Es bastante difícil catalogar a los movimientos extremistas del antichavismo radical, como partidos políticos "normales y democráticos" o como lo define nuestra Constitución Nacional, en su artículo 67, como "asociaciones con fines políticos", ya que la ultraderecha nacional, prácticamente está conformada por un grupo de asociaciones con fines terroristas y golpistas, y quieren el poder político a través de métodos no democráticos.
Cuando aún no hemos cumplido los tres primeros meses después de las elecciones presidenciales del domingo 28 de julio del 2024, los cuerpos de seguridad del Estado han tenido un gigantesco trabajo de inteligencia y contrainteligencia, que les ha permitido capturar a mercenarios internacionales y una gran cantidad de armas.
Esa terrible situación de la contratación de mercenarios, para que generen el caos social y violencia en las calles, que les permita a la ultraderecha política con su incontrolable odio antimadurista, quieren incendiar el país por los cuatro costados y si es posible, convertir a Venezuela en sólo cenizas…
Todas las semanas, hay una gran cantidad de armas incautadas en el país, que curiosamente provienen desde Los Estados Unidos, quienes desde hace rato se han declarados como enemigos existenciales del gobierno nacional y que ese llamado "hasta el final" tiene un lamentable y bélico significado fatalista.
Esa situación de altísima belicosidad por parte de la ultraderecha nacional, cuando no quieren aceptar los resultados electorales que ya han sido reconocidas por muchísimos países en el mundo, han puesto en estado de preguerra, a unas personas que están esperando a unos mercenarios que están dispuestos a crear las condiciones para que se desarrolle en Venezuela, una nefasta y terrible guerra civil.
Y a menos de tres meses del día 10 de enero del 2025, la ultraderecha ya se encuentra bastante desesperada, ya que la mayoría de sus dirigentes, están viviendo fuera del país…y además, no aceptan que se instale en Venezuela, un presidente que sea distinto a el excandidato presidencial "tapa – afiche" y quieren aplicar "una resistencia activa" y lograr unas nuevas guarimbas, que permita el camino expedito a un golpe de Estado.
