En estos días de mediados del mes de noviembre, me invitaron a participar sobre un conversatorio sobre la actualidad política venezolana y las opiniones sobre el papel de la ultraderecha nacional, fueron demasiados punzantes con la actitud de "fugas estratégicas" por parte de una dirigencia política, que hasta ahora se ha caracterizado por no asumir sus responsabilidades ante sus militantes y utilizan el camino más fácil que es abandonar el país, y se despiden con un particular sarcasmo: "me voy para salvar mi vida compañeras y compañeros, pero en cualquier momento regreso".
Con esos supuestos argumentos de la dirigencia política opositora radical, y que para evitar que sean asesinadas o detenidas (hasta dicen que no es cobardía) prácticamente ya están fuera del país, el grupo de dirigentes opositores que de una u otra forma, controlan las multimillonarias finanzas que obtienen a través de las ayudas humanitarias, las colaboraciones de la extrema derecha internacional, con las ilegales medidas coercitivas unilaterales, los bloqueos de los activos de Venezuela en el exterior, el caso de Citgo, Monómeros y el oro depositado en el Banco de Inglaterra.
Es incalculable la gran masa de dinero que están manejando "los apellidos" Guaidó, Veccio, López, González, Borges, Ledezma y otros, que ha permitido crear profundas divisiones entre ellos, en donde abundan los dólares, los euros y la desconfianza, ya que la presunta líder (MCM) que les quedaba en el país, se fue por los caminos verdes de la frontera de Venezuela con Colombia, para reclamar su status político en la oposición, 1.- que sea reconocida como la líder de toda la oposición radical en el exterior, 2.- participar de manera más directa en la gran caja chica de los ultrosos antichavistas.
Eso significa que en la ola de expatriaciones voluntarias, hay un interés económico y de sentirse "cómodos y seguros" cuando están muy lejos de "la feroz dictadura" chavista, que les permitan vivir unos excelentes exilios dorados, en donde puedan disfrutar de la vida, protegidos y consentidos por gobiernos de la extrema derecha.
Por supuesto que estas personas apátridas, se sienten "muy valientes", cuando estando fuera del país, piden máxima presión (sanciones) contra Venezuela.
