban vallas y pendones de Maduro. También ví un vídeo donde la gente encendía cauchos para trancar una de las vías de la autopista Caracas-La Guaira.
Y aquí viene el elemento novedoso de la situación. Los anteriores cantos de fraude en elecciones de la época chavista eran cosas de los políticos que no concitaban ningún apoyo popular. Esta vez las protestas son de la gente y, más que reclamar un supuesto fraude, se quiere demostrar rechazo al gobierno de Maduro. No son guarimbas como pronosticó el Presidente, sino manifestaciones ciudadanas. Es la primera ola de protestas populares generalizadas contra un gobierno del chavismo ¿Serán acciones espasmódicas que se apagarán de un momento a otro, o crecerán hasta convertirse en insurrección popular? No puedo saberlo.
En todo caso, yo le recomendaría al Gobierno que no entre en negación. Qué comprenda que ninguna de las dos opciones que se disputaron la elección son mayoritarias y que el pueblo venezolano pide a gritos cambios en las actuaciones de sus dirigentes. Por lo pronto, le recomiendo que siga la comprensible petición del Centro Carter: que el CNE publique cuanto antes todas las actas de la elección, ya que quién no la debe no la teme y no creo que convenga a ningún gobernante iniciar un periodo en sospecha general de deslegitimacion. Cuentas claras conservan amistades.